Peligros en Guayaquil: “Somos como una pequeña Alausí, pero podemos colapsar”
El deslizamiento de tierra preocupa a residentes de Ceibos. Aseguran que el problema ha sido advertido desde 2019. Exigen intervención del Cabildo
Las constantes lluvias, el sismo que sufrió Guayaquil y la desatención de las autoridades mantienen en zozobra a los moradores de la urbanización Los Senderos, en Ceibos.
Un grupo de habitantes de esta ciudadela denunció a EXPRESO que desde hace varias semanas han perdido varios metros de áreas verdes, debido a que la tierra ha cedido y han aumentado los deslizamientos, lo que provoca miedo a decenas de familias que viven en sectores aledaños a donde se presenta el problema.
“Sentimos que hoy somos como una pequeña Alausí, pero creemos que podemos colapsar y nos puede ocurrir lo mismo. Estamos preocupados por el futuro de nuestro sector”, expresó el residente Galo Merino, mientras muestra lo que ocurre justo fuera de su casa. “Esto de aquí era un área verde, había unos árboles y con las lluvias de los últimos días la tierra cedió y cayó justo en ese terreno vacío”, comentó Merino, quien confesó que lo que más le preocupa es que la tierra siga cediendo y llegue hasta su casa, que actualmente está a unos 10 metros.
En otra zona de la urbanización el daño es más evidente. Desde lo más alto se puede observar hacia abajo cómo centenares de piedras han caído sobre lo que antes era una calle.
“Antes se podía caminar sobre este césped (en la parte alta), ahora ya no se puede porque todo ha caído y la parte que queda probablemente se derrumbe con el próximo aguacero. Mire nada más la parte de abajo cómo está llena de tierra. Es tan preocupante cómo estamos viviendo”, manifestó el ciudadano Rodney Zambrano, quien también expresó su preocupación por la situación. Él teme que ocurra lo peor.
“Con lo que pasó en Alausí estamos con más miedo. Esta es la crónica de una muerte anunciada”, sentenció.
Desde lo alto del vecindario se puede visualizar la zona baja, donde se ha acumulado un montículo de tierra de más de tres metros. “Esto era una vía para que la gente camine, pero ahora ya es imposible con todas las rocas que caen. Se vive en constante alerta”, indicó uno de los encargados de la seguridad de la urbanización.
Merino indicó que este problema viene reclamándose desde hace más de tres años. “En 2019 se mandó la primera petición a la Alcaldía de Guayaquil, en la administración del entonces alcalde Jaime Nebot. Luego en 2020 y 2021 lo volvimos a hacer y en 2022 lo hicimos en varias ocasiones e insistimos porque nos preocupaba, ya que se veían grietas en las calles. Ahora en marzo mandamos otro oficio, pero no se ha hecho nada”, relató Merino con los documentos en mano.
Llevamos varios años pidiendo la intervención del Municipio, pero no ocurre nada. Hemos enviado ya varios oficios. Hoy somos una pequeña Alausí, pero podemos colapsar.
“La semana pasada vinieron e hicieron solo una revisión visual. Seguramente elaborarán un informe. Ahora estamos esperando que actúen, ojalá no quedemos olvidados, así como ha pasado en otros sectores”, reclamó.
EXPRESO consultó sobre la situación al Municipio, pero hasta el cierre de la edición no hubo respuesta.
¿Qué se hará para evitar que continúen los deslizamientos?, ¿por qué se ha tardado tanto tiempo en dar una respuesta?, ¿se tiene algún plan para evitar más situaciones de este tipo en el Puerto Principal?, cuestionó este Diario a los departamentos de Justicia y Vigilancia y Obras Públicas. Sin embargo, no hubo contestación.
Pero en Los Senderos, el problema no solo se da por los deslizamientos, sino por la cantidad de grietas que son evidentes ya en las calles. “Fíjese en esta vía, tiene una enorme abertura y cada vez crece más. Eso nos tiene también preocupados. No sabemos en qué momento las vías pueden colapsar”, dijo Zambrano mientras mostraba cada una de las vías internas afectadas.
Los deslizamientos de tierra, como ha venido publicando EXPRESO, se han vuelto recurrentes y aún no se ha dado luz verde a un plan de mitigación integral en la ciudad. EXPRESO ha dado seguimiento a lo ocurrido en la ciudadela Paraíso, donde una vivienda de dos plantas está a punto de colapsar completamente por el descenso de tierra y lodo de un terreno aledaño.
En ninguno de estos casos, pese a la insistencia ciudadana, las autoridades han emprendido acciones para permitirles vivir sin temor a un desastre natural.
