Habitantes: “En la ciudadela Bolivariana tenemos que andar a cuatro ojos”
Los vecinos aseguran que los robos de carros y asaltos son frecuentes- El patrullaje es escaso. Las calles dañadas y la basura los aqueja
Mirar a un lado y otro antes de pasar el umbral de la puerta de sus casas; girar la cabeza constantemente para comprobar si hay alguien detrás cuando caminan por la calle; dejar en el domicilio una joya que siempre habían llevado fuera de casa; esquivar las esquinas por donde solían transitar sin ningún miedo... Así viven los residentes de la ciudadela Bolivariana, en el norte de la ciudad, debido a que la inseguridad se ha vuelto insostenible.
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Leer más“Vivimos en alerta permanente. Tenemos que andar a cuatro ojos para no ser víctimas de la delincuencia”, indica Mario Menoscal Ordóñez, quien habita desde hace 50 años en esta ciudadela y ha sido víctima de asalto a mano armada y robo a su vivienda, ubicada en la calle Manuela Sáenz y O’lerry.
Menoscal cuenta que hace tres meses se le llevaron varios accesorios de su vehículo que, durante las mañanas, permanece parqueado fuera de su domicilio. “Ahora, a las seis de la tarde lo guardo dos cuadras más adelante, donde hay cámaras de videovigilancia”, anota.
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Leer másLos vecinos de la Bolivariana aseguran que los robos de carros y accesorios son los más frecuentes en la zona. Por ello han tenido que contratar a cuidadores de vehículos en cada cuadra.
“Por lo menos cuatro veces a la semana conocemos que se ha dado este tipo de delito. Vivimos en zozobra, con miedo, esto no está bien”, menciona Ángel Vera, dueño de un local de fotocopiadora ubicado en la manzana E, que ha sido desmantelado en dos ocasiones.
No podemos vivir tranquilos, siempre estamos mirando de un lado a otro por el temor de ser asaltados en cualquier momento. Queremos que nos devuelvan la paz.
Vera narra que dos sujetos se bajaron de una moto, lo apuntaron con un revólver y se llevaron el dinero y el material de trabajo, así como los espejos de su carro. “Llamamos a la Policía, pero cuando llegaron, ya era demasiado tarde”, agrega.
En esta ciudadela, compuesta por 12 manzanas donde habitan 168 familias, no hay una Unidad de Policía Comunitaria (UPC); la más cercana está en Urdesa y es por eso que los policías tardan en llegar cuando hay una queja, presume César Chiriboga, quien habita desde hace 20 años en la avenida Simón Rodríguez y Monte Sacro, a pocos metros de la iglesia Santa Gema, sitio que tampoco ha podido librarse de los robos.
Los temores y miedos se han propagado en nuestras mentes. Recuperar la tranquilidad y la normalidad nos cuesta mucho. Las autoridades deberían garantizar la seguridad en la zona.
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Leer más“Vemos que pasa un carro dos o tres veces por el mismo lugar y no sabemos si buscan a alguien para robar o están planificando entrar a las casas”, expresa Chiriboga, quien reconoce que hace falta más patrullaje en el sector para reducir la ola delictiva que ha crecido en los últimos tres años.
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Leer másPero Ana León, otra moradora, asevera que la inseguridad se ha hecho más evidente a raíz de la pandemia, cuando las clases presenciales en la Universidad de Guayaquil se suspendieron y los negocios ubicados en la avenida Delta (que colinda con la ciudadela) se paralizaron por falta de clientela. “Ahora la zona se ha tornado desierta y propicia para que asalten a quienes se arriesguen a transitarla”, remarca.
El daño de calles, parterres y aceras son otros problemas que afrontan los residentes de la Bolivariana, así como la acumulación de basura en las esquinas que se convierte en foco de contaminación.