Guayaquil: A los senderos del Parque Samanes les urge atención
Ciudadanía reclama por falta de cuidado en Zona de Reserva Forestal Senderos del Parque Samanes. Hay sensación de inseguridad
Desde la parte externa de la Zona de Reserva Forestal Senderos del Parque Ecológico Samanes, ubicado en la avenida Francisco de Orellana, en el sentido norte-sur, se observa cómo este sitio está marchito y descuidado. Para los guayaquileños, el Municipio de Guayaquil debería realizar mantenimientos correctivos para reactivar su atractivo turístico.
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Leer másMás aún cuando, desde el año pasado, el Cabildo Porteño tiene la competencia de este sitio y cuando también el alcalde Aquiles Álvarez ha proclamado la creación del Malecón 3000, espacio que se conectará con el Parque Samanes. Para los usuarios de esta zona del parque, el burgomaestre primero debería adecuar correctamente las áreas verdes con las que ya cuenta la ciudad, porque se están estropeando, subraya María Macías.
Falta de mantenimiento
En el ingreso a esta área, el césped no existe; se observa áreas con restos de maleza y pocos árboles; varios de ellos sin follaje. Ninguno da sombra, se queja José Granja, quien recalca que “la mayoría de los bancos están prácticamente al sol”. Él descansa, junto a su esposa, en uno de los asientos del parque y espera que, con las próximas lluvias, todo se vea verde.
Pero no solo es eso, Granja denuncia que los baños necesitan arreglos porque les falta agua. Cuando este Diario quiso acceder a ellos, no pudo; las puertas estaban cerradas bajo llave. Por otro lado, señala que el bar que está en el área del patio de comidas siempre está cerrado, por lo cree que debe ser activado, ya que al sitio van deportistas que luego de recorrer los senderos, afirma que ellos, al igual que él, consumirían.
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Rafael Morales
Problemas para practicar deportes
Para Daniel Ochoa, los problemas más densos están a partir del puente que inicia la zona de senderos. Varios tablones de caucho de neumáticos que están en el suelo de esta pasarela están flojos, expresa Juan Carlos Govea; estos mismos elementos que están en el pasamanos también están por desprenderse.
Al adentrarse, pasando el puente, Macías denuncia que es un problema caminar sobre los adoquines. Estos, en varios tramos, están flojos o están desnivelados o hay ausencia de estos, por lo que muchos peligran de caer sobre esos huecos. “Casi me caigo”, expresa indignada.
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María Macías
Problemas en infraestructuras
Pero este problema no solo se observa en este sitio, también en las torres de avistamiento, denuncia Macías. Con ella concuerda Govea, quien describe que el material del piso y las escaleras (caucho de neumáticos) de estas torres son un peligro porque están muy dañadas. Estas edificaciones están oxidadas, el piso desprendido y la gente se siente insegura ingresar a ellas, aunque algunos, a pesar de su estado suben sus pisos.
La basura también abunda dentro de los senderos, de las torres de avistamiento. Nadie recoge la funda de basura que está dentro de un bote oxidado y dañado. Dentro de la segunda torre de avistamiento se observan toallas húmedas que rondan por los pisos de esta.
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Henry Félix
Para Ochoa, este sitio necesita más puntos para depositar los desechos, porque ante la ausencia de estos, la gente deja en cualquier parte su basura. Henry Félix cree que la administración del parque debería podar las plantas que crecen junto a los senderos rústicos porque su crecimiento estrecha la senda por donde camina, trota o se anda en bicicleta. Teme a que los ciclistas se enreden en ellas.
Rafael Morales trota en este sitio hace varios años y comenta que “hay una zona de 2 km donde se ha caído un puente”, lo que impide, a los deportistas, completar el circuito. También agrega que el rocódromo estaba equipado con presas, pero ahora ya no están todas, por lo que cuando practica escalada se le dificulta ascender de manera segura. Él considera que debiera haber una persona asignada perennemente a esta área, como también había antes.
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Inseguridad en los senderos
Otro problema de los problemas que denuncian los usuarios es la inseguridad que sienten en el sitio, por la falta de personal de seguridad; señalan que han observado personas sospechosas, por lo que suelen temer estar solos en los senderos. Morales comenta que en el rocódromo se ha topado con personas que tienen relaciones sexuales o están consumiendo drogas.
Adicional a esto, los guayaquileños piden al Cabildo que arregle y coloque más señaléticas verticales; hay ausencia de información en las rutas.
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