Los habitantes de La Pradera 1 viven incomunicados desde hace cuatro meses
Además del corte, a los residentes se les sigue cobrando el servicio
Los moradores de la ciudadela Pradera 1, ubicada en el sur porteño, denuncian llevar ya más de cuatro meses sin telefonía por el robo del cableado. Este servicio, como ya lo publicó antes EXPRESO, para muchos de los residentes, en especial aquellos de la tercera edad, es uno de sus principales medios de comunicación.
El robo de cables enmudece a los vecinos de La Pradera
Leer más“Nada que vienen a dar un arreglo, los vecinos estamos cansados. Por más que hemos hablado con la CNT, seguimos sin poder usar el teléfono convencional”, señala la residente Mónica Quesada.
Así como Quesada reclama por la falta de arreglo al servicio de la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT), lo hacen los residentes Rosa Indacochea y Augusto Loor, quienes siguen sin poder usar su teléfono convencional desde junio y julio de este año respectivamente, cuando comenzó su calvario.
“En solitario y en grupo hemos salido a reclamar a CNT por este percance y su respuesta es que pronto estará la solución, pero de qué nos sirve un ‘pronto ya estará’ si pasa el tiempo y seguimos igual”, manifiesta Loor, quien indignado se queja de que además les siguen cobrando el servicio.
“El primer mes que se hizo el reclamo, a uno que otro le hicieron el descuento, pero ahora ni eso. Me está llegando una factura de $ 8 al mes por no usar la línea”, lamenta Indacochea.
Frente a esta problemática, EXPRESO contactó a la Corporación Nacional de Telecomunicaciones para saber cuándo solucionarán el daño en el vecindario y qué medida tomarán para que no se repita. El ente, a través del departamento de comunicación, aseguró que actualmente se encuentran haciendo el traslado del cableado, de cobre a fibra óptica. Señalan que el proceso culminará entre diciembre de 2022 y enero de 2023.
Indicó que la entidad ha logrado ya que 263 clientes tengan el servicio por fibra óptica, pero que falta hacerlo aún con unos 800 abonados; sin explicar sin embargo por qué les siguen cobrando a los ciudadanos, que definen ese hecho como un robo. Una farsa.
Los denunciantes, a la par, se quejan de que la institución les pone una serie de trabas cuando intentan suspender el servicio. Varios residentes han querido terminar su contrato con la compañía, pero les han puesto varias dificultades, como es el caso de Marco López, quien tuvo que pagar no solo la deuda de un servicio que no recibió de telefonía e Internet, sino que tuvo que pasar por un proceso extenuante para no que le sigan cobrando.
“Pude cancelar el servicio, pero no fue fácil. Además de trabas y harto papeleo, ellos querían que el cliente les lleve los cables y todas las cosas que los de esta compañía deberían retirar”, relata López.
Los moradores están cansados no solo de pagar por un servicio de telefonía que no sirve, sino por las promesas de arreglo que hasta la fecha no se cumplen.