La inquietud por la prueba la sintieron también los padres
Más de 4.200 estudiantes aspiran a ingresar a la Espol. Alrededor de 600 postulantes llegaron de otras provincias.
La Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) inició ayer el proceso de exámenes de admisión a los 4.230 estudiantes que postulan para ingresar en 2020 a alguna de las 33 carreras que oferta la academia.
“Nuestro examen se compone de cuatro pruebas. La primera que deben rendir los aspirantes es la de aptitud y representa el 70 %”, menciona Dalton Noboa, director de la Oficina de Admisiones.
“En los próximos días vendrán las de especialidades, que incluyen contenidos orientados a la carrera a la que desean ingresar. La ponderación de estas es del 30 %”, agrega, puntualizando que no existe una calidad de aprobado o reprobado, sino que el puntaje obtenido se envía a la Senescyt para ser promediado junto con el examen Ser Bachiller.
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Leer másLos jóvenes, muchos de ellos reunidos por colegios, o acompañados de sus familiares, se concentraron en los exteriores del Edificio de Admisiones, en donde se formaban por hileras para ingresar a los salones destinados presentando su cédula y comprobante de inscripción.
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Leer másDesde de las nueve de la mañana llegaban los estudiantes, en buses como la 121, o la 75B, otros en taxis o vehículos particulares.
Karla Fiallos estaba cerca de la puerta principal. Dio un último vistazo a sus apuntes y envió un mensaje de texto al grupo familiar, ya que de acuerdo con las instrucciones que recibió del guardia, una vez que entrara al salón asignado no podría sacar su celular, ni ningún tipo de cuaderno.
A 100 metros de Karla, al final de la fila, estaban Gabriela Saona y July Burgos, estudiantes del colegio Vicente Rocafuerte, quienes con carpetas en mano repasaban parte del contenido que recibieron en el curso preuniversitario de preparación que realizaron juntas.
Detrás de las cercas colocadas para regular las filas, los padres y acompañantes que asistieron no despegaban sus ojos del aula donde se encontraban sus hijos o los esperaban ansiosos, situación que fue aprovechada por algunos vendedores ambulantes, especialmente los ‘aguateros’.
“Estoy tan nerviosa porque he visto cómo Emilia (su hija) ha estudiado. Ojalá todo le vaya bien. Todos los días hemos repasado, he sido como su maestra. Lo hemos disfrutado, pero ahora yo también estoy algo nerviosa”, expresó Magdalena Jara, madre de la menor.
Alcanzar un puntaje alto en el Ser Bachiller y en la prueba de la Espol es la meta de la mayoría de los presentes. Para Luis Rodríguez, “la idea es no perder tiempo”. El joven, que cursa el tercer año de bachillerato en el Interamericano CEBI, agrega que quisiera matricularse en el curso de nivelación que iniciará en mayo del próximo año, e ingresar a Ingeniería Industrial.
Tras las dos horas que tomó desarrollar el test, Manuel Herrera fue recibido con un abrazo por su madre, quien lo acompañó desde Esmeraldas. Sin soltar los brazos de su progenitora, comentó la importancia que tiene para él estudiar en esta universidad. “La Espol es reconocida, por egresar muy buenos profesionales, especialmente en ingeniería. Yo aspiro a estar entre ellos”.
Como Manuel, también llegaron otros 690 jóvenes de distintos lugares del país. Ellos deberán quedarse algunos días en la ciudad para rendir las pruebas de disciplina, que en el caso de carreras como ingeniería incluyen temas de matemáticas, física y química.
Debido a su discapacidad motriz, Joel era esperado por su padre, Raúl Hidalgo, a quien de forma especial se le permitió el ingreso y se ubicó en la puerta del salón 405, en la planta baja. “Nada fue sorpresa. Una universidad exigente, pero su estatus académico lo vale”, comentó el muchacho de 17 años, refiriéndose a la dificultad del cuestionario.
Para el presente periodo, este centro de estudios superiores habilitará aproximadamente 2.300 cupos, cifra similar a la ofertada el periodo pasado.