Guayaquil: Incierto final del arte del Museo de Arcilla

Una señalización de tono café (usadas para lugares turísticos o culturales) está plantada en el parterre central de la avenida Barcelona, entre los puentes de la 17 y El Velero, suroeste de Guayaquil. Esta advierte a los conductores que deben girar en ‘U’ para llegar al Museo Municipal La Historia en Arcilla.

Pero a pie, al cruzar la transitada vía, no se puede acceder al sitio, que está adentro del parque lineal con guardianía, pues la puerta principal luce con candado. Entre los barrotes, sobre la avenida Barcelona, es fácilmente ver que el lugar que albergaba murales que contaban la historia del país, está vacío. El tono blanco abunda.

Cabe recordar que este museo fue inaugurado por el exalcalde Jaime Nebot, pero en la administración de Cynthia Viteri (2021) fue desmontado.

¿Entonces, cuál es el paradero del arte que ahí se exponía? Fue la principal interrogante que EXPRESO intentó llevar al Municipio, ahora liderado por Aquiles Álvarez, en una entrevista con algún funcionario que conozca del caso o maneje los museos municipales, pero hasta el cierre de este artículo no hubo alguna contestación por parte del equipo de comunicación.

Ahora bien, de acuerdo con una fuente de EXPRESO que sabe de este tema, las esculturas fueron desarmadas y “colocadas en cartones”, algunas sufrieron daños y, aseguró, estarían en alguna bodega de una de las fundaciones municipales. “Deben estar escondidos aún...”, resumió la fuente, al afirmar que estas obras tienen el sello de ser patrimoniales.

Al conversar con algunos historiadores e investigadores de la urbe, como Fernando Mancero, quien acudió a la inauguración del espacio; lo que sucedió en el museo representa una “gran pérdida para la ciudad”. Él sostiene que la decisión del desmontaje fue desatinada.

“Inicialmente fueron desmontadas por personas ajenas a la autora con lo cual entiendo que sufrieron algunos daños y del resto de piezas no he sabido dónde están guardadas”, acota.

Mancero, quien por años coordinó el emblemático saludo a la Aurora Gloriosa, cuenta que conoció que hubo el intento de que se reubiquen las obras en diferentes partes de la ciudad porque el museo “era poco visitado”, pero se lamentó de lo que ocurrió finalmente: Guayaquil se quedó sin un museo. “En una ciudad ávida de cultura lo que ocurrió fue lamentable; una decisión muy poco atinada e irreparable...”.

Javier Castillo, arquitecto e integrante de la fundación Bienvenido Guayaquil, también recuerda a este museo del que solo quedó el nombre. Dice que era un sitio que a través de los murales se retrataban varios momentos e hitos de la historia del Ecuador. Quizá, comentó, la ubicación no fue la más idónea, más la poca difusión, ocasionó que pocos ciudadanos conocieran de su existencia.

“No se tiene claro el porqué la directora de Cultura del tiempo de la alcaldesa Viteri ordena su desmantelamiento sin siquiera consultar a la artista autora de los murales quien se entera cuando ya habían sido removidos de manera poco técnica, dañándose muchos de ellos”, añadió el también investigador.

Para él, lo que sí quedó claro es lo “poco que les importó” -refiriéndose a la anterior gestión municipal- la cultura y sobre todo lo que invirtió la administración de Nebot en ese sitio y, añadió, no hubo cabida para su debida repotenciación.

Ahora que Guayaquil tiene una nueva administración, que en mayo próximo cumplirá su primer año de gestión, Castillo espera que haya trabajo y evitar las peleas por redes sociales. “Por ejemplo, que se ordene el departamento de cultura (si existe aún) que tome cartas en el asunto para averiguar qué pasó con estos murales, dónde están y en lo posible reincorporarlos a un nuevo sitio apropiado que se convierta en un imán de cultura para los guayaquileños”, argumentó.

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