Los espacios no consentidos de la ciudad
Las jardineras y parterres rotos, con raíces y terrenos inestables, son comunes en los barrios. Hay trabas para el peatón. Exigen atención
Caminar por los parterres de la ciudad, sin importar el barrio, implica subir a cuestas en ciertos tramos, pisar bien, estar atenta a los objetos que hay en el camino; y hasta agarrarse de los árboles, sus ramas, los cables o el mobiliario urbano que allí se encuentra.
Todos los ojos puestos sobre la Francisco de Orellana
Leer másLas jardineras de Guayaquil, lejos de ser esos espacios que florecen y dan vida a los entornos, son los que precisamente ponen en riesgo al peatón y vuelven grises -no aptos para generar un ambiente amigable y habitable - los sectores.
Ana María Ocejo vive hace 25 años en la séptima etapa de la Alborada, cerca del Club y Escuela de Natación Jorge Delgado, y asegura ser testigo de cómo las áreas verdes y parterres se han ido deteriorando a vista de todos, y “sin la reacción necesaria de las autoridades municipales”.
Los parterres públicos del barrio están con el piso levantado o adoquines que se salen o hunden. Tenemos vecinos que usan muletas y sillas de ruedas, y que no pueden cruzarlos.
El bujiazo y el arranche reaparecen en los semáforos de Guayaquil
Leer másPara Ocejo, de 60 años, cruzar la avenida Francisco de Orellana, que separa a su ciudadela de Urdenor, que está al frente, es un riesgo para una persona de su edad o con dificultades para caminar. Las raíces de un árbol han levantado el suelo, a tal punto que el concreto se ha partido en enormes pedazos, en los que difícilmente es posible darle forma a la figura que las cerámicas que adornaban la jardinera, tenía.
“Cuando salgo con mis nietos, siempre uno termina de rodillas contra el suelo llorando o hasta rasmillado”, se queja.
En la Francisco de Orellana, advierte el ciclista Eduardo Ruales, es común ver en ese estado a los parterres. EXPRESO hizo un recorrido por la arteria y confirmó que la escena es la misma en las jardineras que se levantan cerca de la tercera etapa de la Alborada y de las intersecciones que se conectan con Samanes, Vergeles, Mucho Lote y Las Orquideas.
En Sauces 4, en la calle Rodrigo Icaza Cornejo el escenario no cambia.En el trayecto que va desde la José María Egas y el 12do Callejón 17 NE, la superficie está tan cuarteada que a los niños, incluso relata la urbanista Renata Muñoz, quien habita en el sector, se les han quedado los zapatos atrapados entre las ranuras del cemento.
Residentes de Urdenor 1 se unen para mejorar sus áreas verdes
Leer más“El mes pasado, a un joven que se movilizaba con bastón, tuvimos que ayudarlo porque la punta se metió en uno de los huecos. ¿Es justo? Claro que no. ¿Le da una imagen negativa al barrio? Por supuesto que sí, este descuido es horrible”, detalla Muñoz, al lamentar que a estos espacios no se los consienta como deberían. Como lo hacen, detalla, sobre todo en Europa y ciertos países de Asia.
“Allá las autoridades, están pendientes de tapizar de verde los parterres y decenas de miles de metros cuadrados de los barrios. Estas jardineras, en otros países están bien cuidados. Aportan elegancia y vida, no dan pena o te ponen en riesgo”, reclama.
Me apena de verdad ver cómo se agrietan nuestros espacios. ¿Acaso las autoridades solo reaccionan cuando las quejas son públicas? ¿No basta solo con que pasen por estos sitios? Si no hay mejoras, es porque simplemente nadie quiere mejorar los sitios.
El espacio que no nació para ser solo un pedazo de tierra
Leer másSobre esta situación, también presente en la avenida Juan Tanca Marengo, la Carlos Julio Arosemena y la Domingo Comín, donde incluso ni la parte interior ni los bordillos de los parterres -en algunos puntos- están en buen estado (algunos sirven hasta de ropero y bodegas de personas sin hogar); este Diario preguntó al Cabildo, a través de un correo electrónico, cuál es el plan de regeneración para solucionar el problema, y las razones por las que hasta entonces no se lo ha hecho, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.
De igual forma solicitó saber qué está haciendo la autoridad para evitar a futuro, que el crecimiento desmesurado de los árboles levante el suelo, pero la reacción fue la misma. Silencio.
Este es un problema vigente no solo en la Domingo Comín, sino en toda la ciudad. Aquí no se cuida las áreas verdes, y es una pena porque son ellas las que cambian el rostro de un vecindario.
Se inauguró el Proyecto Delta, la obra ideada por la academia para la ciudad
Leer másEl crecimiento sin control de las raíces puede además romper tuberías y cables, por lo que es necesario hacer algo ahora, sugiere el biólogo y activista ambiental Diego Morales. Para él, cortar la vegetación sería un atentado: “ni siquiera es una opción”. Sin embargo, cortar aquellas raíces que se consideren secundarias y no contribuyen en el crecimiento del árbol, sí es una posibilidad bastante viable, piensa.
Aún así, la planificación debe estar presente. El hecho de haber plantado a la ligera, sin prever cuanto iba cada especia a crecer, ha desencadenado serios problemas. “Pudo haberse plantado árboles con raíces que crezcan hacia abajo y no hacia los lados. Tiene lógica, ¿no?”, cuestiona Muñoz, quien -como el resto- exige al Cabildo que monitoreé a consciencia estas áreas y las a someta a frecuentes mantenimientos.