Juanito, el pianista jubilado que entrega conocimiento a domicilio
#Guayacos: Juan José Jiménez es un recordado profesor de música de San José La Salle, Mercedarias y Javier. Hoy aprovecha su jubilación para enseñar de forma personalizada
Guayacos es una sección en la que contamos historias de los habitantes de Guayaquil, vidas que alimentan y hacen más rica esta ciudad. Relatos que ayudan a conocer mejor la madera de la que están hechos.
“Lo mejor que se puede compartir es el conocimiento”. Esta frase universal la escuchamos en el colegio, en el trabajo y en cualquier área de la vida. Pues cuando se adquiere mucha sabiduría y perfeccionismo en algo, lo mejor que se puede hacer es darlo en herencia.
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Leer másJuan José Jiménez, guayaquileño de 61 años de edad y pianista de profesión, concuerda con esa idea. De hecho, la ha puesto en práctica en su rol como padre, profesor y ahora como 'emprendedor'.
En mayo del año pasado se jubiló como maestro de música. Sin embargo, en lugar de 'descansar' y quedarse en casa, prefirió salir a la calle todos los día, (ahora cumpliendo con todas las medidas de bioseguridad ante la COVID-19), para transmitir su conocimiento en ese arte y a la vez tener más ingresos. Pues prefirió no conformarse con la pensión y seguir ayudando económicamente en casa y a su mamá. Él es un emprendedor que da clases de piano a domicilio.
Es así que Juanito, como lo suelen llamar sus familiares y amigos, va y viene con más energía que cualquier muchacho de 30. Todos los días sale desde el sur, donde reside, se traslada en su carro a diferentes partes de Guayaquil, que van hasta la vía Samborondón y sin estresarse por el tráfico o por el ruido en las vías. Es que además la paciencia es una de sus mejores aliadas, cuenta.
“Me jubilé después de trabajar en varios colegios como Mercedarias, San José La Salle, Javier, del Conservatorio Antonio Neumane, entre otras”, cuenta con una voz grave, bastante imponente, que más su presencia, nos da la idea de que es de los maestros estrictos con el que no existen las segundas oportunidades, aunque es todo lo contrario. Él es de los que no descansa hasta que sus estudiantes aprendan.
Mi papi está jubilado y en estos tiempos que extraña enseñar se lanzó a dar clases de piano u órgano a domicilio siguiendo todos los protocolos de bio seguridad. Por favor RT ! pic.twitter.com/qj1voqy1R8
— maria jose jimenez (@mariajo_jimenez) November 13, 2020
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Leer másJuanito se hizo popular en Twitter el 13 de noviembre pasado, a través un tweet posteado por su hija María José Jiménez, quien promocionaba sus servicios. Tuvo más de 1.000 'me gusta', más de 981 retuits y muchos comentarios. Su exalumnos vibraron con la publicación; unos lo recordaron con emoción y otros se interesaron por sus conocimientos.
“Antes de la pandemia y antes de jubilarme también daba clases, pero con la publicación de mi hija he tenido muchos clientes, pero no puedo pasar del límite”, dice. Ahora tiene 10 alumnos a la semana a los que les enseña a leer música y tocar el piano con una técnica sofisticada, por 40 minutos, dos veces a la semana.
Sus alumnos van desde los 5 años de edad hasta los 90 años. Para cada uno utiliza diferentes métodos de enseñanzas, técnicas que aprendió cuando era alumno en el Conservatorio Antonio Neumane.
¿Por qué pianista?
El mundo de Juanito ha estado rodeado de música e instrumentos. En su casa hay un piano y dos teclados donde practica sus clases, aunque revela que por la acumulación de práctica, en 45 de carrera (empezó como docente cuando era quinceañero) en realidad no es que lo necesite. También hay una guitarra y tres violines, un saxofón y una flauta travesera. Es que además viene de una familia de músicos.
Su padre, don Segundo Jiménez, quien descansa en el cielo, era el organista de la iglesia La Merced y fue supervisor de educación musical de la provincial del Guayas, por parte del Ministerio de Educación. Fue él quien le enseñó a tocar piano a sus 9 años de edad y a los 10 lo matriculó en el Conservatorio.
Su abuelo era músico popular, su hermano era violinista de la Orquesta Sinfónica; sus hermanas estudiaron piano y flauta. Esa herencia también la tienen sus hijos, quienes están en inmersos en la música.
“La música es disciplina y eso me enseñó mi padre”, detalla y sus ojos brillan más a través de sus lentes. Es que hablar de su viejo y referente lo llena de mucho sentimiento.
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Leer más“Yo he tocado en iglesias, cenas, quinceañeras, matrimonios. Pero no toco música bailable, porque eso también me lo enseñó mi padre. A mí me pedía la Orquesta Falconí Junior, pero mi padre nunca me dejó. Él me decía que si tocaba música de ambiente me iba a ser borracho, mujeriego y acabar con mi carrera”, cuenta.
Y, otra herramienta que lo ha llevado a vivir en armonía, no solo por la música, si no en las interacciones con sus alumnos y con las personas en general, enseñada también por su padres, es la paciencia. El "viejo Segundo" era quien siempre le rezaba que el día que se sienta cansado o sin ganas de dar clases, debía renunciar.
“Tengo una paciencia infinita. Es como una vez que regresando de dar una clase, hice una mala maniobra en la carretera y casi choco a otro carro. Llegué al semáforo y el conductor se puso a mi lado y bajó el vidrio, y antes de que hable le dije 'por favor le ruego me perdone, es mi culpa' y él se quedó muy sorprendido y no me dijo nada. Esa tranquilidad la alimento dando las clases, siendo paciente con los estudiantes. Cuando hay alumnos con problemas, busco la forma de que aprendan”, narra.
Lo mejor de ser profesor de piano, dice, es ver el progreso de los estudiantes, “sentir que aprenden lo que uno enseña”, y él no quiere dejar de enseñar.