Guayaquil: El fervor religioso, en sosiego
Las tradiciones perduran, así sea casa adentro. Hoy, Domingo de Ramos, llegarán miles de feligreses a los templos. “Hay un mejor escenario”, afirman
La llegada de la pandemia de la COVID-19 colocó al mundo en una encrucijada. Y sus impactos también se sintieron con fuerza en la religión. Suspensión de peregrinaciones e iglesias cerradas fueron parte de los efectos que, tras más de un año, no muestran un escenario tan variado. Eso deja en evidencia que la feligresía católica todavía vive una metamorfosis.
Pese a que las puertas de las iglesias reabrieron, hay decenas de fieles que continúan elevando sus plegarias desde cualquier rincón de su vivienda. También están quienes se conectan a alguna red social para seguir la misa detrás de una pantalla. El fervor religioso está en sosiego. Así lo reconoce Alba Mora, católica de 63 años, quien pocas veces acude al templo de su barrio, en la ciudadela Alborada, porque, argumenta, aún están “las benditas restricciones” que le causan un estado de alarma.
Santa Misa de Domingo de Ramos, inicio de la Semana Santa 2021 este domingo 28 de marzo a las 08h30.#SomosSanFrancisco #AdorarRepararServir #pandemia #catolicos #educacion pic.twitter.com/Nwy4ITOFUi
— U.E San Francisco de Asís Guayaquil (@uesanfrancisco) March 25, 2021
“Persiste un ambiente de incertidumbre y todo ha cambiado. El Miércoles de Ceniza no fue igual, no ha habido la procesión del Cristo del Consuelo; y eso ha hecho que mi fe se fortalezca desde casa, y me parece bien”, afirma Mora, quien colocó estampas de santos en su ventana cuando, hace unos meses, religiosos locales realizaron sobrevuelos para bendecir a Guayaquil.
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Leer másEse fervor, a juicio de la guayaquileña Denisse Olvera, se mantiene, pero ahora es con la misma calma, así como cuando se es partícipe de una misa. Desde la complicidad de su domicilio, en Mucho Lote 1, se ha sumado a las actividades religiosas que han organizado sus vecinos, vía Zoom, y rara vez, asimismo, acude a la iglesia.
Dice que su fe sigue igual, no ha cambiado. No obstante, asevera que durante este tiempo de pandemia ha aprendido que Dios no solo está en una iglesia. “La epidemia me demostró a mí y a mi familia que podemos contar con Él estando o no en el templo, pero sí he mantenido las tradiciones, al menos desde la casa”, subraya.
Sin embargo, hoy, Domingo de Ramos, y a puertas de la Semana Santa, los fieles se alistan para regresar a sus parroquias y esta vez sí lo harán acompañados de las tradicionales palmas (o ramos), que el año pasado desaparecieron de los sitios de oración y dejaron de lado una tradición que se ha mantenido arraigada por años.
Para católicos como Mayra Jalón, residente de Urdenor 1, la llegada de esta celebración, teniendo en cuenta que ya hay templos abiertos, le da un respiro a aquellos fieles que, así como ella, han mantenido su devoción casa adentro y que han respetado normas como no comer carne y el ayuno, por ejemplo, el Miércoles de Ceniza. Lo mismo opina el padre Rafael Luna, de la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Pompeya, que se levanta en la ciudadela La Fragata, al sur.
El COE de Guayas decide intensificar los controles en el feriado
Leer másÉl reconoce que, en medio de una pandemia, este día representa “expectativa y temor”, pues es la fecha de mayor concentración de fieles. Junto a su equipo ha establecido que se realicen ocho celebraciones a lo largo del día y ha colocado parlantes y sillas en un galpón, continuo a la iglesia, para que todos los asistentes puedan participar de esta actividad. “La feligresía el año pasado se encontraba adolorida, pero ahora hay un mejor escenario”, sostiene.
De hecho, la elaboración de los ramos estimula la economía que se mueve en los alrededores de los templos. Asimismo, de los grupos religiosos que buscan obtener ingresos para la parroquia. Es el caso de Brithany Valdiviezo, catequista que ayer elaboró 100 de 1.200 ramos que hoy se venderán a $ 1 en las afueras de la iglesia católica San Lucas Evangelista, en Mucho Lote 1.
Así como ella, decenas de católicos y artesanos se muestran optimistas en que regrese esta celebración a los templos de la urbe, y lo hacen ofreciendo el producto acompañado de plantas de manzanilla o romero. La estampa de un santo también es una parte elemental del objeto. “La vida regresa a la iglesia con estas celebraciones, pese a que no haya procesión, la fe se mantiene”, expresa la católica Juliana Castro.
También se prohíbe el desarrollo de bingos, juegos de cartas, procesiones y desfiles en la vía pública, así como la regulación de control del aforo en parques, malecones y centros comerciales. pic.twitter.com/h3EXcVgMC6
— Alcaldía Guayaquil (@alcaldiagye) March 22, 2021
- Nuevamente se suspenden las procesiones
Desde que aterrizó la pandemia de la COVID-19 al territorio ecuatoriano, las iglesias de Guayaquil cerraron sus puertas por casi cinco meses. El cierre obligó a trasladar las misas a las plataformas virtuales, pero también se frenaron las tradicionales procesiones como la del Cristo del Consuelo, considerada la más grande del país y que anualmente congrega a más de 500.000 feligreses.
Ese escenario se mantiene, puesto que el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal dispuso, en la resolución del pasado lunes, que quedan suspendidas las procesiones, desfiles y bingos.
Frente a ello, algunas parroquias que visitó Diario EXPRESO señalaron que acatarán la disposición, pero que no dejarán de ofrecer las celebraciones religiosas, por lo que han establecido varios horarios. En otras van a poner en marcha pequeñas procesiones, pero en los patios o interior del templo.