Guayaquil: La gastronomía empieza a resucitar a la calle Panamá
Hace cuatro años en la intersección Luzarraga había dos locales. Ahora son siete que ofrecen una variedad de platillos. Más personas visitan la zona
Antes de febrero del 2019, de que inicie la pandemia de la COVID-19, caminar por la calle Panamá, centro de Guayaquil, daba miedo, era solitaria y hasta servía de habitación para los indigentes.
Muy poco se logró con la regeneración que hizo el Municipio de Guayaquil, en el 2014; precisamente porque la vida de un sector no está solamente en su ornato, sino en los negocios que aterricen allí. “Por eso llegamos hace cuatro años a la esquina de Panamá y Luzarraga. Allí inauguramos La Central, con la meta de convertir a la zona en un ícono gastronómico de la ciudad y para que la calle renazca”, dijo a Diario EXPRESO María Fernanda Cepeda, una de las dueñas de La Central.
Cuando ellos llegaron solo estaba el local del Mono Goloso, después de ello han llegado cinco negocios más. Los dos últimos fueron La Doña y Cotidiano. “Es el camino que existe para que las personas vuelvan a llenar de vida la zona. Nosotros con el Café Colibrí tenemos dos años y para potenciar la zona hicimos un préstamo al banco, para abrir un segundo local que es el Cotidiano, recién lo inauguramos el mes pasado”, destacó Pamela Abad, dueña de Café Colibrí.
La iniciativa de los locales empieza a resucitar la zona, el domingo 14 de febrero hubo vida: parejas, grupos de amigos, personas con sus mascotas caminaron por el lugar, que hasta aprovecharon para deleitarse de la gastronomía típica que se ofrece en el sector.
“La zona empieza a tener vida nuevamente y eso que todavía no empieza la nueva intervención del Municipio de Guayaquil, que tiene el plan de que la calle sea peatonal. En el proyecto está que existan plazas y más negocios”, agregó Cepeda.
La propuesta de este grupo de emprendedores trae a la memoria un problema parecido que tenía una zona turística de Madrid, en pleno centro estaba lleno de trabajadoras sexuales y consumidores de drogas. En la ciudad española la calle con el problema era la Montera. Asimismo, un visionario está terminando de construir un negocio allí, esto unido con la intervención que va a hacer el Cabildo europeo se está saliendo del problema. El énfasis está en que los emprendedores dieron el primer paso, con una propuesta comercial. En el caso de la calle Panamá no hay problema con la prostitución, pero el concepto es el mismo, se trata de reactivar una zona.
“Y es que donde hay negocios y servicios atractivos las personas asisten”, manifestó la urbanista Rosa Rada.
Explicó que en la década de los 50 en el centro había de todo: vivienda, comercio, fábricas, mercado, los barcos que llegaban con la mercadería y claro la famosa calle Panamá, donde se hacía el secado del cacao.
Entonces la idea de invertir en la zona con negocios, unida a que sea una calle peatonal va a funcionar, según la experta. “Este fue mi tema de tesis para graduarme de arquitecta en 1980, y en esa fecha hice la propuesta de la calle peatonal”, dijo Rada.
La tendencia es que el uso de suelo sea múltiple, de tal manera que en un mismo barrio esté el banco, el restaurante, la lavandería, la vivienda, las oficinas, etc. “La idea es que la persona no tenga que desplazarse y tenga el espacio hasta para pasear. Hoy la reactivación está enfocada en la calle Panamá, pero es todo el centro que necesita que tenga vida más allá de las 18:00”, dijo Rada.
Siempre hemos vivido en el centro, por eso queremos que vuelva a tener vida. Por eso invertimos en un local en Panamá y Luzarraga, y ahora llegan más personas a la zona.
Los hechos dan testimonio de que la fórmula de los emprendedores del sector está funcionando. “Mi consultorio está en la calle Panamá y por eso he visto que ahora hasta personas que viven en la vía Samborondón, donde hay una variedad de ofertas para pasear y comer, están viniendo a la calle Panamá, atraídos por la propuesta gastronómica que se ofrece ahora acá”, resaltó el doctor Ernesto Díaz. Agregó que él mantiene su consultorio en el centro, porque es la zona donde vivió con sus padres, por lo tanto, le alegra ver que el sector vuelve a tener luz propia. Pero lamentó que esa vida empieza a las 08:00 y termina a las 17:00, y es solo de lunes a sábado. Luego de esa hora y días la zona es botada y, por lo tanto, insegura.
Para que los negocios funcionen hasta más tarde se necesita de presencia de los agentes de la Policía Nacional, señaló el doctor Díaz.
Queremos sacar adelante la calle, por eso hicimos un préstamo al banco, para abrir una segunda propuesta gastronómica, el Cotidiano. A parte de Café Colibrí.
Sobre trabajar hasta después de las 17:00, Cepeda manifestó que tienen planificado hacerlo cuando se ejecute el plan municipal.
Aunque el Café Colibrí ha empezado a abrir los domingos. “Este 14 de febrero fue el segundo domingo que abrimos y las personas han venido”, dijo Abad.
Es así como la gastronomía está haciendo renacer a la calle Panamá, “y sin que el Municipio termine la nueva intervención a la zona”, destacaron los emprendedores del sector.
