Las grietas de Olón que nadie repara
En la zona están las huellas del deslave de 2022. Las visitas al santuario han disminuido
Solo en informes técnicos ha quedado el problema de los desprendimientos de tierra que se han reportado desde 2013 en el cerro donde se levanta el santuario ‘Blanca Estrella de la Mar’ en Olón, en el norte de la provincia de Santa Elena.
La situación cada vez es más grave, más aún con la inminente llegada del fenómeno de El Niño, que de acuerdo con los especialistas en el tema podría afectar a todo el territorio. Desde febrero del año pasado, el panorama se complicó todavía más, puesto que hubo otro desprendimiento que obligó a restringir el paso vehicular al santuario. Ahora solo llegan carros pequeños que deben estacionar a metros de distancia de la casa de oración.
Atrás han quedado las visitas de decenas de turistas locales y extranjeros que llegaban para conocer su historia. La reducción de visitantes es evidente.
En los alrededores del templo se han colocado advertencias de peligro y ya no se puede ingresar a un pequeño mirador en donde los visitantes tomaban fotografías o grababan videos desde el que se veía el perfil costero. Las escalinatas están cuarteadas al igual que el piso y los balaustres de protección hacia el mar. El desprendimiento de la tierra, advierten los moradores, lo ha debilitado todo.
A un costado del santuario existe una enorme cruz, que también era visitada. Desde allí se puede captar al templo con el entorno natural de su ubicación, pero por el peligro que ahora representa el terreno nadie llega al crucifijo.
“Es una pena todo lo que está sucediendo y lo más lamentable es que ninguna autoridad se compromete con algún plan para salvar este entorno natural. Esta especie de montaña está desprotegida, la vía agrietada y, en más de un año, nadie ha hecho nada”, manifestó la guayaquileña Esther Duarte; quien como Daniela Castro, también del Puerto Principal, lamenta que ni el Municipio de Santa Elena ni la Prefectura o el Ministerio de Turismo haya ejecutado un plan de restauración. “Y es que no solo existe el riesgo de que haya un socavón en la arteria, allí se puede perder la identidad de Olón”, sentenció Castro.
Junto al templo católico existe otra elevación montañosa en donde la situación se torne peor.
“Siempre hay derrumbes del lado de la carretera que va del santuario hacia Olón, tememos que en cualquier momento ocurra una desgracia”, señaló Edwin Yagual, padre de un alumno que se educa en el colegio Santa María del Fiat, que funciona frente a la iglesia.
Yagual, cada que va a recoger a su hijo, se moviliza con sumo cuidado. Teme que el cerro se desmorone. “Si en los dos últimos años ha pasado en Quito, Chimborazo y en otras zonas de la Sierra y de la Costa, donde se han reportado incluso fallecidos, aquí no estamos libres de la desgracia. Puede pasar”, relató.
Esperamos la ayuda de las autoridades locales y nacionales para seguir conservando el santuario. Estamos muy preocupados por el anuncio de la llegada de El Niño.
Los habitantes lamentan que las autoridades hagan visitas técnicas solo cuando alzan la voz y hacen pública la queja.
“Cada vez que se difunde alguna noticia del inconveniente vienen técnicos del Municipio y la Prefectura a efectuar evaluaciones, pero nadie llega con una acción concreta. Hace pocas semanas estuvo de visita el vicepresidente de la República y se le mostró la gravedad, esperamos que actúe. Hasta ahora no tenemos noticias de nada”, señaló Magali Sesme, rectora del ente educativo.
En la vía que va hacia Olón, al igual que del lado de Montañita, continúan las mallas que se colocaron en febrero de 2022. Aunque ahora lucen corroídas, indican que los peligros son eminentes. En un recorrido de EXPRESO se comprobó que a los costados de la arteria existen tres socavones que cada vez son más grandes.
Los derrumbes en el cerro aledaño al santuario ocurren de manera permanente, por la vía colindante pasan a diario las personas. Es urgente que se haga algo.
De acuerdo con la autoridad educativa, el foramen más grande se logró cerrar con la ayuda económica de los padres y de la comunidad Santa María del Fiat, que regenta a la institución donde estudian 1.200 alumnos.
En el departamento municipal de Obras Públicas al igual que en la Prefectura están los borradores de los informes que se han realizado en el sitio y que han sido enviados a la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos. Sin embargo, al preguntarle a las autoridades sobre cuándo ejecutarán acciones y de qué tipo prevalece el silencio.
