Guayaquil y sus expresiones arquitectónicas
La urbe no goza de un estilo arquitectónico en sus diversas zonas. Sin embargo, se la puede dividir por sus características
La historia, la memoria y la imaginación de una ciudad están representadas en las construcciones que se levantan en una población. Estas, a su vez, son testigos de las épocas que marcaron a una sociedad, exteriorizando su identidad cultural y sus procesos de desarrollo urbano. Ante esto, ¿se puede establecer zonas en Guayaquil por sus características arquitectónicas?
Guayaquil es la ciudad con más cámaras, pero no la más segura
Leer másPara el arquitecto Johnny Ugalde eso es medianamente factible; se debe, a criterio de Carlos Augusto Guerrero, arquitecto y docente de la Universidad de Guayaquil, a que el patrimonio -a diferencia de Quito y Cuenca- está disperso. Por lo que “no se percibe”.
¿Por qué? Porque Guayaquil ha crecido sin una planificación urbana, subraya el arquitecto Abel López; lo que ha ocasionado que crezca sin ninguna orientación. Además, añade que la ciudad no ha seguido una escuela arquitectónica basada en un desarrollo progresivo de la arquitectura, sino que se ha basado en la influencia extranjera.
Aun así, el arquitecto Guillermo Paulson sostiene que en la ciudad encontramos arquitectura y barrios de mucho valor por su carácter patrimonial. Además, espacios relevantes para el ciudadano por su valor histórico, cultural o emblemático. Por ejemplo, cita, el Barrio del Astillero, “un sector de mucho valor histórico, empezando por su impacto en la industria naval, las primeras fábricas y el desarrollo del deporte”. Aunque no todo es patrimonial.
Basta con recorrer los barrios y ver los diferentes cambios de corrientes, señala Florencio Compte, arquitecto, historiador y vicerrector académico de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, para observar las diferentes expresiones como una muestra de una sociedad cambiante y de los cambios sociales, culturales, políticos, económicos y tecnológicos.
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Carlos Augusto Guerrero
La arquitectura guayaquileña
Destaca la arquitectura del barrio Centenario, que entre las décadas de los 30 y 40 está vinculada al racionalismo arquitectónico y a la arquitectura neoclásica -uso del orden, proporción y simetría- y ecléctica -no es una tendencia arquitectónica definida, sino la suma de algunas características, sobre todo de uso de elementos ornamentales-.
A criterio de Ugalde, la arquitectura de las edificaciones en la ciudad no obedece a ningún estilo arquitectónico, sino a un amplio eclecticismo. Esto, porque en Guayaquil, cuando se practica el neoclasicismo, el método constructivo varía. Es decir, las columnas son de hormigón simple, una sección cuadrada o cilíndrica -en lugar de una base de piedra, colocada por segmentos, como un rompecabezas- y como elementos de capitel -en lugar de que sean piedras talladas- hay elementos decorativos, cosas puestas encima y “de paso” no son de hormigón, sino de yeso o una mezcla de cemento con yeso, explica. Por lo que la arquitectura en el Puerto Principal es un sistema decorativo.
La arquitectura antigua data desde 1900, con una infraestructura de madera, luego del gran incendio que se dio en 1896, sostiene Ugalde, pero por el tiempo de duración de este material, “poco a poco fue reemplazada por otros materiales a lo largo de las décadas y por arquitectura de distintos estilos”. Esto abordaría al cerro Santa Ana, la Bahía y las universidades.
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Florencio Compte
Luego, ciertas zonas de Guayaquil tienen acercamientos a las diversas épocas arquitectónicas, entre ellas: la colonial, expone López, la cual data entre los siglos XVI y XVIII. Sus exponentes serían la iglesia La Merced, el Palacio Municipal y la Prefectura del Guayas. Para Guerrero, solo en estas edificaciones hay homogeneidad.
No obstante, para Ugalde cualquier rasgo del estilo colonial desapareció y solo queda el Republicano; en el cual entrarían las edificaciones de la Casa de la Cultura Ecuatoriana - Núcleo del Guayas y el Palacio de la Gobernación, dice López; agrega que como expresión del Art Nouveau, está el Teatro Centro Cívico.
Como edificaciones con expresiones neoclásicas estarían la Catedral de Guayaquil, el Municipio de Guayaquil, la Gobernación del Guayas, el colegio San José La Salle. En cuanto a las modernas están las viviendas del barrio Centenario, de Urdesa y Ceibos. Así también Miraflores y del cerro Paraíso.
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Johnny Ugalde
Nuevas expresiones arquitectónicas
Lo contemporáneo serían los edificios residenciales y comerciales, como el del World Trade Center y el Malecón 2000, señala López. Y la arquitectura de las viviendas de vía a la costa obedecerían a la tendencia del mercado, dice Compte.
Eso se debe a que “hoy se vive una producción de estilos arquitectónicos totalmente distintos uno al lado del otro”, expresa Paulson. Lo que va expresando el carácter de la ciudad, sentencia Guerrero.
Frente a ello, para la ciudadanía urge que las autoridades tomen en cuenta a la academia o trabajen de la mano de estas para hacer estudios y planifiquen el futuro arquitectónico de Guayaquil. “Aún podemos ordenar nuestros barrios, destacar lo bonito de cada uno; mejor aún si se trata de las casas. Este tipo de datos además son pocos los que la conocen. Sería ideal, incluso para el turismo, que se cree un mapa de la arquitectura local; que invite a saber qué hay, por qué existe o qué pasó en determinada época”, pensó Sonia Prado, habitante del norte de la ciudad.
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