La informalidad gana terreno en La Libertad
El problema se registra fuera de mercados, la calle Guayaquil y el malecón. Vendedores formales también salen a las calles
El comercio informal está en todos lados y el problema que generan es tal en el cantón La Libertad (Santa Elena), que incluso los vendedores informales, según relatan a EXPRESO, se han visto obligados a salir a las calles para intentar vender al menos la cuarta parte de lo que vendían antes. La problemática, además, genera molestias en la ciudadanía que dice sentirse afectada por las aglomeraciones y la inseguridad que esto representa.
Por ejemplo, Juan Pablo Vélez, propietario de un local de venta de mariscos en el mercado N° 4 del cantón, por la falta de clientes, no aguantó más y, hace pocos días, ubicó un puesto informal de su negocio en una de las calles de los exteriores del establecimiento.
En todas partes del cantón hay comerciantes informales y no solo es un problema que ocurre en La Libertad, sino también en las tres ciudades de la provincia.
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Leer másNo fue el único. Junto a él se sumaron Alberto Borbor, dueño de una tercena; Yolanda Tircio, vendedora de longanizas, y un medio centenar de comerciantes que laboran en el centro de abastos cansados de no tener ingresos.
La acción de protesta tomada es el reflejo del malestar que ocurre en esta urbe por la gran cantidad de comerciantes informales que llenan las vías generando tráfico, y que afecta en gran medida al comercio formal que ha visto disminuidas considerablemente las ventas.
“La gente no entra a los mercados o almacenes porque todo lo compra en la calle. Ya no podemos aguantar más con esta situación y todavía la Alcaldía pretende cobrarnos los arriendos e impuestos. ¿Sin ingresos cómo vamos a pagar?”, cuestiona Borbor.
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Leer másAgrega que en su local no vende ni cinco libras de carne por día, pero durante el tiempo que permaneció en la vía (cuatro días) fue diferente.
Los vendedores responsabilizan al Municipio de no dar solución a esta problemática, que se observa a diario en otras áreas del cantón como en la denominada red de mercados, calle Guayaquil -la arteria de mayor movimiento comercial donde se ubica el centro comercial Buenaventura Moreno-, la zona bancaria y hasta en el malecón.
Para Óscar Piedra, habitante de la ciudadela Las Acacias, es preocupante hoy ver a tantos informales en el cantón. “Cerca del Buenaventura, los ves todo el tiempo. No guardan distanciamiento, a veces están hasta sin mascarilla, al igual que en el mercado central, donde las aglomeraciones no paran”, se queja.
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Leer másPiedra asegura que al ver la falta de control que hay por parte de la autoridad, ha dejado de comprar en este último sitio. “Nadie ha podido poner orden allí, las quejas han sido constantes, han estado por días en las redes sociales y aún así no se ha logrado un cambio real. Nadie ha tomado en serio la pandemia”.
Sebastián Mejía, quien vive en el barrio La Carolina, en cambio, lamenta ver cómo los semáforos de las principales calles se han convertido en un mercadillo que, además, genera inseguridad. El que queda al pie del centro comercial Paseo Shopping, por ejemplo, explica, está repleto de vendedores de todo tipo, que rodean los vehículos todo el día, aturdiendo incluso al conductor.
“Entre ellos, lamentablemente, se han mezclado personas que roban, lo que provoca más rechazo y nos motiva a jamás comprarles nada a quienes intentan trabajar de verdad. ¿Mi recomendación? Que el Municipio los organice, los ubique en determinado espacio o les entregue chalecos que nos permita identificarlos”, piensa.
Es un problema cultural. Nos gusta comprar en la calle y no en sitios formales; hay que trabajar mucho en la educación para erradicar esta mala costumbre que trae varias consecuencias.
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Leer másAnte estas denuncias, Ángel Mejía San Lucas, coordinador de Justicia y Vigilancia Municipal, aseguró que sí se realizan operativos para recuperar los espacios públicos, pero reconoció que es una situación “muy compleja”.
“Se los desaloja de un lado y luego van hacia otro, y si se emplea la fuerza la ciudadanía rechaza nuestro accionar. Hemos podido determinar que es mercadería de los mismos comerciantes formales que mandan a vender a las calles. Pero vamos a fortalecer el control”, acotó. La comunidad espera (y exige) que sea pronto y que los operativos sean permanentes.