Día Internacional de la Mujer: Cuando la autoridad se cuestiona por el género

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Atrás quedaron los días en los que era extraño e incluso imposible ver a mujeres desempeñarse en ciertas labores, especialmente si eran de alto rango. Y aunque esa transformación ha sido un proceso de años y que se ha conseguido con un sin número de esfuerzos, el hecho es que está lejos de convertirse en una realidad perfecta.

Al día de hoy, siguen existiendo marcadas pautas de desigualdad en el campo laboral para la mujer y más si se trata de cargos de autoridad. Algo que se agudizó y evidenció aún más con la pandemia, según señaló la Organización Internacional del Trabajo en una reunión virtual que mantuvo con líderes mundiales meses atrás.

EXPRESO conversó con tres mujeres que han demostrado que su género no influye a la hora de llevar las riendas del tránsito en Guayaquil.

BERTHA AGUIRRE: “ESPERO ALCANZAR EL CARGO MÁS ALTO DE LA ATM”

Tiene 58 años y 28 de ellos los ha dedicado a labores en materia vial. Inició en 1993 en la ahora Comisión de Tránsito del Ecuador con la primera promoción de mujeres de esa entidad. Algo que supuso todo un reto para la entonces mujer de 30 años y más, según dice, en un momento en que la equidad no era un término tan común como hoy en día.

Ahora, varios años después, ha superado múltiples desafíos, logrando convertirse en la jefa de Operaciones de control de Tránsito de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) de Guayaquil. Cargo que dice ejercer con la responsabilidad debida y mucha pasión.

Le parece inverosímil, pero acepta que en pleno 2021 aún la sociedad no se acostumbra a las mujeres desempeñando funciones anteriormente elaboradas solo por los hombres, y de eso ha sido testigo en carne propia.

Por otro lado, si bien es consciente de que aún hay trabajo que hacer en busca de mayor equidad, su trayectoria le ha enseñado que de nada sirve victimizarse. “La mujer no por serlo tiene que victimizarse. Debemos demostrar que estamos capacitadas o que somos aptas para desempeñar cualquier rol, porque podemos hacer lo mismo que hace un hombre, incluso aportando con un valor agregado desde nuestro sentido común de mujer. Así que no debemos ponernos límites”, señala.

Ese mismo ideal es el que ahora la motiva y la lleva a pensar (sin apresurarse) en que podría alcanzar el más alto cargo de la entidad. “La experiencia que uno tiene no es accidente y eso pesa. Así que yo creo estar preparada para ejercer un cargo como este”, concluye.

LISSETTE VELAZCO: "AÚN HAY PERSONAS QUE NO VISUALIZAN A LAS MUJERES COMO PARTE DE LA INSTITUCIÓN"

Con menos años de experiencia, pero quizá el mismo don de servicio, la agente Lissette Velazco comparte una visión muy parecida a la de su superior.

Cuenta que, desde su visión, aún hay personas que no visualizan a las agentes mujeres como parte de la institución, pero a la par considera que es parte fundamental de ir en busca de ese cambio, el esfuerzo que ellas mismas le pongan a demostrar sus capacidades.

Y de esto habla porque lo ha vivido. “A veces uno se encuentra con personas que dicen ‘¿quién eres tú para decirme lo que debo hacer o no?’, tratando de minimizar nuestra competencia como representantes de la entidad a la que pertenecemos, pero creo que uno debe mantener la compostura y por eso nos hemos capacitado para saber cómo lidiar con esas situaciones y actuar de la forma debida”, señala.

Y precisamente sus acciones son las que la han llevado ahora mismo a estar a cargo de más de 20 agentes y dirigir el sistema operativo de la institución durante el proceso electoral que aún vive el país.

A la par, esta magíster en Recursos Humanos y madre de dos hijos, dice sentirse orgullosa de ver a cada vez más mujeres desempeñándose en instituciones como en la que labora y que a la par, esas entidades singan abriendo más puertas para este género antes relegado de las mismas.

TANIA LOZANO: "HAN SIDO CINCO AÑOS DE MUCHOS DESAFÍOS"

Para esta agente de 25 años, involucrarse en un oficio como ser agente de tránsito fue todo un desafío que decidió asumir hace cinco años dentro de la primera promoción de agente que tuvo la ATM.

Describe su trabajo como difícil, principalmente por los retos que se presentan mayoritariamente en la calle, donde se ha enfrentado con un sinnúmero de personas que han intentado socavar su autoridad focalizándose en su condición de mujer. Claro está que su temple y carácter le han permitido no minimizarse en esos casos.

Subraya también que hay otros desafíos que en su caso ha sabido superar, pero es consciente de que no siempre es así. Se refiere al hecho de cómo las labores del hogar muchas veces son siempre adjudicadas a las mujeres, lo que en muchos casos impide el desarrollo profesional de las mismas (algo que no pasa con los hombres). Lo menciona porque es madre de dos niños pequeños y dice que ha sido un verdadero reto compartir su tiempo entre ser agente de tránsito, estudiante de Logística en Transporte y madre.

Tanto Tania como Lissette y Bertha se identifican con el sentimiento de orgullo de formar parte del (por ahora) reducido grupo de mujeres que han decidido incursionar en una institución de control como la ATM y también esperan que esa masa se incremente cada vez más.

Claro está que el trabajo que aún queda por hacer para impulsar la equidad de género en esta y otras áreas de la sociedad es enorme. Hasta hace poco tiempo, el porcentaje de participación de mujeres en instituciones armadas no llegaba ni al 3 % en el país.