“La inseguridad nos robó la tranquilidad en Miraflores”
Los negocios y las viviendas son los sitios más afectados por la delincuencia. Los residentes viven en zozobra y exigen mayor presencia policial
Mariella Cárdenas, de 65 años, tiene miedo de salir de su casa ubicada en la ciudadela Miraflores, en el norte de Guayaquil. Cuenta que en agosto pasado a su nieto le robaron el celular al pie de su vivienda; al hijo de su vecina le desmantelaron el carro; y dos hombres con acento extranjero se metieron a robar en uno de los negocios que hay a lo largo de la avenida Rodolfo Alvear Ordóñez, sitio donde se asientan restaurantes, cangrejales, chifas, parrilladas y otros locales.
Desde el cerramiento de su domicilio, la mujer que habita en el sector hace 30 años, suelta un desesperanzado: “Nos robaron la tranquilidad, ya no podemos vivir en paz”. Lo dice asustada por los robos y asaltos que aumentaron durante el vigente estado de excepción, que culmina el 12 de septiembre, debido a la pandemia por la COVID-19, según asevera.
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Leer másResidentes y quienes trabajan en esta ciudadela admiten estar cansados de la inseguridad y de la falta de agilidad en el accionar policial de la zona.
No obstante, los uniformados aseguran que se realizan patrullajes a diario y que la delincuencia ha disminuido en comparación al año pasado.
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Leer másPero María Beltrán, encargada de una despensa en la avenida principal de Miraflores, refuta esa aseveración. Menciona que en los últimos meses ha sido testigo de varios robos perpetrados en locales vecinos que, una vez que la ciudad pasó a semáforo amarillo, decidieron abrir sus puertas para atender a la clientela.
A veces se ve patrullaje, pero justo en los momentos en que asaltan la policía no llega o no está; por eso los controles deben ser constantes para nuestra tranquilidad.
“Los asaltos se dan en la ‘hora boba’, de 14:00 a 16:30 y en las noches cuando los clientes están consumiendo”, señala, al manifestar que los delincuentes andan en motos y huyen por los callejones desolados que tienen poca iluminación.
En los restaurantes, que están resguardados por ‘vigilantes seguros’, prefieren callar; incluso, el dueño de uno comunicó, a través de una de sus empleadas, que no opinará sobre el tema, ya que sus ventas podrían bajar por la mala publicidad que ha adquirido el sector, por la delincuencia.
Dos veces me han robado el celular saliendo de mi trabajo, pero no he puesto la denuncia porque es una pérdida de tiempo que no sirve para recuperar lo perdido.
Pero los negocios no son los únicos perjudicados. Luis Alarcón, quien habita hace 30 años en la ciudadela, dice que a su esposa le robaron el pie de su casa cuando llegaba de su trabajo, en la noche. “Un policía en un patrullero llegó al lugar; le pidió su nombre y cédula, y le preguntó qué le habían robado para luego irse. No estuvo ni dos minutos”, comenta el hombre, quien agrega que esa misma noche supo por un guardián de la zona, que unos tipos en un carro concho de vino asaltaron a otra persona.
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Leer másDesde hace dos años en la avenida principal de Miraflores funciona una Unidad Móvil de Policía, donde se reciben las alertas de robos. Los uniformados que están destinados a ese punto aseguran que patrullan todo el día, pero que falta colaboración de los moradores para combatir a la delincuencia.
“Muchas veces se niegan a brindar información, parece que tienen miedo a denunciar. La falta de colaboración de los moradores ha hecho que pierdan el sistema de alarmas por botón de pánico que tenía la mayoría de locales y residencias en la avenida”, manifestó el policía que estaba de turno la tarde del lunes pasado.
Los robos no paran en la Kennedy
Leer másKléver Caamaño, quien habita hace 15 años, entre la calle Sexta y Séptima de la ciudadela, lo confirma. “Algunos vecinos cercanos solo tenemos un chat donde reportamos a diario los casos de emergencias de esta zona. Pero las quejas solo se quedan allí porque casi nunca acudimos a la Fiscalía para hacer la denuncia respectiva; no solo por el temor a las represalias, sino por el trámite engorroso que esto conlleva y porque finalmente no se recupera nada de lo perdido”, expresa.
Hay callejones y parques en tinieblas que atraen a consumidores y delincuentes. Los residentes exigen que los espacios tengan vida y sean regenerados.https://t.co/TmKfcLcU5F
— Diario Expreso (@Expresoec) August 17, 2020
De allí, que los siete robos que la Policía ha registrado en lo que va del año en el sector, no reflejan la realidad de la inseguridad de la que tanto se quejan los vecinos, quienes exigen mayor acción por parte de los uniformados.
LA CIFRA
7 robos en el sector en lo que va del año registra la Policía. La cifra, dice el barrio, no refleja la realidad.