El hampa acorrala a vecinos y negocios de Las Orquídeas
Los dueños de los locales denuncian extorsión por parte de los antisociales. Los residentes piden que la Policía realice más rondas para evitar los atracos
Al llegar o al salir de su negocio, María Bravo abraza fuerte sus pertenencias y mira hacia atrás y de un lado a otro constantemente para asegurarse de que nadie la siga. Sube a su carro y lo enciende rápido y no abre las ventanas hasta estar lejos de la zona.
Listos los equipos que se colocarán en la transportación para ofrecer seguridad
Leer másElla es la dueña de uno de los negocios (tiendas, restaurantes, farmacias, peluquerías...) ubicados en el sector comercial de Las Orquídeas, donde la inseguridad afecta la tranquilidad de quienes habitan y trabajan en esta parte del norte de la ciudad.
“La delincuencia nos tiene acorralados. Nos sentimos indefensos y desprotegidos. Queremos que la Policía nos brinde tranquilidad realizando controles más frecuentes”, dice Bravo, propietaria del asadero El Europeo, que fue asaltado la semana pasada por tercera ocasión en lo que va del año, sin contar con los robos que ha tenido durante la década que lleva funcionando.
La Policía asegura que ejecuta rondas constantes para evitar estos problemas. Pero los vecinos aseguran que son insuficientes a juzgar por los aproximadamente 20 robos y asaltos que se reportan a diario en la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) más cercana.
La inseguridad llega acompañada de la extorsión de la que son víctimas los dueños de los locales por parte de los antisociales, quienes les exigen dinero a cambio de protegerlos y cuidar los negocios para que nadie entre a robarlos.
“Así es como operan ahora los delincuentes y no hay nadie que nos proteja”, indica la mujer, quien revela que en su negocio los ladrones no solo se han llevado el dinero de la caja, también han asaltado a los comensales.
EXPRESO publicó la semana pasada que otras zonas del norte de la ciudad sufren el mismo problema, como es el caso de los comerciantes del Garzocentro, donde los extorsionadores han llegado a pedir al dueño de un local hasta $ 10.000 para no atacar al negocio, a sus empleados y a los clientes.
Viví en la ciudadela más de 15 años y hace seis meses tuve que cambiar mi domicilio debido a los robos y asaltos constantes que hay en este sector que se ha vuelto peligroso.
Los robos en Las Orquídeas suceden a todas horas y se acentúan pasadas las 19:00. Varios locales trabajan hasta las 22:00, pero sus dueños están pensando cerrarlos más temprano para evitar inconvenientes y amenazas que reciben a diario por no ceder al chantaje de desconocidos que amagan con atentar contra su integridad si no les dan el dinero solicitado.
Los delincuentes nos tienen atemorizados, por eso a veces no queremos denunciar lo que ocurre en esta zona. Ojalá la Policía logre controlar esta situación que nos quita la paz.
El local de Bravo no es el único perjudicado. También han sido víctimas del hampa y del chantaje los propietarios de farmacias, lubricadoras, talleres mecánicos, tiendas, carretas de venta de comidas y hasta minimarkets que existen a lo largo de siete cuadras.
Guayaquil: Los residentes de la urbanización aún caminan entre huecos y piedras. Carecen de parques en buen estado. Dicen estar hartos de las promesas incumplidas.https://t.co/OeZrjUhZsi
— Diario Expreso (@Expresoec) June 22, 2022
“Todos los días recibimos llamadas anónimas de personas que piden dinero para no hacernos daño. Incluso, hemos recibido mensajes escritos que dejan junto a la puerta del negocio, con ese mismo objetivo”, comenta Wendy González, empleada de un restaurante donde venden desayunos, almuerzos y meriendas.
El irrespeto se adueña de las aceras de la Alborada
Leer másEste local también fue asaltado hace dos semanas. “Dos hombres entraron haciéndose pasar como clientes y de repente comenzaron a desvalijar a los comensales a quienes se les llevaron billeteras, celulares y prendas de valor. Llamamos a la Policía, pero los uniformados llegaron después de 30 minutos. Ese día tuvimos que cerrar el negocio con las pérdidas que eso conlleva”, lamentó la empleada.
María Gómez, una de las propietarias del restaurante El Viñedo, ubicado en la manzana 1020, sostiene que en la zona hace falta la instalación de luminarias. “En algunos callejones no existen y en otros, son deficientes.
El sargento Manuel Mejía, quien junto a otros uniformados rondaba el sector a las 11:00 del lunes pasado, asegura que las denuncias por asalto han disminuido por los patrullajes que realizan. Pero esto es desmentido por Milton Menoscal, dueño de una ferretería que fue asaltada el fin de semana pasado. “Los delincuentes se llevaron algunos materiales y luego huyeron en una camioneta sin placas y nadie hizo nada”, narra.
“Tenemos 35 años caminando por calles y veredas dañadas”
Leer másLas viviendas no están exentas de estos sucesos. Por ello, sus dueños han adoptado medidas contra el hampa.
Una de ellas es resguardar sus hogares con rejas o no salir muy tarde a las calles. “Hasta ahora a mí no me ha pasado nada, pero el miedo está latente. Lastimosamente cuidarnos las espaldas de esa forma no es suficiente”, expresa Rita Moreno, quien habita en la manzana 1040, al señalar que de dos a tres asaltantes se movilizan en una misma moto y cometen fechorías a cualquier hora.
La falta de luminarias en zonas específicas, como parques, peatonales y terrenos vacíos, propicia que el sector se vuelva más peligroso en la noche, aumentando la sensación de inseguridad entre los ciudadanos.