Guayaquil: los food trucks se regularizan para ‘alimentar’ la reactivación

El Municipio finalmente entendió. Los pintorescos o camiones de comida food trucks, así como lo contó EXPRESO, no solo inundan de aromas y sabores a varias zonas de Guayaquil, sino que también se convirtieron en la plataforma de nuevos emprendedores, pero había un bloqueo: el Cabildo no permitía su funcionamiento. Hoy, ese escenario cambia con la aprobación de una ordenanza que los regula.

“Se acabaron las clausuras y vamos a conseguir la documentación requerida”, es el pensamiento que se ha convertido en el denominador común de los dueños de los negocios. Uno de ellos es Manuel Lazo, un contador público quien junto a su amigo Wilson Velasco abrieron en plena pandemia (enero de 2021) Mawin Food Truck, en la 13 y Capitán Nájera, al sur de la ciudad.

Ambos le apostaron a la reactivación con un menú de comida rápida y el único ‘soporte’ era un documento enviado al Municipio en el que solicitaron que se autorice al singular camión con forma de casa que se estacione en la vía pública. No obtuvieron respuestas.

“Ahora, con esto vamos a volver a abrir el negocio en los próximos días, pues la ómicron no nos ha dejado trabajar; hay menos gente en la calle y aquí era encendido”, subraya.

Aunque el Cabildo también reconoció que el funcionamiento de los food trucks genera una “fuente de turismo interno”, y que pese a que se ha podido controlar la presencia de estos negocios informales, no determinó alguna zona específica dónde se concentren.

No obstante, Verónica Landín, directora de Planificación Urbana, Proyectos y Ordenamiento Territorial, señala que hasta el momento hay once emprendedores interesados en obtener la autorización. Detalló que los negocios estarán ubicados en puntos estratégicos de diferentes distritos, exceptuando el conocido ‘centro’.

“La ordenanza indica los requisitos básicos para la obtención de los permisos, que comprende cumplir con las especificaciones técnicas del móvil, el horario, la o las ubicaciones, el personal, el tipo de alimento a vender...”, respondió la funcionaria, al agregar que los emprendedores deberán enviar sus requisitos a la dirección de Uso del Espacio y Vía Pública.

Entre los requisitos están que los vehículos no pueden exceder un peso de 3,5 toneladas, tener su propio suministro eléctrico sin causar ruido, refrigeración, tanques de agua y los alimentos deberán prepararse in situ.

En la ordenanza también se disponen sanciones de leves a graves. Y será la dirección de Justicia y Vigilancia la que realice los controles sobre el cumplimiento.

En la ciudadela Sauces 8, al pie de la avenida Francisco de Orellana, al norte, hasta hace unas semanas lució un puñado de food trucks, que volvieron el punto en un ‘paradero’ obligado para los conductores y residentes aledaños. Había de todo: choclos asados, hamburguesas artesanales, choripanes, bandejitas...

Los sellos de ‘clausura’ se estamparon en la parte frontal de los negocios y hoy se fueron del sitio, pero Carlos Ruiz, uno de los propietarios, se contenta de que la entidad haya entendido que estos emprendimientos se formalicen y sean parte del abanico de motores de la reactivación local.

“Me parece una buena noticia, por ahora estoy trabajando en otra línea, pero haré la carta de compromiso y con la fecha actual para pedir el permiso y volver”, contó el emprendedor, quien por cinco años se instalaba en ese punto de los Sauces, tras tener el visto bueno del vecindario.

Y la ciudadanía también aprueba que exista esta opción en la ciudad. Por ejemplo, Estefanía Pacheco, residente de Vergeles, le gustaría que uno de los negocios llegue a su sector, pues así le cambiaría la cara y ahuyentaría a la delincuencia. “Hay zonas desoladas y con uno de estos carritos hasta gusto da comerse unas hamburguesas. En otros países es normal y aquí los apoyan”, aseveró la joven.

Uno de los food trucks más conocidos en Guayaquil es el de Carlos Pedreros, ubicado en la ciudadela Bellavista, en la avenida Velasco Ibarra, al suroeste de la urbe. Allí, El Patrón, como bautizó a su negocio, empezó a funcionar en una zona desolada, pero hoy en día el negocio se ha integrado a una pequeña plaza grastronómica que llena de vida al sector.

Aplaude que el Municipio haya aprobado la ordenanza y anuncia que reunirá la documentación para que el clásico camión siga atendiendo en este punto de la urbe.