Eduardo Amador: Cuchillos elaborados a mano y convertidos en arte
GUAYACOS. El director de división móviles de una marca surcoreana halló en su gusto por el campo una virtud que convirtió en pasión: los cuchillos. Los elabora en detalle desde casa
Guayacos es una sección en la que contamos historias de los habitantes de Guayaquil, vidas que alimentan y hacen más rica esta ciudad. Relatos que ayudan a conocer mejor la madera de la que están hechos.
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Leer más"A knifeless man is a lifeless man (un hombre sin cuchillo es un hombre sin vida)". Su mente recordó de inmediato esta frase al preguntarle sobre el significado de obsequiar un cuchillo en época festiva. No lo dudó, respondió al instante y con convicción. "Tener un cuchillo es una forma de sobrevivir. Por ende, si alguien te lo obsequia te está diciendo ‘quiero que estés bien’", afirmó.
Eduardo Amador (@edxamadorknives), director de división móviles de Samsung Ecuador, halló en su eterno gusto por el campo una virtud que convirtió en pasión: elaborar cuchillos en detalles con los mayores estándares de calidad.
"Hay una expresión que dice que el campo llama y pese a que tengo un trabajo de oficina nunca he perdido ese acercamiento", cuenta Amador, de 48 años. Para él, un cuchillo es una herramienta por encima de un arma, y una muy específica.
En su constante apego al campo se vio en la necesidad de adquirir cuchillos, sin embargo, no encontró proveedor que ofertara unos que valgan la pena. "Por esa razón me tocó comprar afuera y lo que ocurrió fue que los que eran baratos eran feos y los bonitos muy caros", explica.
Durante ese periodo por encontrar herramientas de calidad, Amador empezó a ver videos de Youtube sobre cómo crear cuchillos desde cero. Trató y lo consiguió. De manera muy rústica, admite, pero fue perfeccionando su técnica. "Me considero autodidacta", añade.
¿Qué necesita un buen cuchillo?
Según explica Amador, saber elegir el metal es clave. "La gente me pregunta el precio de un cuchillo. Les comento que va desde los $ 150 a $ 600, dependiendo de lo que le quieras poner. Me dicen 'ah pero yo encuentro esos Tramontina en $ 20'. Y está bien, los compras, pero el metal es muy malo", comenta mientras grafica el proceso con uno de su colección.
El problema con el metal malo es que cuando un cuchillo no es filudo se vuelve peligroso. Al intentar usarlo sin filo se debe aplicar mayor fuerza, en ese momento es cuando corres el riesgo de que resbale. "Cuando lo tienes afilado, no haces esfuerzo, la herramienta hace el trabajo por ti. Únicamente lo guías", continúa.
Algo que se debe tener en cuenta también es que existen diferentes metales: el acero inoxidable y el de carbono. ¿Cuál es la diferencia? Que el acero inoxidable, quirúrgico, se oxida menos. El de carbono, al momento de usarlo, toma una tonalidad negra. Los ácidos de la comida provocan eso. Es una oxidación buena porque evita el óxido rojo, que es lo malo.
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Leer más"No se puede utilizar el mismo cuchillo para caza, cocina, trabajo. Puedes hacerlo, es algo que sirve para todo pero no sirve para nada. Cada cuchillo tiene su funcionalidad. El tipo de filo es distinto, generan resistencia y demás", cuenta Amador.
¿Cuál es el proceso para elaborar un cuchillo?
Se arranca por elegir la hoja. Hay que saber qué uso se le dará. Luego hay que elegir el tipo de mango. Dependiendo del uso también. "Yo prefiero que tenga un contorno que se acople a la mano, porque sin hacer fuerza el cuchillo no se mueve. Por la adaptación, no me cansaré al usarlo".
La parte estética con los materiales depende del gusto de cada uno. "A veces me especifican tallado en cuerno de alce, depende del acabado que quieran. Más o menos elaborado. Además, el cuchillo siempre debe contar con un estuche para que no pierda su filo. Ese también va acorde al uso", finaliza Amador.