La Puntilla, un invierno más esquivando los huecos

A lo largo de la avenida Samborondón, se observan diferentes fallas en el pavimento. En esta larga vía rápida, transitan motos, vehículos livianos, camiones, buses y vehículos pesados; sin embargo, debido a los baches, los conductores deben tratar de cruzarlos con cuidado para no caer en ellos.

Los baches, hundimientos, fisuras, desniveles y desgaste de la calzada se observan más en diversos tramos de esta avenida, en el sentido sur-norte que del sentido contrario. Lo cual representa un peligro para quienes transitan por ella, sobre todo en las noches, comenta el motociclista Jorge Hernán.

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A su criterio, los baches perjudican más a quienes transitan en motos, ya que les es más difícil poder esquivarlos. Es por eso que el motociclista Eduardo Vargas exige que la vía sea reparada, porque, aunque la mayoría de los baches son pequeños, representan un peligro que pueda ocasionar un choque.

Además, estas cavidades dañan los amortiguadores y barras de las motos, detalla Vargas. Pero lo que le da más miedo es que pudiera caerse de su motocicleta al tratar de esquivarlos y ocasionar un accidente, o que el carro que viniese atrás de él lo atropelle.

Para el conductor César Quiñónez, la avenida “está medio fatal: dañada”. Por lo que cree que estos baches empeoran el tráfico y este se intensifica a las 16:00, justamente por las fallas en la calzada.

De acuerdo con la opinión de Quiñónez, esta arteria no debería estar en estas condiciones. Denuncia que, al bajar el puente, al ingreso de La Puntilla, el pavimento no está en óptimas condiciones, como lo han denunciado ya los habitantes a EXPRESO.

Además, de los hundimientos, la ruta no está alineada, denuncia Néstor Cedeño, morador de la parroquia La Puntilla. También falta pintura en las señaléticas para separar los carriles; no hay control en la velocidad en que transitan los buses, tampoco circulan por su carril, a pesar de que hay presencia de miembros de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE).

A eso se suma que nadie respeta los semáforos, sobre todo el que está cerca del ingreso a la Isla Mocolí, manifiesta Cedeño. “A veces colocan conos para modificar la vía y debemos estar a la voluntad de ellos para seguir circulando”. Además, faltan pasos peatonales o que el personal de tránsito priorice al peatón y no al vehículo, porque es complicado cruzar la avenida, agrega.

Varias de estas quejas han sido publicadas por EXPRESO en reiteradas ocasiones. Y frente a ello, el alcalde del cantón, Juan José Yúnez, señaló a este Diario que “el invierno ha sido bastante duro y que ha afectado a la vía”, pero “no a los niveles de los cantones vecinos”. Que constantemente han hecho bacheos y que eso ha ayudado, dijo, aunque, para los usuarios eso no es cierto, puesto que la vía en buen estado no dura.

Es por esto por lo que, dentro del plan vial, Yúnez tiene planificado realizar ya este año un cambio integral de la avenida. Que los estudios ya los efectuó, anunció, y que dentro de la obra, de la que no ha especificado en qué mes de 2024 la hará, consta realizar un fresado, un asfaltado flexible, la ampliación de la vía en diferentes sectores, más retornos y colocar señaléticas “de calidad” para mejorar la fluidez y seguridad de los residentes; que ha sido uno de los reclamos más recurrentes.

Para esta intervención, el Municipio está solicitando un crédito para cubrir la inversión de entre $ 9 y 10 millones. Esto porque “el Municipio hoy no tiene los recursos”. “Nos adeudan cerca de cinco meses de lo que nos transfiere mensualmente el Gobierno central”, expresó.

Por otro lado, declara el alcalde, el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) no les ha transferido los recursos para la administración de la vía. “Todavía nos adeudan cerca de $ 500.000, recursos que tuvieron que haber venido con la avenida”.

Debido al alto costo que representa colocar un asfalto rígido, la Alcaldía optó por volver a implementar el asfalto flexible. Sin embargo, el asfalto será más grueso del que hoy tiene, dice Yúnez, “para que asegure durabilidad por algunos años”.

La ciudadanía, sin embargo, se limita a esperar que los trabajos se ejecuten. “Yúnez nos ha llenado de promesas y no de obras. Dudo que cumpla. Y si lo hace, bien. Es lo que tienen que hacer. Pagamos los predios año a año y cuando toca. El alcalde, como en todos lados, es solo quien administra nuestros recursos”, sentenció Paola Navas, residente de La Puntilla.

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