Dinamismo fluvial, un reto más allá del ocio
Los aerodeslizadores pueden ser una alternativa viable en el río Guayas; a la espera del transporte masivo
Que se revitalice la transportación fluvial es una de las aspiraciones de quienes viven en el Gran Guayaquil, así como las sugerencias de expertos en tránsito y urbanistas, para que los cantones que lo integran tengan otras opciones de mejorar la transportación masiva y aligerar el congestionamiento vehicular.
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Aprovechar la ría Guayas para el traslado de pasajeros, por ejemplo desde el Guasmo hasta la terminal terrestre de Guayaquil, o dirigirse hacia Durán a través de embarcaciones evocando épocas pasadas, aún es el sueño de muchos y una imperiosa necesidad para otros.
A pesar de los retos técnicos y económicos, hay alternativas que podrían analizarse para su aplicación en la transportación fluvial. Por ejemplo, el hovercraft o aerodeslizador. Esta embarcación puede desplazarse tanto sobre agua como en terrenos sólidos, a través de un colchón de aire que lo levanta en forma ligera por encima del suelo, impulsado por turbinas o ventiladores.
EXPRESO consultó a expertos sobre su viabilidad en un entorno como el de la ría Guayas, caracterizado por variaciones de marea, lechuguines, además de la sedimentación.
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Alejandro Chanabá, decano de la Facultad de Ingeniería Marítima y Ciencias del Mar de la Espol, explicó que el hovercraft no es una opción adecuada para el transporte masivo de pasajeros en la ría Guayas.
“El hovercraft flota sobre una cortina de aire generada por ventiladores enormes. Aunque podría utilizarse con fines turísticos o recreativos, no es apropiado para un sistema de transporte masivo en Guayaquil. Es costoso, hace mucho ruido y requiere de infraestructura específica, como muelles que no tenemos”, señaló.
Chanabá detalló que, además del ruido, el hovercraft enfrenta desafíos en un entorno como la ría Guayas. “La ría tiene problemas como los lechuguines y los palos flotantes, que pueden dañar el colchón de aire del vehículo. Además, las mareas varían entre 4 y 4,5 metros, lo que implica diseñar muelles accesibles para todos, incluyendo personas con movilidad reducida, algo que no es tan fácil de implementar”, advirtió.
Por su parte, Jacinto Rivero, quien fue parte de la Comisión de Estudios para el Desarrollo de la Cuenca Baja del Río Guayas (Cedege), dijo que los hovercrafts podrían tener ventajas en zonas con problemas de sedimentación, como las aguas al sur del puente de la Unidad Nacional. Sin embargo, coincidió en que su uso sería más viable para fines turísticos que para transporte masivo.
“El hovercraft no necesita calado, lo que le permite desplazarse sobre el agua y en terrenos como arena o zonas pantanosas”, precisó Rivero, ingeniero civil y experto en hidráulica.
Subrayó que cualquier sistema de transporte fluvial en la ciudad tendría que competir en rapidez y capacidad con opciones terrestres como la Metrovía. “En horas pico, trasladarse del Guasmo a la terminal terrestre toma unos 45 minutos en la Metrovía. Un transporte fluvial masivo tendría que igualar o superar esa velocidad para ser competitivo”, planteó.
Chanabá, por su parte, recordó que la ciudad tuvo en el pasado un sistema de transporte fluvial eficiente. “Las lanchas que conectaban Guayaquil con Durán eran un ejemplo de cómo un diseño adecuado podía cumplir con las necesidades de transporte de carga y pasajeros. Recuperar algo similar sería una solución ideal”, aseguró.
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El especialista propuso diseñar un sistema moderno que aproveche las ventajas de la ría Guayas. “Un sistema que conecte Guayaquil con Durán y Samborondón, con paradas estratégicas desde el sur hasta el norte, podría aliviar significativamente el tráfico en horas pico. Pero esto implica diseñar no solo las rutas, sino también la infraestructura adecuada”, indicó el catedrático.
Los dos expertos también coincidieron en que cualquier propuesta debe considerar factores claves como el costo-beneficio, la accesibilidad y la sostenibilidad. “No se trata solo de tener las embarcaciones, sino de asegurar que las personas puedan pagar el servicio y que la operación sea rentable a largo plazo”, manifestó Chanabá.
¿Qué ofrece un hovercraft?
El hovercraft o aerodeslizador ha sido utilizado para diversas funciones desde su creación, a mediados del siglo pasado, incluyendo el transporte masivo de pasajeros, como ocurrió en Inglaterra y Francia. Sin embargo, debido a sus altos costos operativos y la aparición de nuevos modelos de embarcaciones, estos servicios dejaron de operar para ese fin.
En la actualidad, el uso más común es para turismo y operaciones militares, pues en este último caso, con el aerodeslizador es más fácil llegar a zonas de difícil acceso marítimo.
Sus costos también varían según su diseño, tamaño y capacidad. Por ejemplo, el precio de los hovercrafts pequeños oscila entre 5.000 y 30.000 dólares, y pueden transportar entre una y cuatro personas. Los motores de estos vehículos tienen menor potencia.
Los aerodeslizadores medianos, que pueden servir para trasladar pasajeros y pequeñas cargas en rutas de turismo o de transporte ligero, pueden llegar a costar entre 50.000 y 500.000 dólares, según portales webs de venta de este tipo de embarcaciones.
Y existen los hovercrafts grandes, que son utilizados para fines industriales y militares. Un ejemplo es el Griffon 2000TD, que forma parte de las naves de las Fuerzas Armadas de Colombia y Perú. Su costo supera los dos millones de dólares y cumple tareas de rescate, transporte masivo o misiones de defensa. Puede transportar una carga máxima de dos toneladas.
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