Unos estudian como pueden, otros aún no van a la escuela
Ni los tutores municipales ni las acciones del Ministerio de Educación han frenado el abandono escolar. Los estándares de lectoescritura son bajos
El panorama no ha cambiado para Memo Aguirre, quien aún no ha podido ir a la escuela y tampoco lo hará en el transcurso de este año lectivo. Tiene 9 años y ha pasado los últimos 17 meses en su humilde vivienda ubicada en la cooperativa Jeaneth Toral 2, Monte Sinaí, en el noreste de Guayaquil. Allí viven ‘como pueden’ los cuatro miembros de la familia: papá, mamá y un hermano menor, que también tiene dificultades para recibir educación en casa.
Los becarios viven un calvario por los montos no asignados
Leer másSu madre cuenta que el año pasado no pudo matricularlo debido a que en plena pandemia por la COVID-19 decidió venir a vivir a Guayaquil y no alcanzó cupo en el sistema fiscal, según le dijeron por teléfono quienes estaban a cargo del proceso de matriculación. Este año tampoco corrió con suerte. “Por su edad, el niño debería estar en quinto grado, pero solo cursó hasta tercero básico en una escuelita privada cuando vivíamos en Manabí”, añade, mientras ayuda a resolver la tarea de su otro hijo que está en segundo básico, las que recibe por mensaje de WhatsApp.
Memo no es el único niño que no está estudiando. Como lo ha informado EXPRESO en diferentes reportajes, en Ecuador hay 90.000 escolares -de los más de 4,4 millones que existen- que dejaron los estudios en medio de la pandemia, según un informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
La educación virtual vino para quedarse
Leer másNi los maestros enviados por el Municipio para escolarizar a más de 6.000 menores ni las acciones que el Ministerio de Educación dice estar ejecutando para que estos no abandonen la escuela, han podido evitar la deserción escolar, cuyo número real todavía sigue siendo un misterio.
Mis hijas reciben las tareas por WhatsApp solo cuando tengo dinero para hacer una recarga al celular. A veces debo priorizar entre darles de comer o tener listo el teléfono.
Ante el cierre de su colegio desde marzo de 2020, Carlos Palacios, de 6 años, se arrodilla para tomar notas de sus clases, expuestas en un papelógrafo pegado en la pared de la casa comunal de la cooperativa Realidad de Dios, lo más parecido a unas lecciones virtuales en un sector popular donde las viviendas no tienen señal de internet y tampoco equipos tecnológicos.
Dos veces por semana, a este lugar acude una tutora contratada por la Municipalidad, quien ayuda a los pequeños a continuar con sus estudios y a desarrollar las actividades del portafolio (tareas escolares), que es el único mecanismo con el que se evalúa a los escolares.
Mi hijo de 5 años no está matriculado porque no alcancé cupo, pero lo traigo dos veces a la semana a la casa comunal para que una tutora del Municipio le enseñe algo.
Para Carla Zambrano, una madre de familia, esta ayuda es insuficiente por la cantidad de estudiantes que la necesitan. “Aquí hay niños que no están escolarizados, pero que sí quieren aprender al igual que sus amiguitos”, menciona.
En este lugar, nueve de cada diez menores tienen estándares muy bajos de lectoescritura, según los resultados de una muestra aplicada en Monte Sinaí por la Dirección de la Mujer, el Centro de Desarrollo y Autogestión, y representantes de Unicef.
Abandonaron la escuela, ahora juegan, limpian y cocinan
Leer másEstos resultados no le asombran al psicólogo y experto educativo Luis Constante. “Los niños llevan perdido más de un año de su vida por la mala calidad en la educación, por deficiencias en el acceso y por problemas en la comunicación. La mayor parte de los pequeños recibe las tareas a través de WhatsApp”, menciona.
Mientras que Lucía Sánchez, psicopedagoga, cree que la percepción de un deterioro en la educación también se debe a que los hogares reportan un menor número de horas dedicadas a las actividades educativas en comparación con las clases presenciales. “Es necesario que el retorno a las aulas se generalice pronto para que el panorama educativo cambie su rostro”, puntualiza.
Unicef: “No más clases en casa”
La Unicef ha pedido que no se espere a que los alumnos y profesores estén vacunados para reabrir los centros escolares. Voceros de este organismo internacional aseguran que hay evidencias claras de que las escuelas y colegios no estuvieron entre los principales espacios de transmisión del virus, mientras que las pérdidas que sufrirán niños y jóvenes por no asistir a los planteles puede que no se recupere nunca.
Reconocen que la educación virtual no es una opción para al menos un tercio de los niños del mundo que carecen de equipamiento tecnológico y otras condiciones que les permitan seguir las clases desde sus casas.
El número de desertores, un misterio
Retraso escolar, el perjuicio a los niños que se veía venir
Leer másEl Ministerio de Educación aún no tiene clara la cifra de abandono escolar. Al momento está procesando la información que se obtuvo del plan piloto de los puntos de reencuentros que se ejecutaron del 5 al 8 de julio pasado, en tres provincias del país, para medir el nivel de aprendizaje de los estudiantes en los últimos 18 meses e incentivarlos a que regresen al sistema educativo.
Voceros de esta Cartera de Estado informaron que en Guayaquil se tiene planificado contar con 500 puntos de reencuentros, cuya fecha de apertura aún se la está definiendo. Estos estarán ubicados en Monte Sinaí, Bastión Popular, Guasmo, Isla Trinitaria, entre otros sectores.