Los guayaquileños mantienen su espiritualidad ante apagones
Usando generadores, velas y focos recargables, varias iglesias buscan alternativas para recibir a feligreses
No hay luz, pero la fe está intacta. Arrodillado sobre la parte trasera de una banqueta, Daniel Cercado rezaba en la iglesia La Merced, en Víctor Manuel Rendón y Pedro Carbo, en el centro de Guayaquil, la última semana. Varias velas iluminaban el templo, mientras otros 10 feligreses también elevaban plegarias en el sitio.
"Con un poco de luz natural que entra por las ventanas y las puertas nos iluminamos. Hay que orar para pedir que la situación mejore en nuestro país, pedir por el trabajo, por nuestras familias", expresó Cercado mientras salía de la iglesia guayaquileña, reflejando la perseverancia de la comunidad ante estos desafíos.
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Ya a las 6 de la tarde, en ese templo católico comienza la última misa del día. Si bien en los primeros minutos hay luz, la ceremonia religiosa termina a oscuras. La dependencia de un generador que apenas cubre la parte frontal de la iglesia donde se sitúa el sacerdote es un testimonio de la adaptabilidad de la congregación.
Los apagones han propiciado que negocios, locales comerciales y demás establecimientos cambien su dinámica en las últimas semanas. Los templos católicos no son la excepción. Los religiosos se han dado formas para seguir abriendo las puertas de las iglesias y recibir a la ciudadanía.
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Leer másY en estas épocas de apagones, eventos cruciales también han sufrido inconvenientes que pudieron sobrellevar. "Ha pasado que están celebrando un matrimonio y cortan la luz sin avisar, o en un horario que no es, y ya termina todo a oscuras", comentó un colaborador de la iglesia.
La Catedral metropolitana, con generadores
La Catedral metropolitana, una de las iglesias más emblemáticas de Guayaquil, también se ha convertido en un espacio turístico en las últimas semanas, por la inauguración de las áreas Destinos de Luz y Belén Mágico. Visitantes locales y extranjeros recorren sus áreas a diario a pesar de los apagones.
Este templo católico utiliza generadores en las áreas de Belén Mágico y en la cafetería, así como en los sistemas de audio mientras celebran las misas. Los guías turísticos no tienen problemas en la atención a los usuarios que llegan para conocer las nuevas áreas habilitadas.
José Gardella es jefe de operaciones de Destino de Luz. Comentó que en los primeros días de los racionamientos eléctricos, en septiembre pasado, la zona de la Catedral sí contaba con energía las 24 horas del día. Pero con el paso de varias semanas, comenzaron los cortes.
Explicó que, enseguida, se realizaron evaluaciones para poder mantener la operatividad de la iglesia. Por ello, se implementó un generador para Belén Mágico, y los recorridos para Destino de Luz ahora culminan pasadas las 16:30.
“A nivel de la Catedral se han implementado dos generadores: uno en el área comercial, que es nueva y donde está la cafetería. Y también el generador que abastece la zona principal de lo que sería la nave, donde hay monitores y parlantes para dar la misa”, expuso Gardella.
En iglesia de Los Esteros hicieron donación para comprar generadores
Hay otras zonas de Guayaquil donde el aporte de la comunidad ha sido vital para que las iglesias sigan recibiendo a los feligreses.
“En los mismos horarios, con luz o sin luz, siempre habrá misa. Esa es la consigna de nosotros”, señaló el padre Cléver Barzallo, párroco de la iglesia San Juan Bautista, ubicada en Los Esteros, en el sur.
El religioso contó que al enterarse de los cortes de energía en septiembre, procuró buscar alternativas para seguir atendiendo en el templo. Es que además en la parroquia también acogen un centro para niños con capacidades especiales.
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Barzallo narró que durante la primera semana utilizaron velas grandes en el interior de la iglesia para celebrar las misas pasadas las 18:00. “Luego, la gente que venía a pie o en carro traía linternas porque salían en tinieblas. A la siguiente semana ya compramos focos recargables”, manifestó el religioso.
Poco a poco, los feligreses ofrecían ayuda. Un congregante le obsequió un pequeño generador de electricidad. En las misas, varios voluntarios de la parroquia recolectaban aportes monetarios para poder comprar un generador.
Entre los feligreses lograron reunir unos 1.500 dólares, con los que se adquirieron dos generadores y se costearon las adecuaciones en el sistema eléctrico de ese templo sureño.
“El generador pequeño es para el centro donde atendemos a niños con autismo, síndrome de Down; mientras que el otro es para la iglesia, para conectar los sistemas de audio y algunos focos internos”, dijo Barzallo.
Con luz o sin luz, los católicos guayaquileños acuden a los templos de sus parroquias para pedir por mejores días para el país, pero también para ayudar a que se mantengan abiertos.
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