Estudiantes de la jornada vespertina del Alemán Humboldt reciben becas

La labor social del Colegio Alemán Humboldt de Guayaquil, a través de su jornada vespertina, se ha convertido en un ejemplo de cómo la educación puede ser un motor de transformación social. César Crespo, rector nacional y director de esta sección comparte a EXPRESO que este programa nació como respuesta a la necesidad de brindar educación de calidad a niños y jóvenes de sectores vulnerables, asegurando que las oportunidades académicas no estén limitadas por la situación económica.

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“Desde su creación, la jornada vespertina ha crecido y se ha adaptado a las necesidades de la comunidad, beneficiando actualmente a unos 410 estudiantes en los niveles de preescolar, primaria y secundaria. Todos los estudiantes cuentan con una beca del 90% sobre la colegiatura, lo que refleja el profundo compromiso del Colegio Alemán con la equidad. Este programa no solo ofrece una educación integral, sino que también proporciona a los estudiantes las mismas oportunidades que los alumnos de la jornada matutina”, asegura.

Andrea Vera, madre de tres estudiantes y beneficiada de este brazo social, destaca que la igualdad entre ambas jornadas es total. “Los chicos de la vespertina tienen las mismas oportunidades que los de la matutina. No hay diferenciación en infraestructura o en los uniformes. Cuando te gradúas, lo haces como un alumno del Colegio Alemán, sin distinciones”, alega.

Además del enfoque en la excelencia académica, el programa vespertino promueve un entorno donde los valores y principios son parte fundamental de la formación. Diana Orellana, exalumna y actual profesora de ciencias, destaca el impacto que esta educación tuvo en su vida. “Ser alumna del Colegio Alemán de la Jornada Vespertina me abrió muchas puertas, no solo en mi vida profesional, sino en mi desarrollo personal, enseñándome valores como la compasión y el amor”.

Beneficios del programa educativo

Para ella, regresar como docente es un privilegio, ya que puede devolver a sus estudiantes lo que recibió durante sus años de estudio. El programa ha permitido que numerosos exalumnos continúen sus estudios en instituciones de educación superior, destacándose en diversas áreas. 

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“Muchos han ingresado a universidades prestigiosas, y algunos incluso han vuelto al colegio para compartir sus experiencias, testimonio del poder transformador de una educación inclusiva”, destaca César Crespo, director general.

La comunidad también reconoce el valor de la jornada vespertina. Al establecer como requisito que los estudiantes vivan dentro de los 5 kilómetros del colegio, se asegura que la educación llegue a quienes más lo necesitan. 

Esta proximidad crea un fuerte vínculo entre la institución y la comunidad local, beneficiando a familias que de otra manera no tendrían acceso a una educación de esta calidad. A medida que el programa vespertino continúa creciendo, se están implementando nuevas iniciativas que darán más oportunidades a los estudiantes.

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