La inseguridad, el mal que los guayaquileños quieren quemar
Los líderes de varias ciudadelas anhelan recuperar la tranquilidad para sus zonas. Hablan con EXPRESO de otros problemas no solucionados por las autoridades
Cuando a los guayaquileños se les pregunta qué quieren quemar este año que está por terminar, no dudan en responder que ‘la inseguridad’, uno de los problemas más graves que está afrontando la ciudad y el país en general. Esta ha obligado a los ciudadanos a encerrarse con rejas en sus casas para evitar ser víctimas de la delincuencia, en algunos casos, ya que en muchas ocasiones ni las ‘murallas’ han impedido que sean presas del hampa.
La academia colabora con la seguridad de Guayaquil
Leer másA pocas horas de que termine el 2022, EXPRESO recorrió varios sectores del norte, centro y sur de la urbe y en cada uno dialogó con sus líderes, quienes junto a la comunidad han hecho frente a la inseguridad y a una serie de problemas que no han sido solucionados por las autoridades locales, pese a los reiterados pedidos y ofrecimientos realizados.
“En la mayoría de las cuadras de La Garzota hemos colocado puertas tipo pluma y rejas que son vigiladas por guardianes contratados por nosotros. Y aunque adentro de los cerramientos hemos logrado algo de calma, en las afueras continúan los asaltos”, afirma Carlos Aguilar, residente de este sector del norte de la urbe, quien lamenta que la inseguridad y el crimen organizado hayan ganado terreno en Guayaquil, y que en las calles cada vez sean más recurrentes los ataques con explosivos, asesinatos, extorsiones y robos a plena luz del día.
En uno de los parques del sector Guayacanes, ubicado al norte de Guayaquil, solo quedan los troncos de los árboles. El césped ha desaparecido, mientras que, las camineras y el alumbrado sufrieron daños durante la poda.
— Diario Expreso (@Expresoec) November 23, 2022
Revisa más sobre este hecho:
“Ojalá que la inseguridad y la violencia se quemen junto a los monigotes que los guayaquileños encienden a la medianoche de hoy 31 de diciembre”, reitera Aguilar, al asegurar que este no es el único problema que ha tenido la zona, donde los parques han permanecido descuidados, llenos de malezas y con los juegos infantiles deteriorados o inexistentes.
Queremos que se termine la inseguridad y aquel canal de drenaje de aguas lluvia que colinda con 70 casas que corren el riesgo de desplomarse por la falta de un talud de protección en su ribera
Asimismo, el ruido y el caos vehicular han sido constantes en este sector. “Creo que eso también me gustaría quemar, para que el 2023 nos devuelva la tranquilidad que hemos perdido en los últimos años”, manifiesta.
Los guayaquileños deberíamos quemar todos los problemas originados por las obras inconclusas o por la falta de atención a las ya existentes, por parte de las autoridades municipales.
El cerro del Carmen, invisible ante los ojos de la Alcaldía
Leer másJannina Carrera, presidenta del consejo barrial de Samanes 4, coincide con Aguilar en que la inseguridad es algo que se debe acabar para que la ciudadanía pueda caminar en paz, sin tener que virar la cabeza de un lado a otro para ver si alguien lo sigue para robarle las pertenencias.
La poca atención municipal que ha recibido este sector ha sido el denominador común. Nuestros parques están abandonados y los niños no tienen un lugar para recrearse.
“La delincuencia nos ha arrinconado y tenemos miedo de salir a las calles porque corremos el riesgo de que nos asalten o que una bala perdida nos mate”, subraya la líder, quien recuerda que otro problema que afecta la zona donde habita y que los vecinos quisieran quemar, es la presencia del canal de drenaje de aguas lluvia que colinda con 70 viviendas que corren el riesgo de desplomarse, debido a la falta de un talud de protección en su ribera.
Las peatonales y áreas verdes han sido tomadas por personas de dudosa procedencia, lo que ahonda la inseguridad con la que estamos conviviendo. Esto se debe terminar.
Como ha informado EXPRESO en varias ediciones, el canal cada día se ensancha debido al deslizamiento de tierra que se produce por la limpieza anual que realizan las maquinarias. Hace veinte años la zanja tenía menos de un metro de ancho y en la actualidad tiene 12.
Adentro de los cerramientos que hemos levantado hay un poco de paz, pero afuera los delincuentes aprovechan la poca presencia de la policía. Así no podemos vivir.
“Nuestras viviendas presentan permanentemente fisuras, humedad y moho en las paredes. Tenemos miedo de que se desplomen en un futuro cercano. El Municipio e Interagua prometieron solucionar esta situación, pero solo se quedó en ofrecimiento. Ojalá este problema se termine pronto”, anhela.
Hemos tenido que soportar a indigentes y drogadictos que se han tomado los parques, causando desorden y desaseo. Ojalá que las autoridades puedan eliminar este problema en el 2023.
En la ciudadela Valdivia los robos se registran a diario
Leer másLa Zona 8, que abarca Guayaquil, Durán y Samborondón, cierra este 2022 con más de 1.500 muertes violentas al estilo sicariato, y con un sistema de extorsión a negocios (‘vacunas’) que ha mantenido inquietos a comerciantes y dueños de locales, muchos de los cuales han tenido que cerrar sus puertas para evitar las amenazas o posibles atentados contra sus vidas. Y este mal es el que precisamente Abraham Bermúdez, líder de la ciudadela Las Orquídeas, quiere incinerar.
Nos hemos cansado de pedirle al Municipio que regenere las calles. El mal estado de las vías debe solucionarse, para que los niños y las personas de la tercera edad puedan caminar sin inconvenientes.
“Si pudiera prenderle fuego a la inseguridad, a las extorsiones y al sicariato, así como se hace con los monigotes, lo haría con gusto. Pero son las autoridades las que deben adoptar medidas que permitan a las personas seguir trabajando para reactivar la economía golpeada por la pandemia de COVID-19. Lamentablemente, es poco lo que se ha hecho hasta ahora para acabar con la otra pandemia que es la delincuencia”, remarca con conocimiento de causa, ya que él ha sido víctima de los extorsionadores que le han exigido dinero a cambio de ‘cuidarlo’ y ‘dejarlo trabajar’ sin contratiempos en su propio negocio.
La inseguridad está imparable. Pocos ciudadanos se han salvado de la delincuencia, que ha traído graves consecuencias. Ha sido lo peor del año. Todos querrán quemarla.
Los indigentes se adueñan del parque central de la ciudadela Amazonas
Leer másEn Sauces 6 el panorama no es diferente. Los vecinos conviven con la inseguridad, y la Policía no se abastece para llevar a cabo patrullajes constantes. “Los delincuentes vienen de otras partes a cometer sus fechorías. Hay un solo patrullero que hace rondas aquí y en la quinta etapa, y no alcanza a cubrir ambas zonas. Hay que buscar una solución para que esto termine pronto”, anota Jorge Enrique Cuesta, presidente del consejo barrial.
En este sector, donde se levantan 19 bloques habitados por 30.000 personas distribuidas en 488 departamentos, los residentes también se quejan de la poca atención que reciben de las autoridades municipales para mejorar el entorno de sus calles.
“Desde hace 20 años estamos esperando una regeneración integral que no llega, mientras las calles siguen empedradas y agrietadas”, indica Cuesta, quien al igual que otros líderes barriales consultados por EXPRESO puntualiza que los guayaquileños deberían quemar todos estos problemas junto a las autoridades, que han hecho muy poco (o nada) para solucionarlos.