De fan del 'Cazador de cocodrilos' a defensor de la naturaleza de Guayaquil
GUAYACOS. Juan de Dios Morales, ecólogo y fotógrafo. Busca demostrar con Wild GYE Initiative que Guayaquil es más que una selva de concreto
Guayacos es una sección en la que contamos historias de los habitantes de Guayaquil, vidas que alimentan y hacen más rica esta ciudad. Relatos que ayudan a conocer mejor la madera de la que están hechos.
Steve Irwin fue conocido por varios años como 'El cazador de cocodrilos', por el nombre del programa de TV que lo lanzó a la fama mundial. Se trataba de un conservador de la naturaleza que, desde la pantalla chica, buscaba divulgar la importancia de los ecosistemas, sobre todo de la fauna de su natal Australia. No obstante, sus producciones se veían en todo el mundo.
Irwin moriría en su ley. En 2006, durante una grabación, una raya marina clavaría su potente púa en medio del corazón del australiano. Quién diría que en Guayaquil, a miles de kilómetros de donde 'El cazador de cocodrilos' solía grabar, un pequeño llamado Juan de Dios Morales se inspiraría en él y comenzaba a tener conciencia de la importancia de enseñar por qué se debe conocer y cuidar los seres vivos del planeta.
Es más, años después, Juan de Dios Morales estudiaría Ecología Aplicada en Quito y luego profundizaría en la Ecología Urbana en Melbourne, Australia. Sí, el mismo país de su ídolo televisivo. Y luego, con lo aprendido, buscaría hacer --con su propio estilo y sello personal-- lo que Steve Irwin hacía con sus programas de TV.
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Leer másEs que se sabe que Ecuador es un país maravillosamente único por su privilegiada naturaleza. Somos el hogar de Islas Galápagos, contamos con una exquisita zona costera, una ubérrimos Andes y una vasta Amazonía, otorgándonos el título del país mas biodiverso del mundo por metro cuadrado. No obstante, pocas veces echamos un vistazo alrededor de ciudades como Guayaquil.
A pesar de que muchos vemos a esta ciudad como una masa de caliente concreto, con la mayor población y economía del país, resulta que también es un paraíso de numerosa fauna y flora. Lo cuenta el propio Juan de Dios Morales, hoy consultor y fotógrafo, quien a través de Wild GYE Initiative conecta a la ciudadanía con la naturaleza, protegiendo la biodiversidad urbana 'guayaca', que es más rica de lo que se cree.
-¿De dónde surge tu interés por documentar y proteger la naturaleza?
Nace por ver a uno de los cracks más importantes de la naturaleza y de la comunicación sobre la biodiversidad a nivel mundial, el famoso cazador de cocodrilos, Steve Irwin. Yo veía el canal de la BBC llamado Animal Planet cuando tenía programas muy buenos de la naturaleza y que brindaba esa información que no daban en ningún canal ecuatoriano. Así comencé a indagar en el tema de la biodiversidad, a mis 15 años. Esto es algo que me gusta recalcar porque el tema de los documentales y reportajes que se generaban en ese entonces eran muy trascendentales. De hecho, hicieron que me convierta en lo que soy hoy en día.
-¿Qué hace exactamente Wild GYE Initiative para conectar a la ciudadanía con la naturaleza, protegiendo nuestra biodiversidad urbana?
Wild GYE Initiative, o la Iniciativa Guayaquil Salvaje, desde un inicio parte por principios muy interesantes que venían de países desarrollados y que se los tiene que aplicar acá. Por ello, se crearon tres ejes de acción muy puntuales basados en descubrir a través de la ciencia, difundir mediante la edu-comunicación e integrar la conservación de la biodiversidad dentro de la ciudad. Es por ello que la forma de educar a la ciudadanía mediante la creación de contenido, proveyendo datos interesantes, presentando un mundo distinto a través de redes sociales, así como yo lo había aprendido de la televisión.
¿Y por qué Guayaquil?
La gente tiene que comprender que Guayaquil está dentro de las 33 ciudades más biodiversas del planeta y que se encuentra dentro uno de los puntos calientes de biodiversidad del planeta. Los puntos calientes de biodiversidad son áreas que contienen muchísima biodiversidad, pero también severos problemas de conservación por actividades extractivas humanas.
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Leer más-¿De dónde salen los recursos para mantener Wild GYE Initiative?
El recurso más vital es el tiempo que dedican voluntarios y uno mismo en crear activaciones, conversaciones y eventos, generar conexiones con organizaciones internacionales, en establecer alianzas nacionales con universidades y otras organizaciones. Estamos viviendo la sexta extinción masiva de especias creada por el ser humano y ante tremendo problema siempre tienen que haber algunos soldados que den frente en la batalla. Destinamos el 10% de los fondos de los tours en el Bosque Protector Cerro Blanco para nuestro proyecto de cámaras trampa. Para ello, la iniciativa ha creado el programa ¨Vamos al Bosque¨, donde se lleva a quienes están interesados en nuevas experiencias con el expertise de un guía nacional certificado y fotógrafo de naturaleza viajado por los 7 continentes. Además, para mantener fondos, estaremos publicando unos libros.
Lamentablemente, en el sector de la biodiversidad y conservación no hay fondos suficientes en nuestra ciudad y país. Parece ser que no se comprende que pudiésemos ser mil veces mejor que Costa Rica y Estados Unidos, donde las áreas naturales están superbien gestionadas.
-¿Cómo así el nombre en inglés y no en español?
La iniciativa es local pero pensada de manera global. Nosotros hemos participado en conferencias y convenciones internacionales -como la Convención de Diversidad Biológica-. Además, hay una corriente internacional muy importante de ciudades a favor de la biodiversidad, como Singapur, Portland, Boston y Chicago. Por eso, se lo nombró en inglés. Aquí, en Ecuador, estaba Quito y Cuenca, pero faltaba una iniciativa en nuestra ciudad. Finalmente, GYE es la nomenclatura de viaje para una ciudad con un nombre extremadamente difícil de pronunciar si no eres hispanohablante.
- Como parte de la creación de contenidos, ustedes usan cámaras trampas, ¿de qué sirve capturar a los animales con cámaras trampa?
Las cámaras trampa nos han permitido registrar por lo menos seis grupos de perros ferales -perros domésticos de la calle o el campo abandonados- que se convirtieron en depredadores de la vida silvestre en Cerro Blanco. También, hemos registrado cazadores. Hay que recalcar que la casería es penada por el COIP, y mucho más siendo un área de conservación. Eso no es todo, hemos registrado falencias en grupos de coatíes, donde ciertos individuos están infectados de sarna,. Así es, sarna, como la de los perros. Lamentablemente, los perros ferales les han hecho ese daño a varios individuos de diferentes grupos.
Con respecto a la investigación de las especies, te puedo contar de los ocelotes y mapaches. Hemos hecho un monitoreo constante, actualizando la lista de especies con fotos. Por ejemplo, con los ocelotes hemos podido identificar que hay al menos alrededor de 7 diferentes individuos en las zonas donde hemos puesto cámaras trampa. Estamos tratando de identificar si la población de animales en Cerro Blanco es estable para asegurar de que el estado de conversación de todas las especies sea óptimo y que haya diversidad genética. Cuando hay diversidad genética, tienes a individuos más fuertes y resistentes a enfermedades.
También hemos podido identificar el patrón de comportamiento de ciertas especies, como el gavilán dorsigris (Pseudastur occidentalis, en peligro), que es un ave que debería pasar más en las ramas de los árboles antes que en el suelo del bosque. Esta ave es casi endémica de Ecuador.
No solamente, especies emblemáticas, sino un total de 70 especies fueron registradas con las cámaras.
-Con respecto al Bosque Protector Cerro Blanco, tengo entendido que una empresa cementera es el principal contribuyente de la fundación que lo cuida y sería un importante contaminador de la zona donde se encuentra. ¿Es esto una contradicción?
Lo que puedo acotar es que la razón por la que las canteras siguen en esta reliquia natural, recae en la excesiva demanda de recursos para cemento y demás derivados exigidos por una expansión urbana enfocada a un “progreso” basado en carreteras amplias para carros y en casas horizontales sin espacios para el árbol. Si redujéramos la extensión urbana, existirían mucho mejores espacios para áreas de conservación, parques y agricultura.
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Leer más-¿En qué consiste la biodiversidad de Guayaquil?
Nuestra ciudad tiene dos de los ecosistemas más grandes que hay dentro de la costa: los bosques secos tropicales tumbesinos y los manglares de Guayaquil. Lamentablemente, son ecosistemas en peligro crítico de acuerdo a la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Hay unas 800 especies de plantas, 330 especies de aves -comparado a 656 especies de aves en el Yasuní que tiene un área cinco veces más grande-, y mamíferos importantes -como el mono capuchino ecuatoriano, que se encuentran dentro de los 25 primates más amenazados del planeta Tierra. Incluso, tenemos especies endémicas. Se han encontrado nuevas especies de plantas: una de ellas en pleno botadero de relleno sanitario descrita por Profesor Xavier Cornejo, botánico de la Universidad Estatal de Guayaquil. Hay historia detrás de la biodiversidad de Guayaquil, como la Flora Guayaquilensis y los viajes de Humboldt y Bonpland. Aunque no lo crean, más del 60% de la ciudad es rural y natural, con solo un 30-35% urbano.
Hay tres especies que existían hace al menos 10 años, hoy en día están extintas para Guayaquil: el papagayo guayaquil, el puma y el jaguar. ¡Eso es crítico! Hay plata para construir un monumento al mono capuchino y el papagayo, tiene que haber plata para ayudar a su especie en estado real.
-¿Cuáles son las amenazas a las que se enfrenta la biodiversidad en Guayaquil?
Las amenazas puntuales van en diferentes escalas. Las más específicas y hechas por un individuo son la cacería de la vida silvestre, la tala de arboles para la creación de carbón, el vandalismo y la drogadicción. Estos dos últimos van de la mano. A una escala más grande, tenemos los incendios forestales -que son supercríticos en los últimos tres meses del año- , la expansión de la frontera agrícola, la expansión inmobiliaria -que se crean casas de manera horizontal y no vertical-, las carreteras -que a pesar de generar movimiento de un punto a otro, generan un impacto brutal a la mortalidad de los individuos, ya que los atropellamientos son continuos, a estas hay que tenerles terror. Además, las carreteras proveen acceso para la deforestación. Por otro lado, las invasiones -que van de la mano de la agricultura y ganadería-. Sin dejar a un lado, lo que también amenaza es el trafico ilegal de especies autóctonas de Ecuador.
-¿Qué soluciones propones para que estas amenazas a las que se enfrenta la biodiversidad en Guayaquil no sean un problema?
Hay que fortalecer la gobernanza municipal y de la prefectura en materias de ordenamiento territorial y de los espacios para la gestión de la naturaleza como tal, por ejemplo, mecanismo de acción inmediata si ves una serpiente en una casa o un animal atropellado, centros de rescates, más control en el aspecto de las especies invasoras.
Ecuador es parte de diversos instrumentos internacionales con el fin de proteger la naturaleza y alcanzar un mundo sostenible, como por ejemplo la Convención sobre la Diversidad Biológica (CDB) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La CDB tiene 20 metas que deben cumplirse para el 2020 y los ODS tienen 17 metas que deben cumplirse para el 2030. El cumplimiento de estas metas dependen tanto del sector público -a nivel central y local- como privado -a nivel de organizaciones y personas-.
-Dado que está a punto de acabarse el año, con respecto a los objetivos de la CDB, que deben cumplirse para el 2020, ¿crees que han sido cumplidos?
Lamentablemente, el país ha fallado con las metas de la CDB. Guayaquil, mucho peor. El encargado de determinar esto es el Ministerio de Ambiente. En un país donde hemos tenido cinco diferentes ministros de ambiente en menos de 4 años, te puedes imaginar que eso no progresa por ningún lado por más que tengas técnicos bien encausados. No tenemos ni la voluntad política, ni la gobernanza ambiental, ni una ciudadania empoderada y ni un plan estratégico. Le damos la espalda a la biodiversidad. En fin, nos falta creatividad para generar proyectos de conservación.
-Faltan 10 años para 2030. Con respecto al sector público y privado, ¿ves estrategias concretas y suficientes para alcanzar una ciudad sostenible?
Estrategias concretas para alcanzar los ODS, no. La verdad, está muy complicado por la crisis económica del mundo y, mucho más, la de Ecuador con el tema del COVID-19, que ha replanteado muchísimas estrategias y muchas que ni si quiera se las han planteado. En un país como el nuestro los objetivos son reducir la pobreza, generar acciones para de educación y crear medidas de habitabilidad inmobiliaria. Esto sigue complicándolo todo.
-¿En qué crees que se pudiera mejorar para lograr las metas propuestas?
Lo principal es crear un buen plan de desarrollo, una visión mucho más puntual y eso jamás va a pasar en Ecuador. Somos un país chiquito pero tan disperso y tan diferenciado que eso al final crea individualismo y no colectividad. Mucho menos en Guayaquil, donde la gente no es colectiva.
-¿Conoces alguna fórmula exitosa que están usando países o ciudades que valgan la pena imitar para cumplir con los objetivos?
Definitivamente, la fórmula es hacer un análisis para partir desde un diagnóstico. Por ejemplo, Guayaquil se encuentra dentro de las 20 ciudades a sufrir crisis económicas por inundaciones -siendo la capital económica del país- y, en cuestión de riesgos, están trabajando relativamente bien en responder a acciones de inundación. Hay ciertas ciudades que están haciendo cosas bien interesantes y que vale la pena copiarlas, como Copenhage [capital de Dinamarca]. Ellos han creado ciclorutas -que no es nada del otro mundo- y al ser más compacta, tiene más áreas verdes urbanas donde la gente puede hacer tanto actividades de ocio y negocio.
-Desde la sociedad civil, ¿qué acciones podemos tomar para impulsar el alcance de estas metas?
Lo primero que tiene que hacer es abrir la mente y empezar a darle mérito a lo que tiene cerca. La gente aquí prefiere todo lo de afuera, el guayaquileño piensa que si es importado y viene de afuera es mejor. Eso es el cambio principal.
-¿Y lo segundo?
Comenzar a educarse y darse cuenta de que la naturaleza tiene valor. Y la única forma de hacerlo es visitando áreas naturales que necesitan del aporte económico generado por el turismo, visitas y comprando libros. La educación es la inversión más importante que puede tener una familia, una persona, un joven adulto, un profesional o un niño... Hay que comenzar a venir al bosque, hay que convencer a la gente que se una a nuestros recorridos y actividades.