Las empresas, entusiasmadas por el concurso de EXPRESO que apunta a recuperar el centro

La respuesta de la empresa privada ha sido inmediata e incondicional, frente a la iniciativa de EXPRESO de rescatar el centro de Guayaquil, ahora desolado, sin vida e inseguro. Hace apenas una semana, este Diario publicó que bajo el liderazgo de dos arquitectos, uno de ellos articulista de esta Redacción, se llevará a cabo un concurso de ideas para transformar al corazón de la ciudad; y desde entonces, las compañías se han hecho presentes para participar en el proyecto.

Ellas, que donarán recursos como muestra de su aporte cívico, comparten la idea de que Guayaquil debe sanarse y salvarse. Quieren, como el resto de la ciudadanía, ver un centro vivo. Con luces, sombra, piletas, bancas, áreas verdes, familias enteras caminando, bulla y un corredor gastronómico que invite al turista a sumarse a la diversión.

El Banco Guayaquil, el Banco Bolivariano, el consorcio Urvaseo, almacenes La Ganga y la Corporación El Rosado conforman ya la lista de empresas que apoyan a que, mediante las propuestas de urbanistas y la academia, se busquen soluciones para que el Puerto Principal recupere su identidad.

Florencio Compte y Félix Chunga, las mentes detrás de este certamen que se lanzará en octubre próximo (por las fiestas) y del que se analizan ya hasta los más mínimos detalles, coinciden en que la idea se cristalizó al ver que no existe un plan de ordenamiento urbano de largo aliento en la urbe, y al notar ese anhelo que tiene la ciudadanía por ver este rincón guayaquileño habitado.

“Me encanta saber que sí hay personas que están esforzándose por su tierra, que valoran sus raíces, el recuerdo de antaño. Me enorgullece ver que hay quienes piensan en la posibilidad de que las familias vivan allí. Que están luchando por reemplazar la soledad nocturna, por niños y parejas que desde sus ventanas estén viendo la 9 de Octubre o el malecón, desde sus camas o la sala. Ojalá y más compañías se unan. Lo que se está haciendo ahora marca un precedente en todo”, piensa Emilia Cabanilla, habitante del barrio Centenario.

Para Andreína Carpio, de la Kennedy, iniciativas de este tipo deben replicarse. “Lo que están haciendo hoy es la muestra de comunidad. De querer vivir conectados, conociendo al otro, en un sitio inclusivo y sin riesgos, con miras al turismo. Algo vital para el centro, pero también para cada otra parte de nuestro territorio local, también carente de vida en muchos sentidos”.