En Guayaquil crece ‘La Flor’ de la violencia, terror e inseguridad
La detención en España de Negro Willy, líder de los Tiguerones, habría sido el principal detonante de los enfrentamientos
El sonido de los disparos, las calles manchadas de sangre y los gritos desesperados de sus vecinos se habían convertido en el día a día de Ernesto, un manabita de 45 años que lleva dos décadas residiendo en el bloque 6 de Flor de Bastión.
Este sector, ubicado en el noroeste de Guayaquil, se ha transformado en el epicentro de disputas entre bandas criminales, lo que ha provocado un alarmante incremento en el número de muertes violentas.
Aunque Ernesto siempre se mantuvo al margen de los conflictos entre las organizaciones delictivas que controlan la zona, el temor constante de que una tragedia pudiera alcanzar a alguno de sus seres queridos lo obligó a tomar una decisión desgarradora: abandonar su hogar y trasladarse a otro cantón de la provincia del Guayas.
Ahora, lejos de la ciudad, vive de la agricultura, una actividad que apenas le permite subsistir y llevar alimento a su familia.
Entre el 1 y el 17 de enero, en los sectores de Flor de Bastión y Paraíso de la Flor, ambos pertenecientes al distrito Nueva Prosperina, se registraron 18 muertes violentas, de las 28 contabilizadas en esta jurisdicción. Nueva Prosperina forma parte de la Zona 8, que incluye los cantones de Guayaquil, Durán y Samborondón.
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Este clima de inseguridad, caracterizado por delitos como asesinatos, extorsiones, secuestros y robos, ha empujado a muchas personas, como Ernesto, a dejar sus hogares en busca de un lugar más seguro donde puedan vivir en paz.
Antes de tomar esta difícil decisión, Ernesto tenía un pequeño negocio de venta de víveres en Guayaquil, el cual le permitía mantener a su familia. Sus hijos, por su parte, estaban cursando la educación secundaria. Sin embargo, su nueva realidad en el campo les ha impuesto severas limitaciones económicas y personales. Sus descendientes, lamentablemente, tuvieron que abandonar sus estudios debido al cambio abrupto en sus vidas.
“Prefiero no tener qué comer y vivir de lo poco que puedo cosechar en el campo, antes que seguir en un lugar donde mis hijos corran peligro. Este es el precio que estoy pagando para vivir lejos de la violencia. Ya el año pasado, dos estudiantes fueron alcanzados por balas perdidas y fallecieron”, expresó Ernesto, con un tono de resignación y dolor.
Ernesto
Pero, ¿qué desató la violencia en este sector del Puerto Principal, conocido por sus casas de construcción mixta, asentamientos irregulares y vías de difícil acceso?
El teniente coronel Herbie Guamani, jefe del distrito Nueva Prosperina, explicó que el robo de una motocicleta en septiembre de 2024 fue el primer indicio de los conflictos. No obstante, el verdadero punto de quiebre ocurrió con la detención de William Joffre Alcívar Bautista, alias Negro Willy, presunto cabecilla de la organización criminal Los Tiguerones, y de su hermano, conocido como Ronco.
La captura de ambos se llevó a cabo el miércoles 23 de octubre a las 05:00 (hora de España) y a las 22:00 del martes en Ecuador. Este hecho desató una serie de enfrentamientos internos entre miembros de la misma organización criminal, lo que incrementó significativamente las muertes violentas que desde entonces han asolado el sector.
En lo que va del año 2025, se han registrado 16 muertes violentas: 8 en Flor de Batión y 8 en Paraíso de la Flor. Este territorio está dominado por la organización terrorista conocida como Los Tiguerones. “Esta organización cuenta con divisiones internas, como Féni e Igualitos, que han mantenido enfrentamientos debido a pugnas territoriales y las economías criminales que operan en la zona. Estas incluyen la venta de drogas, extorsiones a comerciantes locales y domicilios, así como secuestros a familias y residentes del sector. Estas actividades prosperan debido a la falta de intervención efectiva en el área”, indicó el oficial de la Policía.
Asesinato de Policía también complicó la situación
Explicó que, en julio, se desató una escalada de violencia a raíz del robo de una motocicleta. Una de estas agrupaciones exigió la devolución del vehículo, y al no obtenerlo, asesinaron al responsable del robo. Este incidente desencadenó divisiones internas, agravadas por el asesinato de un miembro de la Policía Nacional durante un operativo en la zona. Las investigaciones apuntaron a la participación de Los Igualitos, lo que reavivó la lucha de poder por el control del territorio.
“El asesinato del policía en julio del año pasado generó una serie de operativos que lograron la detención de varios miembros de una de estas bandas criminales. La banda contraria, al ver a sus integrantes arrestados, intentó tomar represalias”, indicó el oficial.
En diciembre, tras la captura de William Joffre Alcívar Bautista, alias Willy, en España, líder de la organización, se produjo un incremento de muertes violentas. “La ausencia de liderazgo creó un vacío de poder que un nuevo integrante intentó ocupar, provocando divisiones dentro de Los Tiguerones. Finalmente, Los Fénix se separaron y emitieron un comunicado oficial anunciando su ruptura con la organización principal. Esto derivó en enfrentamientos violentos. Los Fénix se reubicaron en sectores como Pascuales, Florida, y la Martha de Roldós, donde también han generado conflictos.
Entre las víctimas de esta guerra territorial se encuentra una menor de edad, también asesinada en diciembre pasado quien, según las investigaciones, tenía vínculos sentimentales con un miembro de la organización delictiva que opera en la zona.
“Esto evidencia que las pugnas entre Fénix y Los Igualitos están directamente relacionadas con el control de las economías criminales en estos territorios. Como parte de los esfuerzos para recuperar la tranquilidad en el sector, se han llevado a cabo operativos policiales que incluyen la incautación de armas de fuego, la detención de personas y la recuperación de vehículos.