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Escuadrón Esparta
Más de la mitad de los perros que iniciaron este proyecto han salido de las filas de ‘protección’ para la ciudadanía.Expreso

Guayaquil: El Escuadrón Esparta, una iniciativa fallida

De los 18 canes, solo 8 están aptos para disuadir al hampa. La Alcaldía dice que el proyecto no fue bien planificado en la administración pasada

No hubo una correcta planificación y por ello ya no se ve patrullando ni a la mitad de los integrantes originales de este equipo, asegura la Alcaldía de Guayaquil, al referirse al Escuadrón Esparta, integrada por canes que fueron rescatados en la administración anterior y que -según detalla- se encontraban en mal estado físico y mental cuando tomó el cargo la nueva dirección.

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Según Eliana Molineros, directora municipal de Bienestar Animal, cuando se posesionaron, este proyecto que tenía como fin utilizar a los perros -todos rescatados- como un elemento disuasivo de la delincuencia, se encontraba suspendido, y desconoce la razón. “Los motivos debería explicarlos la administración anterior. Lo que puedo decir es que lo que encontramos fue un proyecto paralizado con perros sin atender y en mal estado… Los canes, que estaban acostumbrados a sus guías y a ejercicios constantes, quedaron encerrados y en malas condiciones de salud”, relata; al hacer hincapié en que, las alertas que entonces lanzaron los colectivos animalistas y veterinarios de la ciudad, como publicó en su momento EXPRESO, eran reales. Sin planificación, el proyecto no daría frutos. Y es lo que ha pasado.

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“Para que esta iniciativa realmente funcione, se necesita de una mayor inversión sobre todo para hacer bien la selección genética de los perros de trabajo, que es algo sumamente costoso. Además, se necesita invertir en las adecuaciones físicas de los espacios en donde deberían permanecer. Este tipo de canes no deberían estar mezclados con los perros rescatados.... El trato que requieren para monitorear su salud y alimentación en razón del desgaste físico en el que incurren debe ser especializado, y nada de eso se cumplió a cabalidad”, detalla Molineros, quien es veterinaria e impulsó la creación de la Fundación Proyecto Sacha, que se dedica a la rehabilitación de la fauna silvestre de Guayaquil y gran parte de la provincia del Guayas

El proyecto, que en un inicio generó aplausos pero también una serie de quejas por el tiempo que un animal de este tipo requiere para entrenarse para actividades de ataque y disuasión, o para servir en canoterapia, que fue otro de los proyectos con otro grupo; tuvo como protagonistas a 18 perros para que patrullen junto a sus guías, pero ahora apenas 8 están activos.

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De acuerdo a Molineros, estos animales necesitan cumplir aspectos primordiales para seguir dentro del escuadrón; y esos 10 que ahora no forman parte de esas ‘filas’ no estaban del todo aptos.

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“Necesitan realizar y pasar las pruebas etológicas (que son las que miden su comportamiento); tener entrenamiento profesional, y tener guías capacitados para su manejo y cuidado. Pero esas características no terminan de poseerlas, y por eso quedaron fuera del programa”, explica.

Ahora estos deberán ser revaluados para determinar si pueden seguir cumpliendo con las funciones que llevaban a cabo. En caso de que no, “ se buscará determinar si pueden o no ser adoptados, en caso de ser sí, debemos determinar a dónde irían. Y en caso de que no, se quedarían con nosotros, con el cuidado de un guía”, asevera Molineros.

Escuadrón Esparta
Los canes patrullan junto a sus guías las calles céntricas de Guayaquil.Expreso

Hasta que esto se determine, el proyecto se mantiene con menos animales y sin incluir a más por la pobre concepción del mismo.

Frente a ello, los especialistas critican que no haya tomado en cuenta las advertencias que lanzaron. Y es que para muchos, esa ‘segunda oportunidad’ de vida que la administración anterior dijo que les daba a los animales, que de por sí habían vivido en un entorno de carencias y posiblemente agresivo; los exponía a un escenario todavía de mayor agresividad.

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“Entiendo que el fin era ayudarlos, pero siempre creí que lo idóneo era hallarles un hogar y no tenerlos como herramientas disuasivas, pero por el proceso que deben de pasar para que logren cumplir con ese objetivo. Y es que no es tan fácil como uno cree...”, sentencia la veterinaria Daniela Olmedo, guayaquileña.

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El formador de canes de seguridad, Carlos Checa, coincide, al advertir que para que un can pueda desarrollar este tipo de destreza debía estar entrenado por al menos un año y debía ser adiestrado desde que era cachorro. Además, que debían ser escogidos por sus cualidades genéticas como por la nariz, “que debía ser idónea para olfatear; o tener el físico para morder y perseguir”, detalla.

A su juicio, muchos de los integrantes de este escuadrón no cuenta con las cualidades imprescindibles para ser un perro de seguridad, como el caso del gran danés que se encontraba entre las filas. Checa considera que su gran estatura, sumada a las largas caminatas que debía realizar, les generaría daño a las almohadillas de sus patas y no lo volvía apto para este patrullaje.

Organizaciones como Rescate Animal (RA) y Alma Animal, que desde un inicio se oponían a la formación y uso de estos animales para disuadir antisociales, hoy alzan su voz y se mantienen firme en su posición. “No deben ser expuestos al mismo ambiente violento de donde salieron. La idea es darle un entorno opuesto, totalmente distinto”, concuerdan.

PeticiónLos grupos animalistas como Rescate Animal y Alma Animal consideran que la ruta más saludable radica en dar en adopción a estos canes, para que su vida no se vea envuelta en la violencia.

De acuerdo a Yvonne Roca, dirigente de Rescate Animal, y Cecilia Llopart, de Alma Animal, el proyecto significaba exponerlos y forzarlos a un entorno violento y con escasa instrucción.

“Los perros no fueron entrenados, ni ellos ni sus guías, eso lo sabíamos todos y se notaba cuando los veías. El proyecto fue precipitado, así de simple”, asevera Roca.

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Sin embargo, bajo el contexto actual que se vive, la alerta se enciende pues temen que sean víctimas del fuego cruzado al exponerse a estas labores.

“Con todo lo que ocurre, los canes pueden ser víctimas de la violencia. Ya hay casos en las familias”, destaca Roca.

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A consideración de la dirigente de RA, los canes deberían dejar esta vida y ser dados en adopción para que tengan la ‘segunda oportunidad’ que se merecen.

Llopart concuerda y añade que el proyecto debería mutar en actividades que no implique exponerlos a situaciones que puedan tornarse violentas.

“Lo ideal sería que puedan tener la opción y oportunidad de ser dados en adopción. Lo ideal sería que queden en manos de sus guías, que son con quienes ya tienen un vínculo formado”, explica Llopart.

  • GASTOS
  • El Municipio de Guayaquil detalla que los valores de entrenamiento para 20 canes llega hasta los 25 mil dólares por 6 meses. Adicional a esto, detalla que la inversión necesaria debe ser destinada a la selección genética de canes, la adecuación de los espacios para ellos, salud, alimentación, entre otros.
  • PREMISA
  • La iniciativa tomó perros que fueron rescatados por la Dirección de Bienestar Animal durante el periodo de Cynthia Viteri. Pero varios de ellos salieron de ambientes violentos para entrar a este grupo, como los canes que fueron rescatados en algunos casos de violencia que se hicieron públicos.

La ciudadanía, por su parte, desea lo mismo. “Más allá de no tener la suficiente preparación, deberían estar bajo un techo y llenándose de todo ese amor que les faltó en la calle. Por más buena intención que haya existido en un inicio, pienso que un perro que sufrió necesita más que estar patrullando, de todo el amor y los mimos de un hogar. Si quieren que sirvan para resguardarnos en el grupo Esparta, capaciten a cachorros, pero háganlo como debe ser, con toda la especialización y cuidado. Si no se puede por falta de dinero, que vayan entonces a una familia que los convierta en un miembro más. Guayaquil, los guayaquileños y sus entornos lo van a ver bien”, señaló Keila Andrade, residente de Urdesa.

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