Interagua sobre lluvias en Guayaquil: “Pero el agua bajó rápido”
El aguacero que soportó el Puerto Principal causó los mismos estragos del pasado. Expertos plantean ideas para evitar las inundaciones.
La lluvia que soportó Guayaquil la tarde y noche del pasado miércoles 26 de febrero dejó como resultado una docena de árboles caídos y veintitrés calles y viviendas repletas de agua. Nada que Guayaquil no haya vivido los últimos treinta años en una precipitación fuerte.
La lluvia genera daños en dos cantones del Guayas
Leer másLos 108,4 litros de agua por metro cuadrado que cayeron sobre la ciudad se suman a la tormenta de quejas ciudadanas que congestionaron las redes con videos y fotos, con moradores cansados de que la historia, año a año, se repita.
“¿Por qué si todos los años sabemos que somos víctimas del invierno, la ciudad no cuenta con un plan para prevenirlo? ¿Acaso quieren que nos ahoguemos?”, se quejó Walter Álava, residente de la ciudadela Urdesa, una de las muchas zonas afectadas.
Actualmente Guayaquil, como lo ha publicado antes EXPRESO, está en el cuarto lugar de una lista negra de las ciudades más vulnerables del mundo en temas de inundaciones desde hace seis años; pero ni siquiera esa voz de alerta de la investigación de Future Flood Losses in Major Coastal Cities, publicada en Nature Climate Change, ha logrado amortiguar el impacto de los inviernos los últimos años. Esto aunque el Banco Mundial aconsejó a los territorios implicados tomar acciones inmediatas.
En el Puerto Principal, al menos, no ha habido avances significativos en la materia, y aquello se evidencia no solo en las “acumulaciones temporales de agua” que se registraron en diferentes avenidas, como las llama técnicamente Interagua, sino también en la voz de los expertos, quienes afirman que la deuda pendiente sigue estando en la prevención.
Doce árboles se cayeron durante el aguacero
Leer másEse discurso de conocedores de planificación y expertos en inundaciones dista del oficial, que, en cambio, observa un panorama prometedor en cuanto a avances, con obras que son socializadas en ruedas de prensa como la de ayer en la tarde en la Corporación para la Seguridad Ciudadana de Guayaquil.
En una conversación con EXPRESO antes de ese encuentro, Ilfn Florsheim, vocera de Interagua, defendió que desde octubre todos los años se trabaja en un plan preinvernal e invernal, que incluye la limpieza de los sistemas de agua lluvia de la urbe, para soportar el invierno.
Han colocado, precisó, 80 válvulas antirretorno de defogues de aguas lluvias en los sectores más bajos de la ciudad, y han mejorado los canales de aguas lluvias en sectores como Samanes y Sauces, que registran una menor acumulación de agua, aseguró.
Si estos resultados han sido tan prometedores, lo práctico sería que se genere una solución integral que replique estas soluciones en otras zonas. Florsheim lo sabe, pero argumenta que es un trabajo que se hace paso a paso, pues hay que tener en cuenta los costos de inversión, lo que implica hacer obras y avanzar según las necesidades.
La Catedral de Guayaquil se inundó en Miércoles de Ceniza
Leer másDe allí que en sectores como Urdesa, la avenida Las Aguas, Ceibos, tres tramos de la vía a Daule, Alborada, el centro y otros se hayan parecido a Venecia la noche del miércoles. Algo para lo que la vocera de Interagua también tiene respuesta: “Sí... se llenaron las calles, pero el agua bajó rápido (...)”.
“Por ese exceso de agua caída, no se puede pedir que no haya acumulación. Sin embargo, a la medianoche ya no había una gota de agua en las calles”, insiste.
Al respecto, Jackson Herrera, gerente de Emapag, precisó en rueda de prensa que las obras que cambiarán las acumulaciones avanzan. En la Martha de Roldós faltan 200 metros de obra y en Urdesa hay un avance del 25 %.
Los funcionarios también coincidieron en que gran parte de la responsabilidad recae en la ciudadanía, pues la acumulación de basura resultó un denominador común en las zonas que presentaron acumulación.
Florsheim continúa: Guayaquil viene trabajando muchos años en este tema. Esta vez, la situación fue mejor que en inviernos pasados.
Cuatro facultades de la Universidad de Guayaquil fueron afectadas por la lluvia
Leer másSi bien el planificador urbano y arquitecto Brick Reyes reconoce que en una lluvia como la que registró Guayaquil, difícilmente las redes de alcantarillado van a soportar, advierte que sí existen obras que podrían darle una solución final al problema, siempre que se realicen de forma integral.
Reyes sugiere crear una especie de ductos cajón enormes que, para tener una idea, permitan que una persona ingrese caminando para darle mantenimiento, o den cabida a maquinaria para que cumpla con el mismo fin.
“Estoy hablando de obras a mayor escala que han dado resultados en ciudades como Los Ángeles (Estados Unidos). Eso ayudaría a descongestionar el flujo bajo cualquier circunstancia”, sostiene. Sobre el costo que esta obra tendría, él no se detiene a pensar en ello.
“El presupuesto frente al beneficio social que la implementación de la obra puede traer, resulta insignificante. El dinero que se pierde con cada inundación o afectación tras las lluvias en la ciudad, incluido lo que gastarán los ciudadanos por enfermarse, es enorme”. Las autoridades, enfatiza, tienen que apostar por obras de este calibre.
“Es una necesidad, no hay que pensarlo...”. Lo mismo, agrega, debe pasar con el dragado del río, un trabajo que, a su juicio, debió cristalizarse hace años. “Si esta obra no se la hace ya, de inmediato, la sedimentación que baja de la cuenca del río Guayas seguirá acumulándose. Con el tiempo será peor...”.
Pero aunque para expertos en el tema como Pablo Suárez, ingeniero civil e hidrógrafo, el dragado o cualquier otro mejoramiento de los cauces en efecto son obras que van a contribuir positivamente a la ciudad, considera que tampoco es el único remedio.
Para Suárez, el problema del taponamiento recae en la falta de cultura por parte del ciudadano. “Los problemas se dan en época de invierno. ¿Qué quiere decir eso? Que tenemos ocho meses para precautelar que durante el siguiente invierno, no tengamos basura en los colectores”.
¿Qué hacer? Más aún si hay campañas y estas resultan insuficientes. Hay que empoderarse, como se lo hizo hace décadas, cuando Guayaquil empezó a transformarse, manifiesta. “Hay que trabajar en la conciencia del ciudadano. Solo eso evitará las secuelas. Guayaquil es una ciudad que cuenta con mucha infraestructura, que sí ha hecho una fuerte inversión para dar sistemas sanitarios adecuados”.
Ricardo da Cruz e Sousa, arquitecto paisajista y experto en planificación y riesgo, cree que lo que le falta a Guayaquil es apostar por la innovación. “Las soluciones hidráulicas son demasiado tradicionales. En otros países se apuesta por soluciones basadas en la naturaleza: soluciones diseñadas de acuerdo con las condiciones geográficas. Pero para llegar allá hacen falta estudios y hacer equipo con quienes saben”, afirmó.
El año pasado, solo en Guayas, las lluvias dejaron un saldo de 20 muertos, 18 ríos desbordados y medio millar de damnificados.
Una pesadilla que se repite año a año