Se encienden las luces en microteatros
La alegría es evidente entre los asistentes cuando empieza el show. Los actores disfrutan la cercanía con el público. Las obras de comedia son las preferidas
Los aplausos han vuelto a resonar, las risas se escuchan con mucha fuerza y la alegría ha regresado a las tablas de los microteatros en el Puerto Principal.
Las luces ya están encendidas y los grupos de amigos llegan llenos de entusiasmo a los pequeños auditorios que durante dos años estuvieron cerrados y olvidados por la pandemia.
“Qué bacán es el teatro, esta es una de las cosas que extrañábamos de salir. Lamentablemente desde 2020 estuvieron suspendidos, pero ahora ya podemos regresar y los disfrutamos al máximo”, dice Steven Vera, que llega con un grupo de amigos para gozar de una función de comedia. Junto a él está Luis Mansilla, el más entusiasmado de todos. “Amo la actuación, amo el microteatro y todo lo que tiene que ver con ello. Lamentablemente por la COVID tuvieron que parar, pero ahora que están de vuelta me he propuesto venir siempre. Es la mejor manera de relajarse con los panas. Necesitamos de entretenimiento, de risas y arte”, opina el joven de 19 años.
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Leer másPara José Manuel Briones, uno de los propietarios de La Colmena, es bueno volver a recibir al público, que ha retornado con ganas. “Abril fue muy bueno, la gente se ha motivado por volver. En un día bueno pueden llegar hasta 220 personas a ver distintas obras. Todo está mejorando”, cuenta el hombre, que además confiesa que se vivieron tiempos bastante complicados. “Todo el 2020 fue muy difícil. Fuimos los que más sufrimos, todo se cerró y no podíamos funcionar. Algunos solo funcionaban como restaurante, pero ya desde marzo poco a poco se ha ido reactivando todo”, explica Briones, que también se dedica a la actuación.
En La Colmena se presentan funciones de ‘stand up comedy’, obras breves y también otras un poco más extensas; pero para su propietario, lo que más disfrutan sus clientes son los pequeños shows. “Duran entre 10 y 15 minutos, son económicos y la gente sale ‘matándose’ de risa. Luego disfrutan de comida en el lugar o alguna bebida. Todo se reactiva, todos ganan. El ambiente es sano y se siente seguridad”, recalca, al hacer énfasis en que si bien la comedia es el género del que más disfruta la ciudad, hay un público también para las obras dramáticas, de suspenso o los musicales que presentan.
Extrañábamos tener esa cercanía con los seguidores. No es lo mismo por Internet que presencial. La gente regresó con todo.
“Yo soy fan de las de suspenso, de esas que en diez minutos te pueden hacer reír y luego ponerte los pelos de punta porque no sabes lo que sucederá. Me declaro ‘team suspenso’”, comenta entre risas Alexa Murillo, joven de 19 años que llega al lugar a celebrar su cumpleaños.
En Guayaquil hay cerca de 10 lugares que exhiben esta clase de shows y cada uno de ellos poco a poco vuelve a funcionar con gran acogida del público. “Durante mucho tiempo tuvimos que conformarnos con lo que los actores subían en sus redes sociales. De hecho, hasta hubo obras virtuales. La verdad sí asistí, pero no era lo mismo. Sentirlo y vivirlo de cerca es una sensación indescriptible. No hay punto de comparación”, afirma Pamela Mera, que asiste a una obra con su enamorado.
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Leer másEl actor Alex Vizuete recuerda esta etapa, pero no quiere que vuelva a repetirse “Hacíamos ‘en vivos’, teatro virtual. La gente se ríe ‘a full’, pero no es lo mismo. No hay nada como compartir con el público en el microteatro. Es una sensación inigualable sentirlos tan cerca”, menciona el reconocido artista. “La gente ha vuelto como loca, están muy emocionados, era como haberlos tenido presos y soltarlos. Ahora la vida y las risas se sienten a lo largo de toda la cuadra o todo el barrio, es increíble”, añade, al recordar alguna de las experiencias vividas en Las Tablas, en el malecón del Salado.
De aquí realmente salimos desestresados. Con todo lo malo que hay en el país, aquí nos olvidamos de todo. Es genial.
Ricardo Velasteguí, dueño de Pop Up y también actor, cuenta que en el tiempo difícil que se vivió durante la pandemia, “muchos actores y artistas perdieron la esperanza y tuvieron que dedicarse a otra cosa. Ahora ya están volviendo al oficio. Otros tuvimos la fe de que el microteatro no moriría. Estamos felices de que la gente vuelva con tanta alegría”.
El retorno no solo lo disfrutan los clientes, también lo hacen los actores, que al fin vuelven a tener ese contacto con el público luego de mucho. “El microteatro es hermoso, tengo la oportunidad de hacerlo y se siente mucha adrenalina. Hay conexión especial con la gente, que está súper cerca.
Es una experiencia única”, expresa Gigi Mieles, actriz que hizo microteatro en La Colmena y recuerda los pesares que vivió durante la crisis sanitaria. “El año pasado se tuvieron que cancelar algunas obras que estaban listas para presentarse por la pandemia, pero ahora estamos regresando con todo. La reactivación no es de la noche a la mañana y poco a poco vamos volviendo”, manifiesta la joven actriz.