Preparación. Muchos jóvenes se quedan sin ir a la universidad, a pesar de rendir el examen Ser Bachiller
Preparación. Muchos jóvenes se quedan sin ir a la universidad, a pesar de rendir el examen Ser BachillerJimmy Negrete / Expreso

Expertos plantean opciones para reemplazar el examen

Educadores sugieren nuevos métodos para evaluar al estudiante. La eliminación de la prueba, en varios institutos de Estados Unidos, ha dado buenos resultados.

La eliminación de los exámenes, como una forma de evaluar a los estudiantes que terminan la secundaria, es un tema que gana terreno en Estados Unidos y países europeos, porque son percibidos como una amenaza que bloquea la creatividad de los chicos.

En Ecuador hay voces a favor y en contra de poner fin a esta tarea que, en el diseño del modelo educativo ecuatoriano, se mantiene vigente desde hace algunas décadas.

Hace 10 años, Ann Cook, de la red de centros New York Performance Standards Consortium, consiguió que los alumnos de 39 institutos públicos no tengan que enfrentarse a exámenes. En el resto de centros, los estudiantes deben realizar cinco pruebas al final de la secundaria (Matemáticas, Historia Global, Historia Estadounidense, Ciencias y Lengua Inglesa) para obtener el título y acceder a la universidad.

Esa prueba norteamericana equivaldría a la de Ser Bachiller en Ecuador, que le sirve al estudiante para graduarse en el colegio e ingresar al sistema de educación superior público. Un objetivo que no todos los jóvenes consiguen, reduciendo sus oportunidades de continuar sus estudios.

A nivel de país, desde el período 2013-2014 hasta el 2017-2018, por nivel de logro la mayoría de quienes lo rinden alcanzan el satisfactorio (36,4 %), elemental (35,1 %), insuficiente (24 %), y excelente (4 %).

La lucha de Cook es contra una tendencia cada vez más extendida en Estados Unidos que, al igual que en Ecuador, consiste en medir el éxito de las escuelas y la efectividad de los profesores, según las notas de los alumnos obtenidas allí.

Los resultados de su experimento empiezan a ser visibles: el 90 % de los alumnos de su red de institutos -28 están en la ciudad de Nueva York y 11 repartidos por el estado- accede a la universidad, frente al 58 % de media del resto de centros públicos de la región, según una publicación de El País.

Al igual que Cook, docentes y expertos en el campo educativo ecuatoriano creen innecesarios los exámenes que pretenden resumir el rendimiento del alumno en un solo momento. Por ello, plantean otras metodologías de evaluación.

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“Es mucho mejor que la evaluación sea producto de un proceso integral y no el resultado de un día determinado para un examen”, indica Patricio Cajas, excoordinador de Contrato Social por la Educación.

El analista explica que el proceso educativo en su conjunto, así como implica aprendizaje y transmisión de conocimientos, debe tener otros elementos como participación, reflexión, análisis, propuestas, etc., que deben ser evaluados para superar esa mirada de que una prueba que se toma al final es la que permite conocer el rendimiento del estudiante.

Las metodologías de los sistemas educativos más abiertos no están contra la evaluación, sino más bien piden que se la haga con otros mecanismos.

Con ello concuerda Juan Carlos Rodríguez, exsubsecretario de Educación y rector del colegio La Moderna, quien señala que la evaluación es un proceso de construcción permanente; por ejemplo, que un estudiante pueda redactar un párrafo, analizar, interpretar, leer y desarrollar elementos e ideas.

“Todo esto se lo puede medir dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje y no necesariamente en una prueba final en la que se toman contenidos específicos, bajo un estándar en el que se pretende que todos aprendan exactamente igual, cuando eso no es una realidad, ya que todos somos diferentes”, anota el educador.

Esto ocurre con la prueba Ser Bachiller, menciona, que es meramente de contenidos o de estructuras supuestas de habilidades que hace que los chicos se concentren en el examen y no en el aprendizaje.

Las nuevas tendencias de la educación buscan que el niño logre desarrollar habilidades y competencias y que no se enfrasque en competir, sino en ‘competer’; es decir, en ser competente, recalca.

Vladimiro Álvarez, exministro de Educación y docente universitario, considera que las evaluaciones son importantes, pero que se debe cambiar la metodología de evaluar.

“Que no sea el examen escrito en papel de una línea o cuadriculada, que ya van quedando obsoletas con el uso de la tecnología. Se puede sustituir por evaluaciones por medios tecnológicos o por una oral donde el estudiante demuestre el grado de formación que tiene”, propone.

Al igual que sucedió en Nueva York, los expertos educativos de Ecuador sugieren que se debe tomar la decisión política de cambiar la forma de evaluar.

Y la sugerencia es reformar el Reglamento General de la Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI) que establece los parámetros de evaluación de los escolares.