Historias de una Nochebuena a distancia, pero en familia
Guayaquileños que viven en el extranjero usan la creatividad para mantener vivas las tradiciones. La nostalgia está presente en la fecha
Sonia Espinoza, guayaquileña de 60 años, no tiene una típica Navidad en casa. Regresó con su esposo al país hace dos años de Panamá y dejó atrás a su hija mayor con la que compartía muchas de las celebraciones de fin de año. Espinoza también tiene dos hijos más en el exterior, en Argentina y en Estados Unidos, a los que no ve hace más de cinco años en estas fiestas, y desde entonces ella vive una Navidad a distancia. “Siento nostalgia, por no tener a mis hijos conmigo, no sabemos si nos volveremos a ver pronto, pero queda la esperanza. Esta Navidad pensamos en cuadrar todos nuestros horarios y conectarnos a través de una plataforma virtual para orar juntos, y recordar los buenos momentos en familia”, asegura.
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Leer másOtro caso similar, vivirá Karelys Rincón, comunicadora social guayaquileña, que no pasará las fiestas de Fin de Año con su hermano que vive en Madrid, en España. Por el cambio de horario no logran encontrarse a tiempo para cenar juntos, pero intentan hacerlo horas antes de sus respectivas cenas para conectarse por la web. “Este 24 y 31 de diciembre lo que hacemos es conversar por videollamada. Generalmente mientras en casa estamos preparando la cena con la familia, allá se acerca la media noche. Lo hacemos así para compartir las tradiciones, uno ve lo que hace el otro y lo acompaña en el momento” cuenta.
Lamentablemente por el cambio de horario, no celebramos juntos. El 24 y 31 antes de las 6:00 pm hacemos videollamada y conversamos mientras comemos algo.
Rincón no esconde su melancolía y advierte que con el tiempo no mengua el sentimiento de extrañar más a su ser querido. “No es fácil, se lo extraña mucho. Los altos precios de los boletos de avión no nos han permitido reunirnos en estas fechas, y realmente espero que pronto lo podamos hacer”, manifiesta.
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Ronald Mayer tiene 38 años, y vivirá nuevamente una Navidad sin su familia de forma presencial. Gracias a la tecnología por varios años ha podido compartir Nochebuena con su hermano y mamá que vive en Europa, y cuenta a este Diario cómo se conectan en esta temporada.
Las novenas siguen vigentes, algunas desde la virtualidad
Leer más“Tengo poco más de una década sin poder abrazarlos en Navidad. Cuando era joven celebrábamos juntos, pero ahora todo lo hacemos por videollamada. Ellos cenan mientras nosotros almorzamos. Mi mamá dice que en estas festividades siente como si la hubieran desmembrado, y el sentimiento no ha cambiado. Yo, en lo personal, tal vez porque soy mayor, me acostumbré. Con mi mamá celebré las fiestas hace cinco años, y con mi hermano no he podido disfrutarlas desde que tenía 16”.
Otros vivirán su primera Navidad lejos de casa, Julián Murillo, salió a cursar estudios en Alemania, y lamenta no poder llegar a cenar en Fin de Año a casa. “Este 2023 tendré que conectarme horas antes con mi familia para poder comer juntos, sin lugar a dudas será distinto, pero este año buscaremos ser creativos. He pensado en pasar conectado toda la tarde con ellos, desde el almuerzo hasta la cena. Pienso en jugar con ellos en línea y ver películas. Mis padres están tristes, porque pasaré lejos, pero espero estar en marzo de vuelta y abrazarlos”, alega.
Celebramos la Navidad juntos un día antes por el cambio horario. Todo lo hacemos por videollamada. Ellos cenan mientras nosotros almorzamos y nos conectamos todo el día.
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Leer másEn fin, son varias las familias que sin duda extrañarán darse ese cálido abrazo. No obstante, buscarán la manera de sentir que están cerca del otro. Lo importante es vivir la festividad en familia, lejos o cerca.
De allí que Emily Cascante, guayaquileña que vive ahora en Nueva York, no ha dejado de hacer videollamadas para mostrarle a sus padres, que viven en Guayaquil, qué actividades está haciendo. “Hice por primera vez galletas y armé hasta un hombre de nieves. Fui a patinar y participé de una actividad de ayuda social. Les encantó y yo amé mostrarles lo que hago. Los tuve cerca, que es lo que necesito”, reconoce la joven de 21 años, que se encuentra lejos de su hogar por sus estudios de maestría.
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Para Navidad extraño orar juntos, hacer una lectura evangélica y cantar villancicos. Se siente nostalgia por no tener a mis hijos, pero intentaré conectarme con ellos.
Navidad se disfruta desde el paladar
Leer másLuiggi Sáenz de Viteri, psicólogo familiar, alega que en estas fechas la comunicación con los seres queridos que se encuentran en el exterior debe ser abierta, a fin de “que se sienta que a pesar de la distancia se pueden conectar significativamente”. “Pueden recurrir a tradiciones familiares desde donde estén, seguir sintiendo que son parte de algo más grande, y recordar eso con cariño para tener bienestar emocional”.
El experto en salud mental también sostiene que cada vez es más común este tipo de relaciones virtuales, y que posiblemente el próximo año, veremos más celebraciones en esta modalidad. “Desde la pandemia las celebraciones cambiaron. Pero nada cambiará la presencialidad para la salud familiar, a pesar del poder de la tecnología”.
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