OPA, el emprendimiento de licor con cacao y café, en homenaje a un abuelo
Guayacos: Ruth Román y Juan Pablo Chiriboga, emprendieron con una bebida artesanal que lleva de sello una historia familiar
Guayacos es una sección en la que contamos historias de los habitantes de Guayaquil, vidas que alimentan y hacen más rica esta ciudad. Relatos que ayudan a conocer mejor la madera de la que están hechos.
Todos los recuerdos que Juan Pablo Chiriboga guarda de su abuelo Bolívar son inspiradores. Lo persuaden a ser como él: innovador, amable y dinámico. Es que 'Opa', como le llamaba, siempre estaba preparando bebidas que se ingeniaba, como licores de mandarinas, de limón y de otros frutos que hallaba en la casa, para compartirlos con su familia y sus amigos.
La esposa de Juan Pablo, Ruth Román, también conoció al abuelo y compartió vivencias con él, durante las visitas a Quito que le hacía la pareja desde Guayaquil.
"Siempre nos recibía con deliciosos productos inventados por él mismo, en cada visita que le hacíamos", le cuenta a EXPRESO la pareja de 38 años de edad.
'Opa' es un cariñoso diminutivo de 'abuelo', en alemán. Y era así como le llamaba Juan Pablo al papá de su padre, tras adoptar el vocablo de uno de sus primos que llegó de Suiza.
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Leer másAhora 'OPA' es el nombre del licor de cacao y café ecuatorianos, con el que Juan Pablo y Ruth iniciaron un emprendimiento desde hace tres años en Guayaquil. Uno que lleva en su sello la historia del abuelo, en homenaje a él.
"Es un homenaje especial a esa persona que ideaba y creaba algo con poco. A través de su gusto por crear recetas propias, aprendimos a aventurarnos y crear algo especial", narra el sello de la botella del Licor de Cacao OPA.
Se trata de una dulce bebida con licor, de textura espesa que conlleva dos productos representativos de Ecuador: cacao y café, a más de whisky; y que le dan el toque mágico para que su sabor sea exquisito.
"La elaboración del producto es 100 % artesanal y netamente ecuatoriano. Además de Guayaquil, lo enviamos a diferentes ciudades del país y hay quienes los adquieren para llevarlo de regalo a otros países", acota Ruth, guayaquileña y graduada de gastronomía.
Los esposos preparan este aperitivo en la cocina de su casa en la ciudadela Los Ceibos, norte de la ciudad. Ahí se toman un par de horas para crear la mezcla. La fragancia de su producto envuelve el hogar de dulzura y le da más calidez, tal como se sentían en la casa del abuelo.
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Leer másRuth aporta con sus conocimientos profesionales de cocina y Juan Pablo, como profesional de negocios internacionales, es el creativo del emprendimiento.
Al licor lo venden bajo pedidos. Las fechas especiales como Días de la Madre y Navidad, son su auge en ventas.
"Iniciamos vendiendo el primer año 200 botellas, y ahora ya vendemos 2.500. Además de diciembre, que es nuestro mes estrella, nos piden para dar en regalos a trabajadores de empresas, a cumpleañeros y detalles para parejas", cuentan.
Este negocio fue el resultado de un año de prueba y testeo que hizo la pareja, con ayuda de familiares y amigos. Ellos se lanzaron a crear el producto después de que Juan Pablo regresara de Argentina tras recibir un taller de heladería, donde aprendió técnicas de cómo preparar un buen licor.
"Teníamos para entonces un local de postres, que finamente tuvimos que cerrar; pero como siempre a los dos nos ha gustado emprender, a pesar de que tenemos nuestros trabajos, nos quedamos con OPA", cuentan.
Ahora Ruth y Juan Pablo planean abrir su campo de venta y comercializar el licor en diferentes supermercados y gasolineras, próximamente.
"Lo más bonito de tener un emprendimiento es haber creado nuestro producto con receta propia y que a la gente le guste", concluye Ruth.