El ecoturismo, sin rumbo en Santay
El mal estado del sendero hacia la ecoaldea y la falta de programas enfocados en visitantes mantienen estancada a esta isla
Sin luz en su casa y aprovechando su día libre, Javier Herrera acudió la mañana del jueves 18 de abril hasta el Área Nacional de Recreación Santay para recorrer el humedal y llegar hasta la ecoaldea en bicicleta.
Estaba consciente de que las camineras tienen huecos y daños en su infraestructura desde hace varios años. Pero igual quiso aventurarse y distraerse durante unas horas. Mientras se retiraba, lamentó que este espacio natural haya perdido su brillo, que lo convirtió en un sitio turístico importante de la Costa.
“A muchos amigos míos con los que veníamos hace tiempo ya no les atrae, les parece peligroso caerse en uno de los huecos o tener algún accidente”, manifestó Herrera.
La desidia de las últimas administraciones del Gobierno central para intervenir este espacio está a la vista. Sin guías y con señaléticas destruidas, los visitantes deben adivinar las zonas habilitadas para recorrer.
El desgobierno en la isla Santay
Leer másEl paso a Durán sigue bloqueado desde la bajada del puente basculante que comienza en el sur de Guayaquil, por lo que la única opción que tiene el visitante es avanzar 1,8 kilómetros hacia la ecoaldea.
Mientras sigue perdiéndose este espacio turístico donde habitan decenas de familias, sobre la mesa existen varios proyectos planificados para reactivar el área e incentivar la llegada de visitantes.
De hecho, actualmente funciona un observatorio implementado por la organización Amigos de Santay, en el que periódicamente se desarrollan actividades como exposiciones pictóricas y fotográficas referentes a la naturaleza y el ecosistema de la isla.
También se han ejecutado tesis universitarias enfocadas en la proyección de Santay. En el 2021, estudiantes de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) presentaron la propuesta de un producto enfocado en el turismo vivencial.
Y este plan se centra en la elaboración de paquetes turísticos. Las encuestas realizadas para este trabajo reflejaron que para la estadía en la isla hay dos preferencias: quedarse de 2 a 5 horas y pernoctar al menos una noche.
Quienes prefieren quedarse entre 2 y 5 horas en Santay sin hospedarse, según la encuesta, son jóvenes de 25 años o menos, cuya preferencia de gasto es de 20 a 31 dólares por día.
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Leer másMientras tanto, los que eligen permanecer al menos una noche son personas provenientes de la región Sierra o extranjeros. Su preferencia de gasto supera los 32 dólares y están dispuestos a pagar hasta 50 dólares para pernoctar dentro de la isla.
El primer paquete propuesto para recorrer la isla se inicia a las 11:00 y culmina a las 16:00. Incluye traslado en bicicleta a la ecoaldea, visitas guiadas a los senderos Huaquillas y Beldaco, a La Cocodrilera, al observatorio, pesca vivencial, recorrido fluvial por los ríos Daule y Guayas, así como talleres participativos con la comunidad.
El segundo paquete no incluye la pesca junto a los comuneros, pero agrega avistamiento del florecimiento de guayacanes y observación de aves en la isla Gallo.
El tercer paquete, en el que el visitante pernoctará en la isla, incluye una velada cultural y conversatorio con la comunidad, además de las actividades descritas anteriormente.
Para Cinthy Veintimilla, profesora e investigadora de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas de la Espol, las propuestas que se generen desde la academia o instituciones gubernamentales deben tener el interés de la comunidad.
“Si ellos no los venden, si ellos no se empoderan y hacen suyos estos proyectos, ¿de qué estamos hablando? Sería simplemente traer un guía desde fuera que lleve a los turistas y les haga recorridos por fuera, vayan viendo la comunidad desde lejos. No dejaría el beneficio en la comunidad, entonces no es el tipo de turismo que se había imaginado al inicio cuando se diseñó todo este tema de la accesibilidad”, indicó la catedrática.
Mariela Pinos, docente de Turismo de la Universidad de Guayaquil, coincidió con Veintimilla en que la comunidad debe hacer suyos los proyectos que surjan. “Cuando consideras a la comunidad dentro de estos planes, se apropia del proyecto y no espera que alguien le dé mantenimiento, no espera que alguien haga cierto tipo de cosas”.
Agregó que otros planes que podrían surtir efecto para dinamizar la isla son los comedores comunitarios, los deportes de aventura, mantener el avistamiento de flora y fauna, además del hospedaje de turistas.
- La escuela de la comunidad, con daños
Varios comuneros de la isla Santay indicaron que la escuela Jaime Roldós Aguilera se encuentra con daños en su infraestructura desde hace varios meses, lo que complica el regreso a clases de los estudiantes.
Rosa, como se identificó una habitante de la ecoaldea, explicó a EXPRESO que varias áreas de la entidad educativa se encuentran en mal estado. “En el patio, el centro cívico de la escuela, hay huecos, los chicos no pueden correr. Ya tenemos bastante tiempo con esto”, indicó.
La organización Amigos de Santay dotaba de internet a la escuela desde 2016, pero lo dejaron de hacer el año pasado, debido al deterioro de los paneles solares. Sus baterías y equipos se dañaron. En el plantel no hay electricidad desde tiempo antes de que vuelvan los apagones que actualmente sufre todo el país.
Los padres de familia esperan que la institución sea intervenida y que los niños puedan comenzar las clases según lo indica el cronograma oficial.
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