Encerrarse, la única salida que tuvo el barrio para protegerse
La ola de asaltos atemoriza a los vecinos de Geranios 1. Las familias se unieron para enrejar cinco de las ocho manzanas de la ciudadela Piden obras y atención
Cinco de las ocho manzanas de la ciudadela Geranios 1, en el norte de la urbe, tienen una sola puerta de hierro blanca de seis metros de alto, por donde entran y salen los residentes. Esta fue colocada hace menos de dos años, para impedir el paso de personas y vehículos extraños, y para frenar la presencia de delincuentes y drogadictos que se habían tomado el sector.
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Leer másEn la garita hay una caseta donde se ubica un guardián que pide una credencial para que puedan ingresar quienes llegan de visita al lugar. También hay una cámara que monitorea el entorno, así como señales que advierten a las personas que deben detenerse.
“Nos tuvimos que encerrar para tener algo de tranquilidad y para vivir un poco más seguros”, indica Jenny Chong, quien habita en la ciudadela desde hace 27 años.
En las manzanas 3017, 3018, 3019, 3020 y 3021 residen 127 familias que estuvieron de acuerdo con restringir el acceso a los extraños, por los constantes atracos que estaban viviendo. “La falta de seguridad nos ha obligado a vivir enjaulados como pájaros”, remarca Chong.
Solo tres manzanas quedaron fuera de las rejas, debido a que sus habitantes no quisieron colaborar para la compra de las puertas eléctricas, ubicadas en los cuatro lados que conforman el perímetro. Tampoco quisieron pagar a los guardianes contratados para que se hagan cargo de cuidar la única puerta por la que hay acceso.
Galo Cedeño, quien también habita en Geranios 1 desde hace 27 años, asegura que con la colocación de las puertas y la presencia de dos guardianes, que se turnan para estar presentes las 24 horas, han podido contrarrestar en algo los robos.
Las familias que allí residen deben cancelar 20 dólares mensuales para obtener el servicio.
Los delincuentes ya no ingresan porque estamos encerrados, pero nos esperan afuera para arrancharnos lo que más pueden. La policía debería darnos seguridad.
“Esperamos que los 4.000 árboles no queden solo en fotos y sean cuidados”
Leer más“Ahora los vehículos de los habitantes permanecen toda la noche afuera sin ningún problema y los niños pueden jugar sin contratiempos”, destaca Cedeño, al recordar que en el sitio había mucha delincuencia, ya que los borrachos llegaban a drogarse y a beber en el parque. “Estamos viviendo un poco más tranquilos”, reitera.
Quienes habitan en el sector tienen que llevar siempre sus llaves para ingresar, porque las puertas deben estar aseguradas. Asimismo, tienen que pedir que las visitas los llamen antes de que el guardia abra el portón.
Queremos que el Municipio venga a arreglar las calles. La carpeta asfáltica se está dañando, no ha sido cambiada desde hace más de 15 años.
José Chiliquinga, vicepresidente del comité promejoras de Geranios 1, reconoce que los robos a domicilios han disminuido desde que se colocaron las puertas, pero lamenta que continúen los asaltos a transeúntes, especialmente en las vías principales de la zona.
Cuenta que hace más de un mes una residente de la ciudadela fue víctima de un robo a pocas cuadras de su casa. “Dos hombres en moto pasaron a toda velocidad y le arrancharon la cartera. Los hampones huyeron hacia Las Orquídeas o Bastión Popular”, narra.
En la ciudadela hay varios solares vacíos que se han transformado en basureros, que dan mal aspecto a esta zona y se han convertido en un foco de infección.
Es por esta razón que ha pedido a la Policía que realice patrullajes constantes para evitar que estos problemas ocurran con frecuencia.
Pese a la relativa calma que dicen estar viviendo los residentes de estas cinco manzanas de Geranios, hay otros problemas que los agobian.
Guayaquil cuenta con treinta nuevos consejos barriales en tres parroquias
Leer másUno de ellos es el mal estado del único parque que tienen. “Nosotros le damos mantenimiento con los recursos que recaudamos por autogestión, pero necesitamos que el Municipio realice los arreglos necesarios para que los niños puedan utilizarlo”, pide una residente.
A las calles de la ciudadela le hace falta regeneración. Según sus moradores, desde hace 15 años no han sido atendidas. También hay dos solares vacíos que les están causando molestias, ya que se han convertido en botaderos de basura.
“Esperamos que las autoridades escuchen nuestros problemas y nos den una pronta solución”, concluye el dirigente del comité promejoras.