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Espol. La cercanía que tiene el campus Las Peñas con el Malecón y otros sitios turísticos, lo convierte en un punto clave para transformar y revivir la zona.Joffre Flores

La Espol se propone darle una nueva vida al centro de la mano de su campus

La Espol hará del campus Las Peñas un centro de innovación que se conecta con el entorno, como lo hizo Medellín y Monterrey

Que el centro de Guayaquil vuelva a ser ese lugar de la ciudad lleno de vida y de familias que habiten sus edificaciones, así como de turistas que recorran sus calles sin importar la hora o el día, ha sido el anhelo de los guayaquileños en al menos la última década, como lo ha venido publicando EXPRESO. Un sinnúmero de voces y proyectos urbanísticos que han trazado la hoja de ruta para hacerlo, como el concurso de ideas que lanzó hace dos años este Diario para recuperar precisamente este lugar, han salido a la luz, pero los cambios no se han dado. Que ha faltado voluntad política, han reclamado los ciudadanos.

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Esta vez, un intento más por dinamizar esta zona y recuperar la identidad del Puerto Principal llega a través de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol); que con la transformación de su campus en Las Peñas, donde desarrollará el proyecto social urbanístico ‘Distrito 100’, apunta no solo a darle una segunda oportunidad de vida al espacio, sino que conectarlo con el entorno: con los cerros Santa Ana y del Carmen, Las Peñas, la calle Panamá, el Malecón, el río...

Queremos que el centro siga siendo ese espacio importante de Guayaquil y que no sea solo parte del pasado. ‘Distrito 100’ busca potenciar el emprendimiento dinámico e innovación de Guayaquil, mediante la remodelación y el equipamiento de la edificación, que estará conectada, abierta al entorno y en la que habrá un espacio, todo un ecosistema para la comunidad. Aquí vamos a promover actividades para la incubación y colaboración de proyectos. Tenemos el sueño de ver que la ciudad se convierte en un polo de desarrollo tecnológico y de esperanza”, detalló la rectora de la Espol, Cecilia Paredes; la tarde del pasado 23 de julio que hizo público el anuncio del programa, en el que participa el arquitecto y urbanista colombiano Alejandro Echeverri, reconocido en el mundo por mejorar los barrios con mayores problemas de desigualdad y violencia en Medellín (Colombia) y Monterrey (México).

Queremos que el centro siga siendo ese espacio importante de Guayaquil. Queremos darle una segunda vida, a fin de que su historia continúe escribiéndose. Su presente y futuro no se puede concebir si no tiene vida.

Cecilia Paredes, rectora de la Espol

En esta última ciudad, Echeverri, quien estuvo de visita en Guayaquil, desarrolló años atrás un proyecto similar al que plantea ahora la Espol, que permitió revertir la sensación de abandono en las zonas aledañas al Tecnológico de Monterrey; en su momento tan críticas que, a decir del también consultor internacional y asesor de la ONU-Hábitat y el Banco Mundial, el centro universitario barajó la idea de cambiar de sede.

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El proyecto que Echeverri desarrolló en Monterrey se ha convertido en una plataforma donde se propicia el encuentro entre toda la comunidad, logrando que la calle se sienta como el espacio propicio para convivir, explorar, experimentar, disfrutar, emprender y encontrarse.
Alejandro Echeverri
Figura. Alejandro Echeverri, arquitecto y urbanista colombiano, lideró la estrategia de urbanismo social en Medellín entre los años 2004 y 2008.Joffre Flores

“Al final decidió quedarse y le apostó de lleno a recuperar el entorno a través de un centro de innovación que se convirtió en el mejor vecino de todo el territorio, que es lo busca ahora la Espol. La decisión no fue fácil. En el sitio se sentía miedo, la población se había perdido. Ahora familias enteras han vuelto, hay parques, sitios de encuentro, de ocio, de arte, de pícnic y muchísima seguridad”, detalló Echeverri, quien está a cargo de diseñar la estrategia de la reactivación del campus Las Peñas.

Me parece muy pertinente la participación de urbanistas con experiencia en realidades similares a Guayaquil, tanto en condiciones sociales (seguridad) como en cantidad de población. La experiencia de Alejandro Echeverri en Medellín es un claro ejemplo del trabajo conjunto entre sector público, empresa privada y la Academia. Podemos aprender mucho sobre sus aciertos y retos.

Félix Chunga, máster en urbanismo y docente de la UCSG

Aunque la Espol no ha detallado la fecha exacta en que empezará a levantarse el ‘Distrito 100’, Paredes -que hizo hincapié en que la iniciativa fue tomando forma desde hace ya varios años- confirmó que el préstamo de $ 20 millones para dar inicio a la intervención en las dos hectáreas de extensión que tiene el campus, ya fue aprobado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID); y que asimismo ya están hechos los estudios. El proceso sigue su curso.

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Por su parte, Echeverri desde ya anticipa cómo será este ecosistema, en el que convergerán los emprendedores, la empresa privada y la comunidad.

“Este punto del centro, que tiene todos los elementos para destacar, será fresco y seductor para los jóvenes, el turismo y las empresas. Estos son los factores que lograrán cambiar la noción del sitio. Así lo hizo Medellín, cuando a inicios de 2000 toda la ciudad empezó a encerrarse porque veíamos que esa era la única posibilidad para resguardarse. Analizando todos los escenarios fue que le apostamos a cambiar la estrategia, creando una ciudad de puertas abiertas, sin muros, a través del urbanismo social, de proyectos de este tipo; que fueron clave para reencontrarnos y redescubrinos”, explicó.

Ejemplo. ‘Milagro Medellín’ es como se conoce a esa transformación reconocida en el mundo y que ahora se quiere aplicar en Guayaquil.
centro de Guayaquil
'Distrito 100' pretende conectar al campus Las Peñas con todo el entorno, a fin de que el centro se convierta en un punto de encuentro de emprendedores, empresarios, la familia, la sociedad.Joffre Flores
Parque Seminario

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Para el especialista, quien como director de la Empresa de Desarrollo Urbano de Medellín visitó ya en 2004 el Puerto Principal para ser testigo del cambio inicial que tuvo el Malecón 2000; el centro puede sin duda revitalizarse y volver a estar en el radar del turista.

“Este proyecto puede ser el punto de convergencia de la academia, de las empresas privadas, del Gobierno y de la sociedad civil. Y para ello, debe dar cabida a la innovación y al emprendimiento, pero también a la creatividad y la diversión. El punto debe ser realmente útil para esta nueva visión y economías de la ciudad. En Medellín, por ejemplo, el Parque Explora que es un museo interactivo de ciencias (del que Echeverri fue arquitecto), logró conectar a todos los públicos. Se convirtió en un lugar de activación y quizá en uno de los más atractivos de la ciudad, y que se ha logrado mantener en el tiempo”, sentenció

¿Qué peso tienen las alianzas público privadas en iniciativas de este tipo? 

A decir de Echeverri, las alianzas público privadas que se puedan realizar a raíz de que esté listo el proyecto serán fundamentales para garantizar su sostenibilidad y permanencia. “En el Parque Explora o el Jardín Botánico de Medellín hay espacios que se rentan para ferias o los matrimonios más exclusivos de la urbe, eso da recursos, que son asimismo invertidos en sus equipamientos. Así se mantienen impecables y captan más visitantes...”, alegó.

El centro de Guayaquil tiene todo para destacar, pero está apagado, desconectado. Le falta ser confortable y habitable. Necesita recuperar su historia, además de su río y espacios antes turísticos.

Sonia Robles, turista

Aunque no profundizó en las mejoras que Guayaquil debe hacerle a los espacios públicos aledaños al campus de Las Peñas, Echeverri hizo hincapié en que se tome en cuenta a la isla Santay. “Me subí a la Aerovía y me dio dolor en el alma ver ese parque natural que muy pocas ciudades lo tienen y que debe ser aprovechado. No sé la historia ni quiero meterme en cosas políticas, pero al llegar a Durán ese ecosistema debería dar la bienvenida. A veces la política termina haciendo ciertos espacios más frágiles, pero todo puede cambiar. Hay maneras”, sentenció.

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Las Peñas
Turismo. En Las Peñas hay monumentos, rincones para atraer y fotografiables, pero cada vez son menos quienes se detienen a verlos. Apenas en feriado se ve a gente caminando, redescubriendo el lugar.FREDDY RODRÍGUEZ

La Aerovía, un punto clave para dinamizar el área

Para el arquitecto y urbanista Alejandro Echeverri, el concepto de la Aerovía como tal juega a favor de ese dinamismo que se quiere alcanzar. “En el caso de Guayaquil, para que tenga más vida hay que integrarla a la realidad y los itinerarios de usos de las comunidades. Si no se usa hoy es porque no responde posiblemente a la necesidad de muchos”, sostiene.

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Enfocar la Aerovía al comercio y turismo, rutas para darle utilidad

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¿Qué hacer? “Hay que activar el lugar de las estaciones, generando en ellas una diversidad de programas, actividades y rutas. Si se lo logra, se ganará mucho”, agrega.

En reportajes anteriores, planificadores urbanos como Johnny Cóndor han propuesto dar cabida en ellas al comercio. “Tenemos tantas marcas extranjeras aquí, empresarios locales, a los que se les puede dar el espacio para que ellos atraigan a la gente a venir a las estaciones. Hacer minimalls para que la gente tenga un interés en acercarse”, propone.

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No obstante, ha dicho, que sin el interés del Municipio, solo será un elefante blanco que pasa de una administración a otra.

Aerovía
Para Echeverri la Aerovía es un servicio que podría atraer y servir de enganche al turismo. Pero, advierte, hay que hacer cambios para volver al sistema más atractivo.Joffre Flores

En torno a este tema, como ha publicado EXPRESO, los ciudadanos se han pronunciado. A algunos no les resulta rentable trasladarse por este sistema, pues su costo y paradas no son suficientes para incentivarlos a subirse a las cabinas.

“A veces tomo la Aerovía como un paseo en familia durante el feriado o fin de semana, pero aun así no hay mucha novedad. Como transporte, no suple la demanda. Si quieren que la gente se vuelque a usarla, deben cambiar estrategias”, admite el ciudadano Gabriel Izurieta.

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Asimismo, Iván Lindao indica que no hay suficientes incentivos que obliguen al ciudadano a subirse a los módulos. “Ni como transporte, porque no me deja donde quiero; ni cómo turismo, porque cansa ver lo mismo. Por un tiempo pusieron algo de arte, pero lo dejaron olvidado y parecía valla vieja con la imagen borrada por el sol”.

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Juan Ochoa, que no usa de manera regular este servicio, también espera que se ejecuten acciones a favor de usar este medio. “Hicieron Aeroarte, solo para que también quede olvidado. Todas esas vallas que pusieron ya están blancas por el sol, y rara vez se dignan a cambiarlas. En vez de dar buen aspecto, lo empeoran”, sentencia.

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