“Creímos ganar la batalla con las rejas, pero no fue así”
Los residentes de la Ferroviaria aseguran que el tan anhelado muro por el que lucharon, no ha evitado los robos Piden la construcción de un retén
Lo que pensaron que sería un mecanismo de ayuda para frenar la delincuencia que se ha apoderado de la ciudadela Ferroviaria, no ha logrado cumplir el objetivo. Así resumen los residentes de esta zona del norte de la ciudad, la colocación de aquel muro metálico que se levantó en junio del año pasado sobre el puente El Velero (prolongación de la calle Aguirre y avenida Barcelona) hasta el monumento al Pescador.
“Ganamos una batalla, faltan otras para recuperar la paz”
Leer más“Todos los vecinos creímos que habíamos ganado una batalla para recuperar la paz perdida por los robos y asaltos constantes en la zona, pero eso está muy lejos de ser una realidad, ya que los delitos continúan con fuerza, llenando de zozobra a la comunidad”, lamenta Ivo Orellana, quien habita desde hace más de cuatro décadas en este sector.
Dice que esta obra, por la que pelearon durante 10 años y cuyos reclamos fueron recogidos en una serie de ediciones de EXPRESO, no ha detenido la presencia de chamberos, consumidores de drogas y asaltantes que deambulan por la zona del manglar, cruzan el puente con mucha facilidad, trepan los barrotes e ingresan a la ciudadela para cometer robos de accesorios a vehículos, hurto de ropa en domicilios y asaltos a todas horas.
#MásVisto: Los moradores de la ciudadela Ferroviaria, en el centro de Guayaquil, reclaman la construcción de un muro en el puente para evitar la visita de delincuentes. https://t.co/ZjfgtoBCXV
— Diario Expreso (@Expresoec) October 24, 2021
“El panorama no ha cambiado en nada y el hampa se mantiene en los mismos estándares de peligrosidad”, reitera Orellana, mientras en compañía de un grupo de residentes camina por los alrededores del muro que, insiste, no ha sido de gran ayuda para disminuir la inseguridad con la que viven desde hace más de 15 años, cuando se construyó el puente El Velero y la ciudadela se volvió ruidosa y transitada.
Pagar caro no los aleja de la inseguridad ni de ‘malos vecinos’
Leer másLos vecinos de la Ferroviaria creen que el muro es un adorno estético y un aliado para que ahora los hampones crucen por las diferentes entradas y salidas que tiene este barrio residencial.
El morador explica que “a los delincuentes se les facilita ingresar fácilmente en carro y moto por cualquier avenida o calle y lo hacen convencidos de que no hay policías rondando la zona”.
“Queremos que se construya un retén o una Unidad de Policía Comunitaria (UPC), para que los uniformados no demoren en llegar a nuestro llamado de emergencia, ya que el puesto policial más cercano está en la ciudadela Bellavista”, manifiesta Freddy Martínez, otro residente.
Queremos cerrar algunas entradas y salidas de la ciudadela con maceteros grandes, como lo han hecho otras zonas, para que los delincuentes en carros y motos no puedan escapar con facilidad.
Paquita Muñoz, quien vive en el sector desde hace 30 años, informa que junto con el comité barrial presentarán un proyecto al Municipio para que cierre las avenidas más peligrosas de la ciudadela. “Podría colocar macetas grandes como ya lo ha hecho en otros lugares de la ciudad. Queremos ver otras opciones para frenar la delincuencia, que está imparable y nos sigue robando la tranquilidad”.
En la Ferroviaria hay algunas viviendas que han sido desmanteladas luego de que sus propietarios las han dejado para mudarse a otros sectores. Una de ellas está ubicada en la avenida Cuarta y calle Sexta, frente a una escuela fiscal.
Los barrotes se han convertido en un adorno estético para la ciudad. Este implemento no ha logrado erradicar la delincuencia, que se mantiene a todas horas en este sector.
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Leer másLos delincuentes se han llevado las rejas y los vidrios de las ventanas. También se han apoderado de las puertas y cables de alumbrado. “Hay noches que ingresan al inmueble para hacer de este un dormitorio”, denuncia Raquel Pástor, habitante de la zona desde hace 54 años.
Ella manifiesta estar cansada de salir con miedo de su casa a caminar para disfrutar el aire puro y de no poder socializar con sus vecinos, ya que la inseguridad no lo permite.
La delincuencia cada día es más fuerte. La policía demora en venir cuando la necesitamos. Queremos la creación de una Unidad de Policía Comunitaria, para tener cerca el apoyo de los uniformados.
El cerco mide 350 metros de extensión, tiene una altura de 1,50 metros y está conformado por tubos de dos pulgadas de diámetro.