Edificios que son reducidos a letrinas
Edificaciones abandonadas de Guayaquil son utilizadas como baños públicos. Ciudadanos y expertos lo tachan de problema urbano
“¡Es insoportable!”, gritó una mujer al tiempo que cubría su boca y nariz mientras cruzaba por la edificación donde años atrás funcionó el colegio Ana Paredes de Alfaro, cuyos 26 pilares se han convertido en letrinas públicas que despiden una fetidez inaguantable en las calles Sucre y Chimborazo, en pleno centro de Guayaquil.
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Leer másUna acción que repetía todo aquel que cruzaba y apresuraba su paso por el lugar, en un intento por evitar además ver lo que en cada columna generaba la pestilencia.
La vivienda es una de las tantas edificaciones que están desocupadas y en aparente estado de abandono, en la ciudad, que son utilizadas por personas en situación de calle, vendedores ambulantes, consumidores de sustancias y hasta migrantes, como dormitorios o baños al aire libre, convirtiéndolos en escenarios de insalubridad a toda hora.
¿Qué se debe hacer? Ciudadanos consultados por EXPRESO creen que se deben construir o instalar cabinas en sectores de masiva afluencia, para evitar ese repugnante panorama. Pero, ¿qué tan factible o recomendable es que se construyan o instalen baños en determinados sectores de la ciudad?
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Leer más“La escasez de baño público es un problema urbano, social y sanitario. Los baños públicos deberían ser una exigencia para los gobiernos locales, con el fin de evitar la insalubridad en ciertas zonas de la ciudad”, opina el docente universitario Ronald Torres Ortiz, miembro del directorio del Colegio de Arquitectos del Ecuador-Guayas. Considera que debe existir un programa similar como se emplea en Nueva York, los llamados “espacios públicos de propiedad privada” o también llamados POPS (por sus siglas en inglés Privately Owned Public Spaces), que buscan incentivar a desarrolladores o diseñadores a construir baños dentro de sus edificios privados, pero que tengan acceso al público. “Con esto buscamos aumentar los baños tanto a turistas como para el ciudadano de a pie; además de generar seguridad y confianza a la persona que lo utilice”, recomienda.
Monumentales, pero con vacíos que generan zozobra
Leer másEl profesional considera que la solución parte principalmente desde el Municipio de la mano del sector privado. Partiendo de incentivos fiscales y tributarios hacia las empresas para que “apadrinen” las edificaciones y puedan reconvertir su uso.
“El beneficio de rehabilitar los edificios abandonados parte desde dos aspectos el económico y urbano. Desde el punto de vista económico, se vuelve más conveniente el poder reconvertir las edificaciones y no partir desde cero. Lo que se vuelve hasta cierto punto en más rentable de mantener una edificación a realizarla nueva. Desde el punto de vista urbanístico se genera una identidad a la ciudad, puntos turísticos, espacios culturales y que las personas se apropien del espacio público y edificado”, opina el urbanista.
En los bajos de dos edificios ubicados en la avenida Olmedo y calle Chiriboga, a la altura de la parada de la Metrovía IESS, la hediondez es similar a la esquina de Sucre y Chimborazo. “Es gente de la calle, drogadictos, consumidores, vendedores ambulantes que utilizan este sector para hacer sus necesidades biológicas”, cuenta Lady Triviño, quien labora en la zona, donde a diario debe aguantar esos malos olores.
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Leer más“Cuando se necesita, la gente debe ir a la Metrovía, pero hay que pagar con la tarjeta para ingresar y utilizarlo. Esto es una pestilencia, y eso que nosotros trapeamos, se hace la limpieza. El Municipio debería colocar letrinas, por ejemplo, en esta área que viene gente de otro lado”, recomienda Milton Quinteros, quien hace guardia a pocos metros de la esquina de Olmedo y Chiriboga y de la calle Chile, cuyo puente también es utilizado como letrina.
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Leer másUna misma situación se observó en los bajos del edificio Fénix, donde años atrás funcionó la Fiscalía del Guayas. A pesar de estar a casi una cuadra del Municipio, el sitio es utilizado como excusado a pocos pasos de donde se asientan familias migrantes a pedir ayuda. Comerciantes del sector concuerdan en que eso ocurre siempre. “Ya no se hace la limpieza como antes, recién hoy vinieron a trapear después de meses. A veces aquí en el kiosco hacen sus necesidades”, contó Clara Yupa.
Según el Cabildo, la Empresa Pública Desarrollo, Acción Social y Educación (EP-DASE), junto al Departamento de Movilidad Humana, realiza de manera periódica las brigadas de asistencia humanitaria, dirigidas a personas en situación de calle, extranjeros y nacionales, en los puntos de la ciudad donde se encuentran concentrados. Durante estos operativos participan diversas direcciones e instancias municipales como Urvaseo y la Jefatura de Control de Vectores, quienes se encargan de realizar la limpieza y fumigación respectiva. Esto como complemento de la ayuda humanitaria que se les brinda, incluyendo atención médica y psicológica junto a la posibilidad de acceder a un albergue, entre otros servicios.
La limpieza limita a las autoridades eliminar los escondites estratégicos de los delincuentes
Leer másEl Municipio no contempla la instalación o construcción de baños públicos. Según resaltan en el albergue Volver a Soñar, cuentan con todos los servicios, entre ellos, baterías sanitarias. Desde 2020 se han ofrecido alrededor de 2.638 atenciones a personas en situación de calle, locales y extranjeras. Pero para la ciudadanía esa acción está lejos de ser suficiente.
Añaden que, la EP-DASE, a través del albergue Volver a Soñar' y un convenio vigente con la Casa de Acogida Un Techo para el Camino han atendido a más de 1.654 personas de origen venezolano, en lo que va de este 2022. En ambos albergues se les ha brindado alojamiento temporal, coordinación técnica, aseo, alimentación, salud, documentación y capacitaciones. Según aseguran, en cada una de estas jornadas humanitarias los equipos de abordaje realizan un trabajo de socialización y concientización sobre la importancia de mantener los espacios públicos limpios y despejados, sin ningún tipo de desperdicio. Se enfocan más en la concientización y en el despeje voluntario del lugar. Y, al ser personas en situación de calle, no podrían pagar alguna multa, aunque se les imponga, mencionan.