La educación virtual vino para quedarse
En Ecuador este modelo está en sus primeros pasos, pero avanza como una forma de educación sostenible
La pandemia mundial por la COVID-19 puso sobre la mesa a la educación virtual como una oportunidad para que el sector educativo continúe operando. No obstante, dejó al descubierto las brechas vinculadas a la necesidad de recursos tecnológicos y acceso y conexión a Internet, tanto de alumnos como docentes.
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Leer másEn Ecuador, el 50 % de la población no cuenta con estos recursos. Esto obligó a 90.000 estudiante a abandonar la escuela y a 200.000 maestros los volcó a utilizar plataformas digitales sin la debida capacitación previa.
Expertos educativos aseguran que a pesar de que la educación virtual llegó de manera abrupta, vino para quedarse, y una vez que pase la pandemia permanecerá como una de las herramientas educativas prioritarias, ya que será un híbrido con clases presenciales y digitales.
La educación virtual avanza a paso lento, pero ¿será sostenible a largo plazo?. Sí, siempre y cuando el maestro se capacite para impartirla eficazmente y las instituciones educativas fiscales y particulares implementen estrategias adecuadas para generar un aprendizaje óptimo en los estudiantes.
La mayoría de los planteles no está implementando una modalidad educativa virtual en un sentido amplio, solo está desarrollando clases remotas con mediación de tecnologías.
Por ello es urgente desarrollar cursos de capacitación para los maestros no solo en la aplicación de la TICs, sino en las nuevas estrategias didácticas.
El docente debe ser un gestor digital de las plataformas
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Leer másLa educación virtual no sustituirá a la presencial, que parece sentirse siempre amenazada por ella. Tampoco reemplazará al maestro, quien deberá desarrollar competencias digitales para incorporar varias herramientas y cambiar los modos de producir saberes, con el fin de incentivar a los estudiantes a aprender, a ser creativos, alimentar su autoestima y a ser resilientes.
“Se requiere un esfuerzo de las instituciones educativas para que el docente, que finalmente es el que acompaña al estudiante, esté supremamente capacitado y cuente con los recursos para hacer de su labor una de alta calidad”, sugiere Dolores Zambrano, coordinadora de la maestría de Tecnología e Innovación Educativa de la Universidad Casa Grande.
A su criterio, existe un cambio de paradigma donde el profesor ya no es simplemente un docente que acerca conocimientos o los transmite, ahora debe convertirse en un gestor digital de las plataformas donde interactúa con los estudiantes, un gestor de los recursos y de la planificación de las actividades propias del aprendizaje, entre otras cosas.
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Leer másCon ella coincide Isidro Fierro, decano de la Facultad de Estudios Internacionales de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), quien destaca que la educación virtual no sustituye a la presencial, pero junto a ella asegura oportunidades para todos.
“Es verdad que con la pandemia apenas hubo tiempo para reaccionar, pero creo que, al finalizar la crisis, debemos tener perfectamente trazada la hoja de ruta y esta es que todos y cada uno de los maestros del país sepan manejar entornos de educación virtual. También deben interesarse por los gustos de sus estudiantes para crear contextos virtuales en función de ello”, manifestó.
Al momento, muchos profesores, sin ningún criterio didáctico, utilizan plataforma y herramienta de la educación virtual; y aplican en clase de manera improvisada los juegos, programas, videos, etc., que encuentran en YouTube. Entonces, la clase virtual se reduce a la proyección de materiales elaborados para otras circunstancias.
La brecha educativa y la deserción escolar se ampliaron
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Leer másEl cierre de las escuelas amplió la brecha educativa entre alumnos de planteles públicos y privados, y entre urbanos y rurales del país, marcando un freno o un retroceso en sus aprendizajes.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), 90.000 niños y jóvenes, especialmente de sectores populares que con mucho esfuerzo acudían a los establecimientos escolares, abandonaron sus estudios debido a que no cuentan con ingresos económicos, no tienen el servicio de luz eléctrica, carecen de Internet, no disponen de computadora, tableta, etc., para participar de la educación virtual. A pesar de que mediante los teléfonos celulares los estudiantes pueden acceder a la información y conectarse con sus profesores, el 60% vive en lugares donde no llega la cobertura de las redes móviles.
En Guayas, provincia a la que pertenece Guayaquil, solo la mitad de los hogares cuenta con acceso a una computadora y apenas el 35 % de la población tiene acceso a Internet propio, según un estudio de 2016 del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Y ante ese escenario surge el uso del WhatsApp, como una vía para que los estudiantes reciban y entreguen las tareas.
Sandra Solórzano, psicóloga y experta educativa, cree que este modelo de enseñanza dejará vacíos de aprendizajes, especialmente a quienes integran el sistema educativo fiscal que no cuentan con los recursos tecnológicos. “Los colegios particulares han avanzado en el 90 % del currículo a través de las herramientas y plataformas virtuales con las que cuentan, mientras que los públicos se quedaron rezagados y sus alumnos solo reciben enseñanza a través de fichas pedagógicas que no llegan a todos los lugares”, menciona.
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Leer másEl Ministerio de Educación aún no tiene clara la cifra de abandono escolar. Por eso prepara un censo nacional para determinar el número real de deserción y medir el nivel de aprendizaje de los estudiantes desde que inició la pandemia.
El modelo híbrido desplaza al aprendizaje fuera del aula
La nueva normalidad y el retorno progresivo de los estudiantes a las aulas ha tomado en cuenta modelos más híbridos, o lo que se llama ‘aula híbrida’, donde tienen estudiantes a distancia y en vivo; o blended, una parte en la virtualidad y una parte presencial.
El modelo híbrido, que desde el 7 de junio pasado adoptaron varios planteles del país, desplaza en buena parte al estudio y el aprendizaje fuera de las aulas como se lo tenía entendido hasta la fecha. La educación presencial no ha desaparecido, pero sí ha cambiado su ritmo, a la par que la virtual toma un nuevo impulso.
Tomás Andino, analista educativo, cree que los salones de clase, tal y como los conocíamos, no volverán a ser los mismos. “La escuela no ha estado a la altura de las oportunidades y posibilidades que ofrece el sistema digital y por ello debe reinventarse, ya que las aulas siguen siendo esenciales para que la experiencia de aprendizaje sea completa”, menciona.
En Guayaquil, para lograr una educación híbrida, varios colegios particulares han tenido que hacer una fuerte inversión económica para una instalación tecnológica y una estrategia pedagógica que abarque lo presencial y lo virtual.
El mal estado de las escuelas evita un retorno con garantías
Leer másLa integración del aula funciona mediante tecnología 4k, lo que permite al docente desplazarse en el salón de clases y no estar sentado frente a la computadora. Una cámara va siguiendo el trabajo en clase, y de esta manera los alumnos que se encuentren en casa tienen la percepción de estar en el aula.
Ello ha llevado a los docentes a adoptar nuevas tácticas en la planificación de sus clases para poder atender a sus alumnos que están frente a él y detrás de la pantalla, resalta Juan Carlos Rodríguez, rector de la Unidad Educativa La Moderna, entidad que imparte este modelo educativo, que está hecho para cuidar a los docentes y estudiantes, al reducir al menos la mitad de la asistencia en persona; así como conservar, al menos en parte, los reconocidos beneficios educativos y emocionales de la educación presencial.