Bianca Zunino, de las tiendas de mall a su propio showroom y tienda móvil
Guayacos: Después de 10 años de trabajar como vendedora en almacenes en el San Marino, Bianca Zunino montó en casa y, a domicilio, su propio bazar de prendas para mujeres
Guayacos es una sección en la que contamos historias de los habitantes de Guayaquil, vidas que alimentan y hacen más rica esta ciudad. Relatos que ayudan a conocer mejor la madera de la que están hechos.
La tienda de ropa de Bianca Zunino tiene un estilo marcado: casual y elegante a la vez. La mayoría de las prendas exhibidas son vestidos y blusas de diferentes colores y formas, apegados a la alta costura de la moda internacional.
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Leer más“Este es inspiración de uno de los vestidos de Kate Middleton, (una de las mujeres de la realeza británica). El de acá, uno que usó Nicole Kidman en un evento del año pasado. Me gustan los vestidos de las reinas, por ejemplo, de Meghan Markle, de Rania de Jordania y otras, que son de algodón, con cinturón, de seda. Con ellos nos vemos hermosas. También me gustan las inspiraciones en Dolce & Gabbana y Versace y que las telas sean de buena calidad, por eso mis proveedores son de Asia, Turquía y Estados Unidos”, muestra y explica entusiasmada cada detalle de las prendas que cuelgan desde los percheros y maniquíes que ocupan el 75 % de la sala de su casa.
Sí, su showroom está en el interior de su domicilio, situado en la ciudadela Garzota 1, en el norte de Guayaquil.
En la mesa de su comedor tiene un sinfín de accesorios: joyas, pulseras y pendientes de diferentes formas, estilo y colores; y en un pequeño armario blanco guarda deliciosas fragancias en frascos pequeños y medianos. ¿Cuándo usar y aplicar cada uno de ellos? Bianca no se cansa de dar esas respuestas con detalles, pues la buena atención al cliente es una de sus grandes fortalezas.
“Me falta abrir mi local. Pero estoy feliz porque al fin puedo tener mi propio negocio. Cuando era niña usaba el hilo dental, lo introducía en un cortauñas y le decía a mi papá: ¡Mira mi collar! Siempre me gustó la moda”, le cuenta a EXPRESO.
Bianca tiene 30 años de edad y es guayaquileña de crianza. Nació en California (Estados Unidos), pero sus padres, oriundos de Guayaquil, la trajeron de bebé al puerto principal.
En Instagram, donde promociona sus prendas, el emprendimiento de Bianca se divide en dos: @biancazuninocollection para un estilo casual y formal; y @compulsivaec para un estilo más jovial.
Los clientes llegan a su casa, pasando un día y ella los asesora y les hace sentir la calidez de su hogar; les dice qué les queda mejor y les brinda chocolates y otros bocados.
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Leer más“También hago 'shopping móvil', es decir, llevo prendas a domicilio. Para quienes salen tarde del trabajo y no tienen tiempo de ir a las tiendas, me contactan y les llevo vestimentas, más artículos relacionados hasta su casa, para que puedan probarse con los accesorios que allá tienen y así puedan elegir mejor”, relata.
¿Cómo inició?
Antes de tener su propia tienda, Bianca trabajó por 10 años como vendedora y administradora de varias tiendas de ropa en el centro comercial San Marino. Asesorar a los clientes, que muchas veces llegaban confundidos a los almacenes buscando un traje que les luzca bien, era lo que más le gustaba, cuenta. Esa conexión con el público y el contacto con la ropa fue lo que la detuvo por años a dar el paso del emprendimiento. Una idea que venía madurando a medida que ganaba experiencia.
“Amaba mi trabajo, lo hacía encantada. En las tiendas del San Marino constituí mi vida, conocí a mi esposo y me perfeccioné. Siempre les digo a mis amigos que cuando muera, mi espíritu quedará rondando por las tiendas de ropa de ese centro comercial”, ríe a carcajadas.
Bianca llegó a trabajar a las tiendas de ese mall desde Estados Unidos, luego de involucrarse en el mundo de la moda como vendedora de ropa a los 19 años, cuando laboró en un almacén de ropa de Victoria's Secret en Florida.
Algunos de sus familiares viven en Norteamérica y en cada vacación, después del colegio, ella iba a visitarlos. Cuando estuvo viviendo y trabajando en ese país, una día, en un evento, conoció a una de las gerentas de una tienda de ropa en Guayaquil y la invitó a dar charlas sobre atención al cliente y posteriormente a trabajar. Así fue que regresó a la urbe porteña.
“Cuando llegué me di cuenta que había mucho que trabajar en la atención al cliente y en las estrategias de ventas. Por ejemplo, en Victoria´Secret los vendedores no podíamos cruzar los brazos mientras atendíamos. Acá no se motivaba a los trabajadores. Yo trabajé en todo aquello”, cuenta.
La amplia experiencia en ese mundo de la moda, administración y ventas, fue la que le abrió la puerta al emprendimiento, camino que tomó cuando llegó la pandemia de la covid-19.
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Leer másEn febrero de 2020 Bianca renunció a la tienda MNG, donde laboró por 4 años; y se preparaba para iniciar en un nuevo bazar. Pero con el aterrizaje del virus en la ciudad, todo se paralizó, incluso, su nuevo trabajo. Entonces tomó la oportunidad y su experiencia para hacer realidad su sueño: tener su propio showroom.
“Me dije: tengo el dinero de la liquidación, tiempo (porque nos tocó ir al confinamiento), y unos muebles para ropa que habían sido desechados de las tiendas donde trabajé y que en lugar de ir a la basura, me los traje a mi casa. Así que supe que nada perdía en intentarlo y ganaba mucho”, detalla.
Montar el emprendimiento se le hizo fácil, cuenta. Pues ya sabía mucho sobre la calidad de las prendas, cómo buscar proveedores, cuáles eran las tendencias de la moda internacional y hasta tomó cursos por Zoom de marketing digital, que era lo único que le faltaba.
“Fue la mejor decisión y un gran beneficio, porque mi hijo tiene 4 años de edad y puedo estar la mitad del tiempo dedicada a él y ayudarle en las clases y la otra mitad a mi negocio y hago todo aquí mismo en mi casa”.
Aunque tener su propio showroom le ha requerido de mucho esfuerzo, esta emprendedora valora poder manejar su propio tiempo y ser su propia jefa. “A veces trabajo hasta muy tarde, me quedo hasta las 04:00 y pongo alguna novela mexicana en la tele, para que cuando me esté durmiendo, el grito de que alguien en la novela murió, me levante”, ríe.
Su sueño ahora es abrir un almacén que supere los 200 metros cuadrados, crecer, dar plazas de trabajo, enseñar cómo atender al cliente, ayudar a quienes buscan asesorarse en su vestimenta y estudiar diseño de modas.
“Lo tengo planificado. Voy a estudiar diseño de modas, porque es lo que me gusta y es en lo que quiero seguir”, concluye.