Estudiantes en riesgo por falta de semáforos frente a colegios de Guayaquil
Los menores, junto a sus padres, cruzan corriendo las calles en medio de carros que transitan a alta velocidad. Piden a la ATM colocar señalización
Son las 12:30 y miles de niños y jóvenes abandonan sus colegios, todos expuestos a peligros por falta de precaución, carencia de semáforos y ausencia de agentes de tránsito en los exteriores de los centros educativos, como lo constató EXPRESO durante un recorrido efectuado por varios sectores del norte de la ciudad.
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Leer másEsa es la realidad de la escuela Rosita Paredes, ubicada en la ciudadela Colinas del Maestro, donde los estudiantes, junto a sus padres, arriesgan sus vidas todos los días al intentar cruzar la avenida Francisco de Orellana, una vía con alto flujo vehicular, donde han muerto ya varios peatones.
Desde hace dos años los padres están solicitando a la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM) la instalación de semáforos, reductores de velocidad, señalización en las calles o un puente peatonal para proteger la vida de sus hijos, pero aseguran que no han tenido respuesta.
EXPRESO también consultó a la entidad de tránsito qué medidas ha previsto para salvaguardar la integridad de los escolares, pero hasta el cierre de esta nota no hubo respuesta.
Camilo Verdesoto, un padre de familia, comenta que a insistencia de ellos, de vez en cuando llegan dos agentes de tránsito, se paran frente al plantel y detienen a los automotores para que los estudiantes puedan cruzar la vía. “Pero esto no sucede todos los días y los niños tienen que atravesar la avenida en veloz carrera”, añade.
La constante inseguridad provocada por la alta circulación de buses, taxis y todo tipo de motorizados, que forman enormes trancones, es la preocupación de padres y alumnos que piden que se destine más personal de tránsito en la zona.
No hay seguridad vial para los estudiantes, quienes a diario se exponen al cruzar corriendo las calles cercanas al colegio donde no hay semáforos ni agentes de tránsito.
“Necesitamos la presencia de uniformados en los exteriores de la unidad educativa, en las horas de entrada y salida, porque la avenida Orellana es de bastante afluencia”, comenta Melissa Miranda, mientras espera que su hijo salga de clases.
Estamos preocupados porque las autoridades no hacen nada para solucionar la falta de semáforos frente a los planteles educativos. El problema lo hemos dado a conocer.
Ella menciona que en varias ocasiones algunos niños se han salvado de ser arrollados por algún bus. “Pero las autoridades no deben esperar que eso suceda para recién actuar”, exclama.
A un riesgo similar se enfrentan los alumnos del Liceo del Norte, ubicado en Sauces 9, quienes deben hacer peripecias para cruzar los parterres de la avenida Antonio Parra Velasco.
“Por reiteradas ocasiones hemos pedido a la ATM que nos apoye con el envío de agentes, ya que aquí es muy peligroso para los alumnos en el horario de ingreso y de salida”, manifiesta Antonio Medrano, padre de familia, que entre risas menciona que muchas veces él ha intentado controlar el tráfico vehicular en la zona para que los niños puedan cruzar la calle.
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Leer más“Esto pasa todos los días. Los chicos cruzan para ir al colegio entre buses, camiones y motos. No hay semáforos. Esto es un caos total”, añade.
De acuerdo con lo comentado por otros representantes, la inseguridad que marca la zona afecta también a la unidad educativa, por lo que muchas veces se ha conocido de hechos delictivos en contra de los estudiantes, a quienes los malhechores les han quitado sus mochilas u otras pertenencias. Por ello piden la presencia de la Policía.
En los alrededores de la escuela Esteban Cordero de Fe y Alegría, ubicada en Mapasingue Noreste, tampoco hay semáforos ni agentes que controlen el tránsito y la preocupación de los padres cada día se incrementa.
En cambio, en la Unidad Educativa Teniente Hugo Ortiz el problema no se presenta por la falta de semáforos en la avenida Teodoro Alvarado Oleas, ya que en el sitio hay dos: uno para dar paso a la transportación urbana y el otro a los expresos escolares y carros privados que salen y entran al plantel. La dificultad radica en la demora de estos aparatos para cambiar de luz roja a verde o viceversa.