La fortaleza para vencer la muerte
Harold Sarango alza hasta 203 libras. Hace año y medio le dieron tres meses de vida. Se hace diálisis y aspira a obtener un trasplante de riñón
Harold Sarango Rivera es la personificación de la fortaleza. Demostró esta cualidad desde que nació. Ese día, por una mala práctica médica, le lastimaron la médula espinal y como consecuencia tiene un 69 % de discapacidad física. Con terapia aprendió a caminar después de los tres años. Los primeros pasos de un campeón.
Una campaña para crear más lazos de solidaridad
Leer másLas secuelas de esa huella al nacer las tiene en su pierna derecha. No puede moverla con facilidad, una situación que se agravó el año pasado, a los 24 años, cuando se cayó a la altura de seis escalones y se lastimó un nervio de la pierna izquierda. Hoy, por eso, usa muleta.
Son las 10:00 de un día de agosto y Harold va al gimnasio que está a unas cuadras de su casa, ubicada en la cooperativa Juan Montalvo, norte de Guayaquil. EXPRESO lo acompaña.
Su forma de caminar y su peso corporal, de 60 kilos, no delatan que es capaz de alzar pesas de hasta 100 kilos en pecho, 203 libras de hombro y 200 libras con piernas, ni que en 2018 ganó el campeonato de gimnasios del sur de Guayaquil, de alza de pesa en banco no profesional.
Su físico, sin embargo, tampoco da pistas de la necesidad de diálisis. En cinco horas, debe asistir al tratamiento que también le pesa, pero que enfrenta con esos ejercicios que le permiten sentir la vida.
La noticia de su enfermedad llegó hace año y medio. Un médico le dijo que le quedaban tres meses de vida. Sus riñones habían dejado de funcionar. Allí supo que su vejiga es más pequeña de lo normal. Eso le generó la insuficiencia renal.
“Frente a ese diagnóstico podía dedicarme a vivir esos tres meses que me daba el doctor o sacar la fortaleza de espíritu y decirle a la muerte que tendría que esperar, porque todavía tengo varias tareas por cumplir. La más emblemática es ser presidente. Me duele el país cómo está”, confiesa este joven, el menor de dos hermanos.
En este año y medio ha vencido a la muerte con medicina, diálisis tres veces a la semana y fe en Dios. “¡Es duro!”, reconoce, por el agotamiento que suele sentir. “Hay días que siento tristeza, porque me queda poco tiempo para mis proyectos. Son 12 horas semanales que paso en diálisis; pero busco la manera de ser fuerte y seguir con mis actividades de siempre”.
Aquello da cuenta de que la fuerza que ha desarrollado en sus músculos también la tiene en su personalidad. A los 18 años, tenía esporádicos contratos de DJ; pero sentía que debía hacer algo más, porque aún no había ingresado a la universidad. Entonces empezó a asistir al gimnasio.
Harold borró la expresión no puedo de su diccionario de vida. Ha aprendido ánimo y motivación, claves en el deporte y vida.
Reciclar higados, una tecnica que garantizaria el trasplante
Leer másA pesar de las dolencias físicas se siente bendecido por la vida, pues sabe que las retribuciones de su lucha llegaron también. Al poco tiempo de estar dedicado al deporte fue becado para estudiar Ingeniería Agrícola, con mención Agroindustrial. Este año egresa de esa carrera.
El gimnasio lo ayuda a mantener el optimismo. Allí trabaja circuitos de media hora, siempre con la meta de eliminar líquidos de su cuerpo, para ayudar a sus riñones y mantener tonificados sus músculos.
Aunque esa pasión también le pasa factura. Cuando se excede del peso que levanta en las pesas siente dolor en las piernas. Entonces se obliga a descansar dos días.
“En mi pecho late el corazón de mi hijo”
Leer másHarold Sarango es un ejemplo en su barrio. Es apreciado por los vecinos, por estar dispuesto a ayudar a la comunidad, porque también es líder de un grupo de apoyo comunitario en la cuadra de su sector.
“Lo pongo como ejemplo a mis alumnos. Les hablo de Harold, quien tiene insuficiencia renal y discapacidad y, sin embargo, tiene logros que no muchos con salud alcanzan, porque se ponen límites mentales”, manifiesta Javier Martillo, profesor de Educación Física en un colegio público y vecino de Sarango.
Lo admiran también porque siempre les dice que un guerrero en Dios se conoce no por su conocimiento en la Biblia, sino por su reacción frente a su mayor debilidad. Él lo demuestra con su positivismo. En el hospital le dieron un diploma por ser uno de los pacientes que tiene más simpatía.
Un banco de pañales en busca de ayuda
Leer másHoy tiene muchos anhelos. Ha empezado a buscar la forma de ser trasplantado, un reto más que puede llevar años si se sabe que en Ecuador hay 1,5 millones de personas que tienen insuficiencia renal y, de ellas, 15.000 están en etapa terminal o en diálisis, según datos del Instituto Ecuatoriano de Diálisis y Trasplantes.
Cada año hay cientos de pacientes que esperan algún tipo de trasplante. En el 2019 hubo alrededor de 800 en la Lista de Espera Única Nacional. De estos, 289 esperaban un riñón, según el Instituto Nacional de Donación y Trasplante de Órganos Tejidos y Células. Este año, de los 161 trasplantes realizados, unos 50 (31,06 %) son renales y de donantes cadavéricos (ver gráfico).
Una rifa virtual para darles otra oportunidad
Leer másEl trámite para tener todos los papeles listos y exámenes médicos llevan unos seis meses y para realizarse el trasplante pueden ser años, indicó Dora García, representante de Asociación de Pacientes Renales Caminando hacia la Luz, quien recibió un trasplante de riñón.
Aun así, Harold Sarango no pierde la fe y su agenda de actividades a mediano y largo plazo no solo incluyen la presidencia. Es soltero y también piensa en una familia. Quiere tener dos o tres hijos. Por ahora, la concentración está en convertirse en emprendedor y en conseguir un riñón nuevo.