Carreras artísticas_Cristhian Murillo
Cristhian Murillo es un estudiante de Música que también vive las dificultades de hacerlo en modalidad virtual-Cortesía

Estudiar una carrera de arte desentona en la virtualidad

Músicos que no pueden tocar a la vez; bailarines en pisos inadecuados; actores que no logran concentrarse, son  dificultades de estudiar en línea.

Bailar en un piso inadecuado con el temor a sufrir una lesión; tratar de concentrarse para interpretar un personaje mientras las mascotas se pasean alrededor; o de tocar una sinfonía con cada músico desde su casa; son varias dificultades que comparten estudiantes de carreras artísticas en la modalidad virtual.

En este contexto, los estudiantes han debido adaptarse y continuar con su preparación. Aunque no ha sido sencillo.

Nathaly Lipari, alumna de Creación Teatral en la Universidad de las Artes, dice que recibir clases de asignaturas eminentemente prácticas es complejo: “El teatro es presencial. Incluso a nuestros maestros se les ha hecho complicado darnos clase y encontrar técnicas y herramientas adecuadas”.

En ocasiones le resulta difícil concentrarse y hacer los ejercicios que la profesora le pide. “A veces no quiero porque sé que el ejercicio tiene que ver con indagar en mi lado sensible, en mi intimidad; o quizás ese personaje me lleva a recordar ciertas cosas y no lo quiero recordar en este momento, porque estoy en mi casa, mi padre está trabajando, los perros se pasan por mi lado”, añade.

Nathaly Lipari_Estudiante de Teatro
Nathaly Lipari procura concentrarse en la interpretación de un personaje, aunque está en su casa rodeada de sus mascotas.Cortesía

Asimismo, para Israel Navarrete, quien estudia saxofón en el Conservatorio Superior Nacional de Música, varias cosas han cambiado con las clases en línea. “Ahora tengo que grabar videos para enseñarles a los profesores. Pero no es lo mismo, porque antes uno iba y el profesor le corregía los errores en ese rato”. No obstante, advierte que ello no es motivo para desalentarse, pues “sobre todo, es fundamental el esfuerzo que cada uno ponga”.

Cuenta que cuando iniciaron las clases virtuales ocurrió una situación graciosa. “Es un poco chistoso, porque una vez el maestro nos pidió que toquemos una canción y que prendiéramos todos los micrófonos a la vez. Pero no resultó bien, todo sonó distorsionado, entonces fue todo un lío”, relata.

A partir de eso prefirieron enviar su interpretación personal como tarea, para que luego se editara el trabajo grupal.

Un caso similar expone Cristhian Murillo, alumno de Artes Sonoras de la Universidad de las Artes. “Nosotros recibimos clases de instrumento y cuando estábamos con un profesor y tocábamos la pieza que estábamos montando, en ese contacto directo nos corregía todos los aspectos técnicos. En el ámbito virtual todo esto se complica, porque es inevitable que en alguna de las sesiones exista un fallo en la señal de internet, un retraso. Esto dificulta que el profesor pueda ver de buena manera cómo estás interpretando la obra”.

María José Villamar_Estudiante de danza
María José Villamar practica estiramiento y algunos pasos, aunque con el riesgo de lastimarse por la dureza del piso de su casa.Cortesía

María José Villamar, estudiante de danza en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo, afirma que es complicado realizar coreografías en su casa, porque el espacio no es adecuado: “El piso es muy distinto al de un salón de clases. Aquí en casa es de cemento”.

Entonces, si hace algún salto se puede lastimar las rodillas o los tobillos. “Y por eso siento que no he podido mostrar todo mi potencial”, lamenta.

Francisco Cabanilla, estudiante de Cine de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil (UCSG), cuenta que para practicar y cumplir con las actividades de sus materias, optó por comprar sus propios equipos de grabación y edición. “Es algo que no hubiese pasado si estuviésemos en clases presenciales, porque allí contamos con los materiales y laboratorios de la universidad”.

Francisco Cabanilla_Estudiante de Cine
Francisco Cabanilla cuenta que debió adquirir equipos de producción y edición para practicar en su casa.Cortesía

En este panorama, a los estudiantes les ha correspondido buscar otras formas de trabajar. Nathaly Lipari señala que para la clase de dramaturgia experimental realizó -con la ayuda de varios compañeros- un ejercicio muy interesante por Zoom, que involucró al público y permitió la reflexión sobre el uso de las nuevas plataformas.

En tanto, Francisco Cabanilla participó, en junio pasado, en la filmación de un cortometraje independiente. “Fue raro ir a un rodaje con traje de astronauta, con mascarilla, con todo, pero se tomaron las medidas necesarias y todo salió bien”.

Tanto estudiantes como docentes reconocen las complejidades de las clases virtuales en las áreas artísticas; sin embargo, un poco de motivación y creatividad es lo que les ha permitido continuar, afirman, mientras esperan el tan ansiado regreso a las aulas.

Christian, María y Jorge coinciden al expresar su deseo de que pronto se reanuden las clases presenciales. Pero a la vez aclaran que, por el bienestar de todos, es necesario esperar hasta que todo sea seguro.

Israel Navarrete_Estudiante de Música
Israel Navarrete sigue las clases de música y practica a través de la pantalla de su computadorCortesía

LAS INSTITUCIONES Y LOS PROFESORES

Como docente de asignaturas prácticas, en la carrera de Cine de la Universidad Católica, Guido Bajaña graba tutoriales para que sus alumnos puedan verlos en cualquier momento. “Me ha tocado convertirme en un youtuber.

Grabo cómo hay que poner la luz, cómo se la debe direccionar, qué cosas se deben poner frente a la luz, todas estas herramientas y ejercicios”. Además, la universidad diseñó un “protocolo para que los estudiantes puedan prestar los equipos y seguir aprendiendo”, dice.

Aparte de las dificultades de la virtualidad, hay componentes prácticos de algunas materias que no se han compartido y están a la espera de un mejor momento; y al inicio de la pandemia hubo una cierta deserción estudiantil.