Eduardo Bauer: Para el rol de padre no hay libro
El ginecobstetra ha traído al mundo a más de 10.000 guayaquileños en 26 años de carrera profesional.
Entre el vaivén de preocupaciones que encierra un hospital, la figura de Eduardo Bauer transmite serenidad. Mientras recorre los pasillos del Luis Vernaza para ir a su oficina se detiene para escuchar a familiares de pacientes, brindarles tranquilidad y extenderles alguna recomendación.
Son las 13:15 del jueves 16 de junio y este ginecobstetra acaba de salir de un parto que se extendió más de lo esperado. Ya en su despacho lo busca una enfermera para que firme documentos. Accede de inmediato.
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Leer másMientras pone su rúbrica sobre el papel analiza si su rol como ginecobstetra es similar al de un padre. Y es que Bauer, con más de 26 años de experiencia médica, ha participado en el nacimiento de al menos 10.000 guayaquileños, tanto en la antigua maternidad Enrique Sotomayor como en el hospital de la Mujer, Alfredo Paulson, que hoy, de forma provisional, funciona en el Luis Vernaza.
Bauer, de 60 años, compara su labor médica con la de un padre, no solo por el hecho de asistir en el alumbramiento, sino porque actúa como un guía para las mujeres embarazadas.
“Lo importante de esta profesión es que normalmente usted conoce a la paciente desde el inicio de su embarazo, entonces ya se crea una relación de empatía con la pareja, o con la paciente, porque le está ayudando a llevar su embarazo. Eso es lo más satisfactorio”, manifiesta.
Ser padre es ser una guía, ser orientador. Yo soy un padre enérgico, serio, pero educador. Creo que les demuestro a mis hijos que quiero lo mejor para ellos.
Bauer tiene cuatro hijos: Eduardo, Álex, Alexandra y Valentina. Se define como un padre enérgico, serio y educador. “Siempre creo que les demuestro a mis hijos que quiero lo mejor para ellos”, dice el médico.
Que los tiempos cambian, reflexiona. Explica que ha evidenciado una diferencia en el comportamiento de los padres de hace 26 años con los actuales.
“Antiguamente, al ser padre, uno decía ‘yo quiero ser como mi papá, seguir el modelo del padre en cuanto a inculcarle valores, la honestidad, que le guste el trabajo, la solidaridad, el amor al prójimo’. Hoy, ¿qué hacen los padres? Dejan al hijo talvez con el celular, con juegos electrónicos, como que se ha perdido el tema de lo que es la familia. Yo veo esa grandísima diferencia, y que no se les esté inculcando a los hijos los valores”, comenta.
Al conversar con EXPRESO, Bauer se relaja. Rememora sus épocas universitarias. Los nervios de aquella primera vez en la que atendió un parto. “En las aulas universitarias uno aprende la teoría, pero ya en los hospitales, cuando ya comienza a hacer las guardias es que usted ya pone en práctica lo que aprendió. Tuve mucho temor, mucho miedo, talvez pensar que no iba a estar a la altura para atender a una madre, para cuidar el nacimiento de su bebé, pero una vez que ya lo hizo es una satisfacción inigualable”, dice.
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Leer másInsiste en que su mayor recompensa es el agradecimiento que le extienden las madres luego de dar a luz y ver a sus bebés en buenas condiciones. “La felicidad les salta a la vista, es más, muchas de ellas me han hecho padrino. Es más, tengo tantos ahijados que ya ni me acuerdo...”, menciona entre risas.
El trato que brinda a las mujeres a punto de tener a sus bebés es como el de un padre, cuenta Bauer. En el quirófano y antes de intervenirlas conversa con ellas para tranquilizarlas. Les dice que confíen, que están con profesionales responsables y experimentados. Luego les explica los procedimientos que realizarán, el tiempo que tomará la labor y su recuperación.
“Debe recordar que cuando uno tiene conocimiento de las cosas se va el temor”, señala.
A Bauer le apasiona su trabajo. Al ser médico está preparado para atender emergencias, no importa la hora en la que se presenten. Y cuenta que justamente en el Día del Padre, hace unos cuatro años, lo llamaron del hospital porque una mujer llegó a Urgencias con labor de parto.
Con su familia se aprestaba a celebrar ese día, pero decidió atender la emergencia. Él pensó que la cirugía sería breve.
“Empezamos su labor de parto a las 9 de la mañana. Estuve llegando a mi casa como a las 6 y media, 7 de la noche. ¿Cuál fue la satisfacción? Un Día del Padre estuve dándole esa satisfacción a otra persona de tener a su niño. Mi familia me estuvo esperando, pero comprende, porque por suerte sabe la profesión que uno tiene, que a veces tiene que salir de noche, de madrugada, y dar lo mejor de uno”, refiere el doctor.
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Los recuerdos lo emocionan. Bauer comenta que su padre Jorge lo alentó a estudiar medicina. Él y su madre, Silvia Rodríguez, lo impulsaron a luchar y conseguir sus objetivos.
“Él era muy estricto, trabajador, y bueno, el estudio, siempre me inculcó la educación, porque es el mejor legado que le podemos dejar a los hijos y yo trato de mantenerme en la misma línea”, indica el ginecobstetra.
También menciona al fallecido doctor Francisco Egüez como su más grande mentor o “padre” dentro de la profesión.
Incluso un cuadro con su rostro reposa en el interior de su oficina. Su semblante se ilumina al hablar de él, a quien calificó como “gran amigo”, y con el que compartieron vivencias personales y en el campo médico.
Para Bauer, los padres guayaquileños se caracterizan por ser bonachones, alegres y amorosos. Aunque en los últimos tiempos, reitera, “se han hecho permisivos en ciertas cosas”.
“Yo creo que para el rol de padre no hay libro, no hay protocolo que le enseña a ser padre. Usted se va haciendo padre en el camino, en el día a día, con todas las actividades que haga con sus hijos, usted adquiere esa habilidad en el camino. Lo mejor que nosotros hacemos es ser modelo para los hijos, que creo que hoy por hoy se ha perdido muchísimo”, recalca.
Mientras espera que bajen mellizos recién nacidos del quirófano, Bauer comenta que celebrará el Día del Padre con su familia. Y que espera seguir siendo guía y apoyo para quienes traen niños al mundo.