Educación dual
Laura Pin, alumna del Instituto Tecnológico Superior Guayaquil, pone en práctica lo que ha aprendido en el aula. Lo hace en una empresa a la que acude de lunes a viernes.Freddy Rodríguez / EXPRESO

Educación dual: Un aprendizaje entre libros y empresas

Los alumnos destacan este modelo que se fortaleció en pandemia. Ellos han adquirido conocimientos prácticos que les servirán para trabajos futuros 

Laura Pin, de 20 años, cursa el quinto semestre de la carrera de Tecnología Superior en Impresión Offset y Acabados, en el Instituto Superior Tecnológico Guayaquil. Recibe clases virtuales en casa desde las 19:00 hasta las 21:30; pero en las mañanas, de 08:00 a 14:00, acude a una empresa para complementar la parte teórica con la práctica, dentro de su proceso de aprendizaje. No recibe sueldo, pero adquiere experiencia.

Ella estudia bajo el formato dual, un modelo de educación superior creado en Europa a mediados de los 60 y que se implementó en Ecuador hace más de dos décadas, a través de la Cámara Ecuatoriano-Alemana. Esta modalidad cuenta con el apoyo de universidades, institutos, gremios y empresas.

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A pesar de las complicaciones que ha tenido el sistema educativo en general, debido a la pandemia de COVID-19, este formato de estudios continúa vigente y se presenta para los jóvenes como una oportunidad para quedarse en las empresas donde realizan las prácticas o abrir sus negocios, una vez concluida su formación de tercer nivel.

“Quiero levantar mi propia imprenta y seguir prefeccionándome en este campo”, indica Laura, quien no solo debe estudiar y aprobar las materias que le dictan en el tecnológico; también debe sacar adelante los proyectos que desarrolla en la empresa Tecniprint (dedicada a la impresión de afiches, catálogos de publicidad, etc.), donde cumple el 50 % de su formación profesional.

Este es el objetivo que busca el mencionado modelo educativo, pues además de combinar la teoría con la práctica, permite a los jóvenes conocer el ambiente laboral y desempeñarse dentro de él antes de graduarse.

“Me siento satisfecha con lo que estoy aprendiendo, porque me servirá para trabajos futuros”, manifiesta Laura, mientras recibe instrucciones de un tutor que la empresa le ha asignado para que la acompañe durante el tiempo que allí permanezca.

Educación dual
Nelson Reyes fue contratado en la empresa donde hizo sus prácticas.Freddy Rodríguez / EXPRESO

Él es Kerry Sagal, encargado de colocar a los estudiantes que llegan para desarrollar sus prácticas preprofesionales, en las áreas donde puedan poner en ejecución los conocimientos adquiridos en las aulas.

“Aquí los chicos aprenden responsabilidades, como cumplir horarios y hacer bien sus trabajos”, dice Sagal, coordinador de preprensa y prensa de esta empresa que abre las puertas a los jóvenes para que sigan su proceso de formación.

Cada año llegan entre tres y cuatro estudiantes a realizar sus prácticas y el anhelo de ellos es quedarse y ser contratados.

¿Pero cuántos lo logran?. “Sí se ha presentado esa situación, pero eso depende de las necesidades y vacantes que tenga la empresa”, menciona Segal, al señalar que antes del inicio de la pandemia, un practicante fue contratado. “Los directivos analizaron su desempeño, predisposición, ganas de seguir trabajando y se le brindó la oportunidad para que forme parte de la plantilla y el rol de pago de la empresa”, acota.

El afortunado es Nelson Reyes, de 26 años, quien ahora ya es tecnólogo superior en Impresión Offset y Acabados, y hace tres años cursaba el último semestre de la carrera. “Desde que llegué a realizar mis prácticas tuve como objetivo quedarme y lo logré. Pero para ello, tuve que ejercer mi trabajo con responsabilidad, no solo porque estaba representando a una institución educativa, sino porque quería que mis jefes supieran que podían confiar en mí”, relata con orgullo, mientras supervisa el trabajo del personal que tiene a su cargo.

Educación dual
La formación dual les ayuda a los estudiantes a intercambiar la teoría con la práctica.Freddy Rodríguez / EXPRESO

De cada 100 graduados, 93 son contratados en las compañías donde hicieron sus prácticas. Lo dice Carlos Rodríguez, analista económico, quien señala que ese otro 7 % se da porque los estudiantes deciden no seguir trabajando para poner su emprendimiento o migrar.

Para Zoraida Manrique, economista catedrática universitaria, esta formación es “una oportunidad de aprender haciendo”.

PrácticasDentro del formato dual, cada semestre los estudiantes deben cumplir 300 horas de prácticas en una empresa. Esta deberá evaluar el desempeño de los chicos.

No obstante, aclara que desde su implementación este modelo no garantiza plazas de trabajo a los graduados, pero es una gran oportunidad para el país, que ha tenido un problema en productividad.

“La formación dual ayuda a que las empresas y los trabajadores produzcan más y mejor. Además, viene a ser una aliada de la academia y del sector productivo en la actual coyuntura en la que se habla de reactivación, luego de la pandemia”, enfatiza Manrique.

La emergencia sanitaria no detuvo la educación dual. La Cámara de Industrias, Producción y Empleo (Cipem) aprovechó para gestionar y abrir nuevas carreras con varias universidades, como la del Azuay, donde se imparte Ventas y Logística. En Guayaquil, algunos centros de estudios analizan el panorama.

MÁS DE 9.000 ALUMNOS BENEFICIADOS

El programa dual se ha extendido a otros países europeos, como Austria, Croacia, Serbia, Eslovenia, Macedonia, Suiza, Dinamarca y Países Bajos.

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En Latinoamérica lo ofrecen cuatro entidades de Colombia y una de México, entre ellas la Fundación Universitaria Empresarial de la Cámara de Comercio, de Bogotá. En Ecuador, además de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, también lo tienen la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo, la Universidad de Cuenca y la Universidad de Azuay.

En el país hay un poco más de 93 carreras con esta modalidad, en las que más de 9.000 estudiantes se benefician. Esto gracias a más de 500 convenios suscritos entre 35 institutos que ofertan la formación dual con empresas públicas y privadas.

Los colegios Alemán Humboldt y Técnico Simón Bolívar de Guayaquil también lo ofrecen a través del Bachillerato Técnico Profesional (BTP), que representa un año de formación después de haberse graduado.