Isla Trinitaria: Ataque armado por agua y tierra deja muertos, heridos y secuestrados
Los atacantes llegaron en lanchas, motos y carros, portaban fusil y pistola
Una noche de terror vivieron los habitantes de la cooperativa Antonio Neumane, en la Isla Trinitaria, al sur de Guayaquil. Poco antes de las 20:00 del domingo, un grupo de sujetos fuertemente armados irrumpió en el sector por agua y tierra, ejecutando un ataque que dejó seis personas fallecidas, tres heridas y al menos tres más secuestradas.
Los atacantes, que llegaron en lanchas, vehículos y motocicletas, portaban fusiles y pistolas. Abrieron fuego contra un grupo de personas reunidas en la zona, sembrando el pánico entre los moradores. Según versiones de testigos, la balacera duró varios minutos y fue tan intensa que muchos intentaron protegerse escondiéndose debajo de las camas o dentro de sus viviendas.
"Fue como una película de terror. Llegaron de todos lados disparando, la gente gritaba y corría. Pensábamos que podíamos entrar a las casas. No dormimos en toda la noche", relató una vecina del sector, quien además lamentó la pérdida de un familiar entre las víctimas.
En el lugar del ataque, Criminalística se levantó cerca de cien indicios balísticos, tanto de armas cortas como de largo alcance, lo que evidencia la violencia con la que actuaron los criminales.
Identidad de las víctimas
Las víctimas mortales fueron identificadas como Ramón Villamar, Juan Calderón, Jared Realpe, Víctor Reina, José Pérez y una adolescente de 14 años, cuya identidad se mantiene en reserva. Las tres personas heridas fueron trasladadas a casas de salud, mientras que se desconoce el paradero de los secuestrados.
Las autoridades no han confirmado el motivo del ataque, pero no se descarta que esté relacionado con disputas entre bandas delictivas que operan en el sector. La Policía y la Fiscalía han iniciado una investigación para identificar a los responsables y dar con el paradero de los desaparecidos.
Este nuevo hecho violento se suma a la creciente ola de inseguridad que azota a Guayaquil, y pone nuevamente en evidencia la grave crisis de violencia criminal que enfrenta el país.
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