Guayaquil: Inicia la demolición de la casa de colores de Urdesa
Esta tarea trae paz para los residentes de este sector de la ciudad, pero nostalgia para varios artistas
Desde este sábado 26 de febrero, comenzó la demolición de la casa de colores, ubicada en Higueras y Costanera, en Urdesa Central, que hace tiempo había perdido su brillo y estaba robando la tranquilidad a los habitantes de este sector.
Un incendio leve se registró en la ‘Casa embrujada’ de Urdesa Central
Leer másMaquinarias del Municipio de Guayaquil trabajan en la bajada del puente vehicular que lleva del centro comercial Albán Borja a la calle Higueras, donde hay un carril cerrado por las obras.
Este lugar, que estaba deshabitado desde hace más de tres décadas, se convirtió en refugio de indigentes y demás personas de actividades dudosas.
Los ruidos en la noche, gritos que -cuentan algunos- salen de las paredes, porque supuestamente penan dentro, le dieron el nombre de “la casa embrujada de Urdesa”.
— 🇪🇨 CUPSFIRE (#QuédateEnCasa 🏠) (@Cupsfire_gye) February 26, 2022
Se conoce que algún tiempo, el mencionado inmueble tuvo como dueños a los miembros de la familia orense Ramírez Franco; pero que ellos, de quienes hoy no se sabe mucho, lamentablemente la perdieron por problemas económicos.
Un inmueble abandonado que era usado para la venta drogas fue demolido
Leer másLos moradores se quejaban constantemente de que el lugar era utilizado por grupos de jóvenes, que al parecer se drogaban y hasta hay leyendas de que allí se realizaban ritos satánicos.
Los vecinos cuentan que en tiempo de las clases presenciales llegaban grupos de alumnos, con uniforme, ingresaban allí y por la noche era jóvenes que llegaban en moto a consumir drogas.
En el pasado, en ese lugar se vivió los mejores tiempos del mundo ‘under’ en Guayaquil. Gracias a la iniciativa de un gestor cultural, se organizaron allí conciertos, ferias, exposiciones, mercadillos y demás.
Daniel Haro, dueño de My Insomnia Radio, emisora web que difundía música local, recuerda bien ese tiempo. Aunque no había demasiada organización, reconoce, el espacio demostró ser un potencial lugar para la cultura “y debió aprovecharse”.
El escritor Jorge Osinaga recuerda esa época. “Varias veces estuve presente en sus mercadillos. Ahí nació El Fauno Verde como librería itinerante y junto a varios amigos y amigas organizamos un festival de música electrónica. En todas estas actividades salimos contentos con los resultados”, recuerda.
Otros artistas guayaquileños sugieren que a este sitio ícono se lo transforme en un lugar que dé cabida al arte; que funcione como vitrina de artistas emergentes o lo que iba a ser Guayarte.
Aunque artistas y gestores recuerden con beneplácito los buenos tiempos de la casa, a los vecinos del sector la decisión les resulta un verdadero alivio.
“Me alegra que el Municipio ya esté demoliendo la casa ‘embrujada’, aunque demoró en hacerlo”, menciona Yadira Torres, una moradora de Urdesa, a quien un grupo de jóvenes que se reunía allí le robaron de su vivienda $ 1.500 y enseres.