La Ernesto Albán, la botica urbana de cinco vecindarios

Hay de todo como en botica. La Ernesto Albán Mosquera es una avenida que atraviesa por realidades distintas, pero el comercio y el tránsito vehicular que soporta le inyectan un dinamismo diferente al de otras vías, lo que atrae a grandes marcas.

La arteria nace en la avenida Domingo Comín, en el ala este de la ciudad; desde donde recorre las ciudadelas 9 de Octubre y Los Almendros, en las que grandes almacenes como De Prati, Pycca y otros negocios pequeños le dan vida a esa parte de la Ernesto Albán. Pero la gran marejada se observa al otro lado del puente de la avenida 25 de Julio, que la divide y donde continúa por las ciudadelas Guangala, Huancavilca, para terminar en el denominado Estero del Muerto, en Las Malvinas, oeste de Guayaquil.

Tener por un lado al centro comercial Mall del Sur; y, por el otro, al hospital Teodoro Maldonado Carbo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) es para algunos lo que genera ese oleaje de personas y la puesta de pequeños y grandes negocios.

“Aquí se encuentra de todo, es muy comercial, por eso ve llenas las calles y las aceras”, señala Ana Carmona al detallar los locales de venta de zapatos, ropa, cadenas de farmacias, entre otros, que hay a lo largo de la vía y que, a decir de ella, se benefician por quienes acuden al mall; lo que a su vez ha atraído otros negocios de reconocidas marcas como Bogati, helados. “Mi papá tiene un local de batidos y eso ayuda en las ventas, gracias a las industrias grandes como Tía, Fernández, es una gran avenida”, sostiene Carmona, quien se da paso entre otros transeúntes en una estrecha acera de la Guangala.

Fue hace un año que se volvió más comercial, asegura Joselyn Sarmiento, quien decidió apostar por un negocio propio en la Ernesto Albán:un taller para motos. Era algo que no había y la necesidad la llevó a ese emprendimiento.

“La mayoría de motos se queda botada por el Teodoro Maldonado, entonces buscar desde allá un taller cercano era al fondo, en Las Malvinas”, cuenta la joven con una amplia sonrisa al sostener que le ha ido muy bien en el negocio.

“Es muy útil, aquí encuentro de todo lo que es para motos. No es necesario ir a otro lado porque hay de todo”, añadió un cliente, que vive por el sector y a quien le pareció también llamativo un chifa grande que ha abierto sus puertas en el sitio con el nombre de Gantonés.

Sarmiento coincide con Carmona en que esos grandes negocios atraen y con ello las ventas de cualquier índole. “Se puede ir comiendo una empanadita, un almuerzo y hasta cambiándose la ‘pinta’ (ropa), con perfumes, relojería. Más adelante hay lavandería, centros de belleza. Cuando es feriado, o los viernes y sábados hay los cincuentazos. Sin duda se encuentra de todo”, reitera la comerciante.

Con ella también coincide Francisco Muñoz. No es del sector, pero mientras espera el bus con otra persona observa y define a la Ernesto Albán como una avenida donde se encuentra todo, desde alimento hasta tecnología. “No es necesario caminar tanto y pienso que la gente del sector se ve beneficiada por eso”, considera el visitante.

Katty, quien atiende un local de variedades, asegura que el mayor movimiento se da en Las Malvinas, pero que con la parada de buses que tiene cerca “sale cualquier cosita”. Y es que esa marejada de gente que circula por el sector se debe también al paso de la mayoría de las líneas de transporte urbano que fue desviado por la zona, tras la creación de la Metrovía que circula por la 25 de Julio. Un tráfico que se congestiona a la altura del hospital y en un giro que el Municipio decidió taponar con grandes maceteros coloridos, para evitar más accidentes. Algo que algunos habitantes consideran que traerá más caos vehicular.