Las faldas de la cordillera como telón para celebrar la Navidad
Artistas populares despidieron el año y prevén otra actuación
Un enorme y misterioso ceibo en medio de una vía de segundo orden parece cortar el paso. El camino se divide en dos. Unos 10 minutos atrás ha quedado la vía a la costa.
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Leer másLa vegetación seca y el aire fresco que envuelven a las inmediaciones de la cordillera Chongón-Colonche se apresta a recibir una inusitada visita: artistas de la ‘vieja guardia’ que llegan a cantar a las faldas de la montaña.
La zona está llena de casas abandonadas, unas derrumbadas, otras a medio construir y algunas más recién levantándose. Hay también una que otra villa de esas con la que uno sueña disfrutar.
Una pequeña casa sobre un terreno irregular acoge a un grupo alegre. “Bienvenidos a mi hogar, al pie de la montaña para cantarle a la vida”, se deja oír de un vozarrón. Es Agustín Guevara Morillo, locutor y presentador de artistas que, durante el acto, resalta haber “sembrado amigos en el arte”. Este día, algunos de ellos lo acompañan.
¿Pero, qué se celebra? La Navidad y el fin de año adelantados, “porque después puede no haber tiempo”, asegura.
Quince cuadros adornan el pequeño salón al aire libre, que deja ver lo majestuosa de la cadena montañosa de más de 330 kilómetros de extensión, que nace en la provincia de Guayas y se extiende por Santa Elena y Manabí, hasta desaparecer en Esmeraldas.
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Leer másSon las 11:30. Pedro Díaz Suárez es el primero en tomar el micrófono. “Señora bonita, hay algo en su boca. Tiene algo su cuerpo que al verla que cruza, amor, amor me provoca”... a la voz del también llamado Leo Marini ecuatoriano, se unen una decena más, entonadas, desafinadas, chillonas, como sea, pero todas llenas de alegría.
Díaz, de 76 años y nacido en Daule, empezó a cantar desde pequeño. A los 10 ya entonaba canciones del mexicano Miguel Aceves Mejía, luego pasó a la música nacional y terminó inclinándose más tarde por lo romántico. “Este es un espectáculo inigualable. Vivir la música en un ambiente como este es un lujo”, resalta.
Las hermanas Silvia y Cristina León y sus primas Elena y Martha Cornejo bailan sin cesar en las faldas de la montaña. Y es que allí hay de todo: desde boleros hasta valses, pasillos, guarachas y cumbias. El ambiente es fresco, y eso ayuda a que la celebración sea más acogedora, dijeron. Entre canción y canción, hay también personas que aprovechan para situarse al pie de los árboles para respirar aire puro. “Música, naturaleza y amigos... ¿Para qué más?”, decían entre risas.
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Unos vinitos después, el ánimo de la gente siguió encendido, y el requintista Cristóbal Villacís pone a bailar a todos. Y ya cerca de las 16:30, la voz de una soprano llega para sorprender, pero no con música de ópera, sino con ritmo.
La tarde cae y es hora de despedirse. Agustín Guevara cierra la fiesta, pero abre la invitación para una nueva tarde de relax en medio de la montaña. Será para el 6 de enero, por la bienvenida del 2022. Otra vez con el telón de lujo como fondo: la majestuosa cadena montañosa de la Chongón-Colonche.