Guayacanes: vecinos viven entre montes y charcos
A pesar de últimos trabajos, varias manzanas no tienen por dónde desfogar las aguas lluvias. La mayoría de parques pequeños no recibe mantenimiento
Entre aguas empozadas y monte, así viven habitantes de la ciudadela Guayacanes, norte de Guayaquil, ante la falta de mantenimiento de algunos de sus parques y por obras que fueron entregadas, pero que no cumplen a cabalidad con su función.
Una leve lluvia dejó claro para algunos vecinos de lo que puede pasar si ocurre un fuerte aguacero, por la falta de sumideros para el desfogue de aguas lluvias entre las manzanas 135, 136, 137 y 138 de la IV etapa.
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Paola Pinos, líder de Guayacanes, señala que a pesar de los arreglos que hicieron en las calles, no se construyeron en las esquinas alcantarillas para que corra el agua, por lo que en ciertas partes queda empozada.
“El Municipio arregló, pero hay partes que se empoza el agua... dependemos mucho del sol para que se pueda secar. Afuera de mi casa tuve que colocar piedras para poder salir”, cuenta Pinos, mientras muestra cómo quedó una tapa que hace pocos meses fue reemplazada por la avenida principal, donde tampoco existe desfogaderos de aguas lluvias.
“Por levantamiento de la carpeta de hormigón se interrumpe el paso del agua hacia la cuneta del frente para que continúe hacia las alcantarillas porque en esas esquinas no existe drenaje de aguas lluvias, donde la contratista que estuvo inspeccionando para los arreglos de las vías de este sector no la consideraron, a pesar de tener grietas a lo largo de la calle”, explica otro vecino al referirse a una calle terciaria (12a peatonal 3a NE) donde las aguas pluviales y limpieza residencial se acumulan en gran cantidad.
Stefania Luna, moradora de la manzana 136, menciona que esa agua que queda empozada, por efecto de las lluvias, genera la aparición de mosquitos y, por ende, enfermedades.
“Hay muchos mosquitos por ese empozamiento de agua, lo que tememos es un dengue... no se puede vivir con las ventanas abiertas o las puertas abiertas, no puedo tener una ventilación en la casa en esta época porque hay insectos, y con el calor que está haciendo”, comenta la vecina al exigir del Municipio la colocación de sumideros que hacen falta en las manzanas 136, 137, 135 y 138.
Cuando se limpia es lo mismo, el agua no tiene dónde desfogar... ahora se exigen más impuestos, pero tenemos que soportar que se empoce el agua, los niños no pueden ni salir.
“Ahora se exige (el pago de) más impuestos, sin embargo tenemos que soportar que se empoce el agua”, reclama la ciudadana al añadir otro problema que también los afecta: el parque del sector, al que los niños no pueden acudir para jugar, está lleno de maleza. “Supuestamente estábamos en la lista de enero para el arreglo, pero ya nomás termina el mes y nada”, acota.
Miguel León, también morador, lo corrobora. “Aquí hay hartos moscos. Ese parque nunca lo arreglan... yo tengo a mi hija y no se puede salir. Siete de la noche atacan también los moscos y toca encerrarse”, no solo por la inseguridad sino para evitar alguna enfermedad, dice León.
A pesar de los arreglos que hicieron en las calles no se construyeron en las esquinas alcantarillas, por lo que en ciertas partes queda empozada el agua, lo que genera mosquitos.
Una situación que se observa en otros parques pequeños de la ciudadela, que están llenos de montes y mosquitos; por lo que algunos optan por trasladarse con sus hijos a otras áreas recreacionales en mejores condiciones.
El vecindario comenta que a ellos les toca en ocasiones recoger dinero para pagarle a alguien y así limpiar su parque, “a pesar de que pagamos tantos impuestos y dónde se va esa plata”, cuestiona Luna.
En septiembre de 2023, el Municipio de Guayaquil realizó varios trabajos en la ciudadela Guayacanes, entre las que constó pavimentación de calles e instalación de rejillas para sumideros en varios tramos. Eso, como parte de una obra de mantenimiento vial que contemplaba la intervención de 10,32 km en las ciudadelas Samanes, Guayacanes y Albonor. EXPRESO solicitó al Municipio cuáles fueron las obras que exactamente realizaron en el sitio, pero hasta el cierre de esta edición no llegaron respuestas.
Armando Núñez, morador de la manzana 135 de Guayacanes, reconoce las obras que se realizaron y se entregaron hace meses; sin embargo, también lamenta que solo en calles principales de la ciudadela exista alcantarillas para aguas lluvias. En su sector se han conectado con aguas servidas para evitar esos charcos. Pero, “cuando llueve fuerte es el sufrimiento. Cuando se arreglaron las calles no dejaron el declive que antes tenía... se hizo una reconstrucción pero quedó peor que antes”, lamenta, al mostrar en una de las aceras del parque el declive que antes existía (unos cinco centímetros), lo que permitía en época de lluvias que el agua corra rápido y no se formen lagunas como ahora.
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